Muchas son las marcas que abusan de la identidad de marca en su lenguaje estético. Así, casi todos los modelos son iguales: sólo has de escoger en que talla quieres tu coche. Y aunque no sea la única marca que lo haga, Audi ha recibido muchas criticas estos últimos años por abusar de la repetición de los diseños.
Sin embargo, Audi sí es la primera en reconocer que no ha sido necesariamente una buena idea y que a partir de ahora volverá a una diferenciación más clara entres sus modelos.
De hecho, ya ha empezado con el Audi Q2. El pequeño SUV compacto de la marca rompe el molde del diseño Audi. Sí, conserva rasgos eminentemente Audi, como la calandra y las líneas tensas, pero no es un mini Audi Q5, así como el Q5 no deja de ser un Audi Q7 en reducción.
Las razones que llevan a una marca a adoptar esta estrategia son varias y cada marca puede sus razones (exploramos las principales y el porqué de su popularidad en este artículo). Para Audi, una de las razones era la necesidad de crear una imagen de marca fuerte en mercados emergentes e importantes, como China, explicó Rupert Stadler (CEO de Audi) a Autocar. “Ahora que ya nos conocen bien en los mercados importantes, como China, podemos empezar a cambiar esta filosofía y dar a cada coche su propia personalidad”, añadió.
Una nueva libertad creativa
Marc Lichte, el máximo responsable del diseño en Audi, reconoce que cada nuevo modelo debería tener su propio diseño para seguir siendo atractivo a lo largo de sus seis años de vida comercial. Sin embargo lo que va a permitir una mayor diferenciación de los diseño en el seno de la marca es la llegada del coche eléctrico.
Entre 2018 y 2019, el SUV eléctrico e-tron quattro debería estar en las calles. Y es justamente su condición de coche eléctrico lo que le permitirá disponer de un diseño diferente al liberarse de las imposiciones técnicas a las que obliga un motor térmico (espacio, tomas de aire, etc). “Las proporciones pueden variar”, asegura Lichte. Y es que a pesar de ser eléctrico existen ciertas obligaciones que delimitan un marco del que los diseñadores no se pueden mover. De ahí que Lichte hable de proporcione y no de líneas o formas.
Los concept cars que prefiguran el primer e-tron de serie equipan todos una calandra, como el Audi e-tron Sportback. ¿Por qué conservarla si no es necesaria? Por la sencilla razón que si la marca quiere que el coche una vez homologado pueda optar a las cinco estrellas EuroNCAP debe ser menos lesivo en caso de atropello. Y un frontal vertical muy alto lo es mucho menos que un morro afilado a lo Lamborghini Huracán, por ejemplo. Así, con un frontal más o menos vertical impuesto por las circunstancias, el diseñador tiene que ser creativo para “llenar” el frontal de la forma más elegante y atractiva posible.