La Comisión Europea quiere prohibir la venta de coches nuevos con motor de combustión interna, incluidos los híbridos, en la Unión Europea a partir de 2035. Pero Alemania se opone a esa prohibición, según declaró esta semana el ministro alemán de Transportes, Volker Wissing.
La Comisión Europea propuso el pasado mes de julio la prohibición de la venta de coches que emitan CO₂ a partir de 2035, es decir apuesta por la prohibición de los motores de gasolina y diésel. "Queremos que los motores de combustión sigan siendo una opción, si funcionan exclusivamente con combustibles sintéticos", dijo el ministro alemán a los periodistas.
La propuesta de la Comisión Europea está siendo discutida por los Estados miembros, especialmente por los que tienen una gran industria automovilística. Pues no todos están de acuerdo. Los primeros países en posicionarse en contra fueron Chequia y Francia.
El país vecino defiende que se puedan seguir vendiendo coches híbridos hasta 2040. A pesar de desarrollar y poner a la venta coches eléctricos, Stellantis y Renault no creen en la prohibición de los coches de gasolina y diésel.
Para Luca De Meo, CEO del grupo Renault, “hay que incentivar los híbridos”, mientras que Carlos Tavares, primer ejecutivo del gigante grupo Stellantis, pregunta cómo proteger la libertad de movilidad de quien no puede permitirse un coche eléctrico. Para él, “el coche eléctrico impuesto por ley no es la solución".
Ahora es el turno del ministro alemán de Transportes, Volker Wissing, de expresar la oposición de su Gobierno a la propuesta de la Comisión.
Proteger los empleos de una de las mayores industrias de Europa
El objetivo del gobierno alemán es poder mantener los motores de combustión interna después de 2035, sin que ello suponga ir en contra de la línea de la Comisión Europea en cuanto a la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte, especialmente el CO₂. Para ello, su apuesta es la de desarrollar combustibles sintéticos obtenidos a partir de energías renovables.
El grupo Volkswagen, a pesar de ser ahora uno de los más fervientes defensores del coche eléctrico, está también muy implicado en el desarrollo de los combustibles sintéticos, a través de sus marcas Porsche y Audi. Porsche ya ha puesto en marcha una prueba piloto en Chile para producir combustible sintético a partir de energías renovables.
Varios fabricantes de componentes y de recambios alemanes también están trabajando en este sentido, sobre todo a través de la alianza internacional eFuel, que también reúne a empresas petroleras e incluso a Mazda.
El automóvil tiene una plaza importante en la economía de Alemania. El sector de la automoción es uno de los pilares de la industria alemana, genera un volumen de negocio de casi 423.000 millones de euros y da empleo a cerca de 820.000 personas. El automóvil da trabajo al 11,8% de la industria alemana, es decir, 3,3 puntos porcentuales por encima de la media europea (8,5% en la UE).
Y su importancia está lejos de ser únicamente nacional, pues con fábricas de empresas alemanas en media Europa, es una industria crucial para muchos países de la UE, como Hungría, la República Checa, Eslovaquia y España.
Así, el paso al coche eléctrico pondría en peligro uno de cada dos empleos de la industria automóvil en Alemania, es decir, unos 400.000 empleos directos. Sin embargo, quienes más se verán afectados por esos cambios estructurales serán las pequeñas y medianas empresas y los proveedores más pequeños. No serían los grandes grupos industriales. La industria auxiliar, presente en muchos otros países de Europa también se vería afectada.
Para minimizar el impacto, una de las posibles soluciones pasaría por el uso de combustibles sintéticos. El ministro de Transportes confirmó que su departamento también apuesta por los combustibles sintéticos, los llamados e-fuels. La movilidad eléctrica no puede sustituir por completo al motor de combustión interna, según el ministro.
En los vehículos comerciales pesados no es viable, considera, y tampoco lo es para el transporte aéreo. Por lo tanto, en el futuro, habrá más de un tipo de energía para dar movilidad. "Es extremadamente importante que permanezcamos abiertos a la tecnología", concluyó el ministro.
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