Esa cantinela de Bruselas de que las marcas chinas están inundando el mercado europeo con sus coches eléctricos baratos tiene su gran parte de razón: el pasado mes de junio matricularon más de 23.000 coches eléctricos en todo el continente, la cifra más alta de la historia y en lo que va de año llevan 80.000 unidades vendidas en la UE, un 21 % más que en 2023.
Pero los aranceles están empezando a hacer mella y la salida de los fabricantes chinos pasa por establecerse con sus fábricas en suelo europeo o eliminando intermediarios. Esto último es lo que ha decidido hacer BYD en Alemania, un mercado en el que el coche eléctrico ha pegado un buen bajón tras el fin de las ayudas.
Menos intermediarios, más margen de beneficio y una mayor amenaza para las marcas europeas
Hace unos días el gigante automovilístico chino firmó oficialmente un acuerdo con Hedin Mobility Group para comprar su subsidiaria, Heden Electric Mobility, que estado ha importando vehículos y repuestos para BYD para venderlos en Alemania. Haciéndose cargo -cargándose- su distribuidor en Alemania (en Suecia seguirá actuando como distribuidor), la firma elimina un intermediario y aumenta su margen de beneficio, vendiendo sus coches directamente en un mercado automovilístico clave.
Es lo mismo que hace Tesla desde sus comienzos. Creen que con este movimiento de integración vertical habrá un mayor control sobre los precios y la distribución ayudará a aumentar la producción. Según recoge Electrek, además de obtener el control de la distribución, BYD también se hará cargo de dos tiendas insignia en Stuttgart y Frankfurt. Las aspiraciones del gigante asiático son ambiciosas pues quiere controlar el 5% del mercado automovilístico europeo en 2026, pero a finales de julio representaba tan solo un 0,1% y 1.432 matriculaciones en Alemania.
Y es que el fin de las ayudas a la compra está haciendo mella en el país, donde las ventas de vehículos eléctricos cayeron un 37 % en julio y un 20 % en lo que va de año, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.
Después de que los tres principales gigantes en China impugnaran los aranceles propuestos en julio por la Comisión, el panorama ha quedado así: BYD ha visto reducida su tasa arancelaria del 17,4% al 17%; Geely, del 19,9% al 19,3%, y SAIC, del 37,6% al 36,3%, la cifra más alta por no cooperar que también recibirán otros fabricantes.
