Tal y como apuntaban los pronósticos, el CEO de Faraday Future, Jia Yuenting, se ha declarado en bancarrota tras acumular miles de millones de dólares en pérdidas tratando de levantar un imperio de la electromovilidad. En un comunicado emitido por la propia compañía, este asunto "no afectará a ninguna de las operaciones de Faraday Future", e incluso habla de "múltiples beneficios".
De acuerdo al plan, Yuenting continuará involucrado en los proyectos de la empresa mientras aborda sus deudas en China.
Tiempos convulsos para el mercado de coches en China
Según explica Faraday Future, en un plan de reestructuración de deuda presentado ante un tribunal de Wilmington, Delaware, Yuenting utilizará su participación en la propiedad de Faraday Future (con sede en Los Ángeles), para establecer un fideicomiso de acreedores para pagar sus deudas, que se elevan a 2.300 millones de dólares.
Así, planea transferir toda su participación accionaria existente en Smart King Limited, la compañía tenedora global de Faraday Future, a la confianza del acreedor "para proteger mejor a sus acreedores y pagar su deuda".
The Founder and CPUO of #FaradayFuture, YT Jia, recently filed for bankruptcy and restructuring under Chapter 11 in the United States. This was done to address his personal debts in China. This matter will not affect any of FF's normal business operations. https://t.co/7EIHfJfsZj
— Faraday Future (@FaradayFuture) October 14, 2019
En agosto se desataron los rumores de que el magnate multimillonario del sector tecnológico y fundador de la start-up estaba intentando asumir tanto su deuda personal como la deuda de la compañía mediante la creación de un fondo fiduciario para pagar a sus acreedores. Y no iba desencaminado.
En medio de un proceso de reestructuración, Faraday está tratando de desarrollar un coche eléctrico en el mercado de Estados Unidos y China. La compañía contrató recientemente a Carsten Breitfeld, veterano de BMW, para asumir el cargo de CEO de Yuenting, quien seguirá siendo el director de productos y usuarios.
Sin embargo, aquellos que esperan comprar el SUV eléctrico de Faraday, el FF91, tendrán que esperar al menos un tiempo. Según algunos medios, la start-up todavía necesita cerca de 500 millones de dólares para poner el coche en producción.
Faraday ha tenido que afrontar últimamente varias situaciones delicadas, como el éxodo de trabajadores a Tesla, la salida de Stefan Krause, el máximo valedor de la compañía, el adiós a la planta donde iban a fabricar su modelo FF91...
Pero Faraday no es la única start-up china que evidencia el problema que hay en el país asiático con el desarrollo de coches eléctricos. NIO acumula 5.470 millones de dólares de pérdidas, y sin liquidez, sin imagen de marca y sin una alternativa comercializable, está más cerca que nunca de echar el cierre.
En un escenario en el que el mismo Gobierno de China ha cerrado el grifo a sus innumerables startups de coches eléctricos en previsión de un posible colapso, hay que añadir la fuerte desaceleración del que es el mayor mercado de coches eléctrico del mundo.
Se avecinan tiempos turbulentos para el coche chino eléctrico.
En Motorpasión | Probamos el Geely Emgrand EC7, nuestro primer y sorprendente coche 'Made in China'