El Dieselgate sigue coleando en la esfera automotriz, y esta vez le ha vuelto a tocar a Fiat Chrysler y a la que fuera su filial hasta 2011, CHN Industrial.
Según informa Reuters, las oficinas de las dos compañías -propiedad de la familia Agnelli- fueron registradas ayer en Alemania, Italia y Suiza por la Fiscalía de Frankfurt debido a la supuesta instalación de un software ilegal que altera los niveles de emisiones reales.
El truco: desconectar el filtro anticontaminación
Según las informaciones, se ha descubierto que los motores utilizados por los vehículos Fiat, Alfa Romeo y Jeep, así como en los camiones Iveco de CNH Industrial, contienen un software que desactiva los sistemas anticontaminación una vez el vehículo ha pasado por el banco de rodillos.
De esta forma, en carretera abierta la potencia no se ve penalizada.
En el caso de Volkswagen y de forma similar, los vehículos 'detectaban' cuándo estaban siendo sometidos a bancos de pruebas, de forma que las emisiones en condiciones de conducción real eran superiores.
En concreto, se ha detectado software potencialmente ilegal en los motores Multijet de 1.3 litros y Multijet de 1.6 litros utilizados en los motores de Alfa Romeo, Jeep y Fiat, y en los motores diésel utilizados en los vehículos comerciales Iveco y Fiat.
No obstante, la Fiscalía de Frankfurt ha explicado que solo los individuos responsables, y no las empresas pueden ser procesados. La investigación se centra en nueve individuos que podrían haber encubierto la instalación de este dispositivo.
Otro coletazo para FCA
Fiat Chyrsler ya fue investigado en 2017, cuando la agencia estadounidense de protección del medioambiente acusó al fabricante de infringir las normas sobre contaminación al instalar un software que alteraba las emisiones de sus motores diésel.
Los coches afectados eran la pick-up Dodge Ram 1500 y el Jeep Grand Cherokee, todos vendidos en Estados Unidos y correspondientes a los años modelo 2014, 2015 y 2016.
En total, 104.000 vehículos diésel de estos dos modelos tuvieron que ser llamados a fábrica para ser rectificados por este motivo.
Fiat Chrysler pagó 800 millones de dólares (unos 728 millones de euros) para resolver esas reclamaciones, y ya en abril añadió el pago de 110 millones de dólares (unos 100 millones de euros) para liquidar una demanda abierta por sus propios inversores, que en 2015 acusaron a FCA de haberlos engañado.
En septiembre de 2019, un directivo de Fiat Chrysler fue detenido por engañar sobre las emisiones de los coches diésel en EEUU. Entre los cargos que se le imputan están la conspiración para cometer fraude electrónico, la violación de la Ley de Aire Limpio y la comunicación de falsedades acerca del control de emisiones que utilizaban los coches diésel de FCA en Estados Unidos.
Renault, el Grupo PSA, Daimler, Bosch y más recientemente Continental se han unido a las investigaciones -y multas- que el Grupo Volkswagen propició en 2015 a raíz del Dieselgate.
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