La cacareada revisión de las etiquetas ambientales de la DGT, que categorizan coches y vehículos según su mecánica, finalmente no verá la luz. Al menos en esta legislatura.
Así lo ha confirmado Pere Navarro, el director general de Tráfico, durante el II Simposio del Observatorio de la Movilidad organizado por El Español-Invertia. En esta ponencia, el máximo responsable de la DGT ha argumentado que no es "el momento oportuno".
Descartada por la crisis
La anunciada revisión de los distintivos medioambientales lleva coleando más de año y medio. Finalmente, en verano de 2020, el Gobierno confirmó este cambio e incluyó la reforma entre las medidas del plan de "impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción". Y se le puso fecha: julio de este 2021.
Previamente, debía contar con una propuesta en firme en diciembre de 2020. Pero ni hubo propuesta, ni tampoco llegó la modificación en la fecha señalada.
Esta reforma debía de hacerse de forma consensuada entre la DGT, el Ejecutivo y el sector de la automoción, para lo que se organizó un grupo de trabajo interministerial. Sea como fuere no se ha llegado al consenso deseado.
Pero Navarro confirma ahora que "el trabajo está hecho" y que se han planteado ajustes en las categorías más exigentes, se entiende que la CERO y ECO, además de que se había propuesto la inclusión de una nueva etiqueta denominada 'D'.
No obstante, dada la crisis que asola el sector del automóvil, con varios frentes abiertos en lo últimos tiempos y que acusa las ventas (transición ecológica, la crisis del coronavirus y ahora la de la carencia de microchips), se ha tomado la decisión de no seguir adelante. Navarro ha hablado de "tormenta perfecta".
La actual clasificación, impuesta ya hace más de cinco años, lleva tiempo siendo puesta en duda al quedarse obsoleta con la llegada de nuevas mecánicas, tanto la DGT como el Gobierno así lo han señalado.
En el punto de mira han estado esencialmente las mild-hybrid (etiqueta ECO), pues este sistema está presente en muchos coches de gran cilindrada y elevada potencia: por ejemplo, el Audi RS 6 Avant o el RS Q8 con un V8 biturbo de 600 CV, pero hay muchos más. Y estos modelos tienen emisiones más elevadas que no pocos de etiqueta C.
También las híbridas enchufables (CERO), pues combinan un propulsor térmico con uno eléctrico y sí que emiten gases contaminantes.
La clasificación que podría haber visto la luz: categorías por emisiones para los eco
Navarro ha hablado de que se ha contemplado una nueva etiqueta D, la cual estaba incluida en la propuesta de Ecodes, firmada por varias asociaciones como Ecologistas en Acción, Greenpeace y Transport & Environment.
Se entiende por tanto que la categorización barajada, pero que no ha encontrado consenso, podría haber sido ser similar a esta planteada por este organismo.
En la misma se mantendrían también cinco clasificaciones, aunque habría cambios para las que categorizan las mecánicas más respetuosas (CERO y ECO), basándolas en las emisiones (WLTP) y no solo en el tipo de tecnología. Además, desaparecería la ECO, siendo sustituida por la mencionada D:
- Etiqueta CERO (Verde): exclusiva para coches y vehículos eléctricos de batería o de pila de combustible de hidrógeno, es decir los que emiten 0 g/km de CO₂.
- Etiqueta D (Morada): abarcaría a todos los híbridos, incluyendo los no enchufables, los PHEV, los mild-hybrid y los de mecánicas de GLP y gas natural. Y también los térmicos más modernos, los gasolina, Euro 5 o Euro 6, y diésel Euro 6d. En todo caso, ninguno debía superar los los 95 g/km de CO₂.
- Etiqueta C (Azul): en la misma solo se incluirían los gasolina Euro 4 y los diésel Euro 6a, 6b y 6c, debiendo ser sus emisiones máximas de 137 g/km de CO₂ (WLTP).
- Etiqueta B (Amarilla): no habría cambios respecto a la actual, incluyendo los gasolina Euro 3 y a los diésel Euro 4 y Euro 5.
- Etiqueta A (sin distintivo): de nuevo se mantendría igual a la clasificación presente e incluiría los gasolina Euro 0, Euro 1 y Euro 2 (es decir los anteriores a la normativa Euro 3) y los diésel Euro 0, Euro 1, Euro 2 y Euro 3 (anteriores al estándar Euro 4).
Sea como fuere, esta nueva clasificación, no verá la luz, pues se mantendrá la actual al menos hasta que termine legislatura el actual Gobierno:
Esta categorización lleva activa desde 2016 y viene acompañada de bonificaciones para los de etiqueta ECO y CERO. Las etiquetas medioambientales sirven también para discriminar el acceso a las denominadas Zonas de Bajas Emisiones, como Madrid Distrito Centro, la inminente de Plaza Elíptica (también en la capital) o la ZBE de Barcelona.
Hay que recordar que, según exige la nueva normativa para la transición ecológica, a partir de 2023 todas las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes deberán contar con una Zona de Bajas Emisiones.
En Motorpasión | Etiquetas medioambientales de la DGT: cómo saber qué distintivo le corresponde (o no) a un coche de segunda mano | Cómo la norma Euro 7 prevista para 2025 podría acabar con una gran parte de los motores de gasolina y diésel
