Carolina del Norte está considerando si sus ciudadanos seguirán pagando impuestos cada vez que acudan al surtidor de la gasolinera o si lo harán al sacar el coche a la calle. El Departamento de Transporte del estado norteamericano contempla cargar 0,5 centavos por cada milla recorrida, lo que podría traducirse en una recaudación anual de 500 millones de dólares (362,5 millones de euros).
No es el primer lugar donde se gravan los desplazamientos en función del kilometraje recorrido; en los Países Bajos, por ejemplo, ya se hace así, con el ánimo de desincentivar el uso del automóvil [actualización: sobre el caso holandés, ver comentarios]. En Carolina del Norte quieren optar por este sistema en vez de cargar impuestos en el carburante, aunque la razón en el caso americano es otra: como los coches son cada vez menos tragones, las recaudaciones bajan.
Renovarse o morir, ¿no era eso? Pues en Carolina del Norte los hay que no se resignan a morir. Los conductores de ese estado son hoy por hoy unos de los mayores contribuyentes a través de los impuestos que gravan el carburante, algo así como la Italia de Estados Unidos, pero si el consumo de gasolina baja como está bajando...
A nadie se le escapa que esta medida podría chocar frontalmente con los grandes argumentos de venta de los coches menos contaminantes, y eso incluye a los híbridos y eléctricos. Pero también es cierto que, como sostienen los defensores de la medida, los coches que consumen menos gasolina gastan el asfalto como los que consumen más.
Ya veremos cómo acaba esto, y si con el tiempo la medida se traspasa a otros territorios de Estados Unidos. De momento la medida está sobre la mesa y no hay nada en firme. El comité que gestiona los fondos del Departamento de Transporte escuchará los detalles de la propuesta el próximo miércoles.