5 de diciembre de 2008: Takeo Fukui (Presidente y CEO de Honda Motor Company) anuncia al mundo, para susto mayúsculo de los aficionados a la Fórmula 1 y para sorpresa del resto de grandes fabricantes de automóviles, que la compañía cesa sus actividades en la más importante, seguida y publicitada competición del globo, y que pone en venta por un euro el equipo Honda Racing F1 Team.
Se esgrime como razón principal de la huida la crisis financiera y de crédito que empieza a afectar muy seriamente a los fabricantes de automóviles y a la población en general, con una caída de la producción y de las ventas de Honda en noviembre de un 11% respecto al mismo mes de 2007.
Sin embargo, y a pesar de que el presupuesto de gasto del equipo estaba de forma más o menos reconocida entre los 300 y 400 millones de euros anuales, no se dice que el principal motivo sea meter tijera en el despilfarro y resguardar la caja (en un momento en que todas las empresas buscan salvar los billetes ahora que los bancos no los prestan), sino que su propio comunicado reconoce que la decisión se enfoca “a optimizar sus recursos directivos y de investigación”. Se referían así al personal de I+D de Honda Japón que estaba asignado al equipo de F1 (alrededor de 300), responsables principales del diseño del motor y de los proyectos de investigación.
De un plumazo Honda decidía que todo ese personal clave que trabajaba sin muchos resultados para el equipo de fórmula 1 pasase a reforzar la plantilla que desarrolla su trabajo en el negocio principal, y en lo que Honda considera el reto del futuro: conseguir antes que los demás, o de forma más eficiente, la tecnología limpia y barata que permita a los fabricantes más fuertes sobrevivir y a los menos dotados perderse por el camino.
Un mes después el asunto pinta un poco raro, y lo va haciendo más según pasan los días sin que aparezca un comprador para el equipo. Todas las circunstancias hacen pensar en una decisión tomada a la ligera, poco meditada, y llevada a cabo más por miedo puntual que por una estrategia empresarial a largo plazo. En otro caso, hubieran anticipado sus circunstancias a Bernie Ecclestone, para que les amarrase el nuevo comprador del equipo sin tener que vivirse la subasta actual.
El antecedente de Ford
El último gran fabricante en abandonar la Fórmula 1 fue Ford en el año 2004. Habían llegado al circo a bombo y platillo en el año 2000, después de comprar el equipo Stewart Grand Prix. Rápidamente pintaron el coche de verde, lo bautizaron Jaguar, y presumieron ante el mundo de que serían el Ferrari anglosajón. Menos de cinco años después salían corriendo de la fórmula 1, sin una sóla victoria, con un historial de ridículos del calibre de usar a Lauda como probador, y vendiendo el equipo a Redbull. En aquella ocasión también se argumentaba el recorte de costes y la necesidad de centrarse en el negocio de vender coches. Tanto se han centrado en ello que han acabado vendiendo la misma Jaguar.
Estamos en 2009, Ford sigue en la UVI, y algo debe haber aprendido de aquella espantada, porque a pesar de la que está cayendo son uno de los dos únicos valientes que siguen en el mundial de rallies “por ser un medio publicitario privilegiado y ser la competición parte de su ADN”.
La sorpresa entre el personal del equipo
Un mes antes de dejar la F1, personal clave del equipo se dedicaba a cortejar sin piedad a Fernando Alonso, a desarrollar el KERS, y a prometer que el coche tenía la pinta de ser puntero en 2009. Todo esto hacía indicar que nadie del equipo sabía que tenían la soga sobre sus cabezas, o lo que es lo mismo: el equipo tenía chequera libre hasta un día antes de saber que en enero no podrían pagar ni la luz. ¿Se puede gestionar así un equipo de 400 millones de dólares?
Earthdreams, the earth car
Como a Ford, hace un par de años a Honda también se le ocurrió pintar su coche de verde, pero en este caso no de un verde oscuro felino, sino de un verde claro y ecológico. Por primera vez una escudería anunciaba que renunciaba voluntariamente a un patrocinador principal (se pensó que más por no encontrarlo que por verdadera opción personal), y que su coche pasaría a publicitar su nuevo concepto corporativo de respeto al Planeta.
No quiero ni imaginarme la pasta que se gastaron en estudios de mercado, logos, campañas, pensadores… en lo que era una estrategia a muy largo plazo. Menos de dos años después la pasta sigue siendo la pasta, y la ecología sigue siendo la ecología… algo bonito pero prescindible.
Desde que inauguraron esta campaña siempre me costó pensar en el Honda como un coche de Fórmula 1, no sólo porque corriese poco, que también, sino porque era extraño imaginarse que sin nigún cambio tecnológico en su interior el coche hubiera pasado de ser un quemagasolina el año anterior a un blanco e inmaculado amigo del medioambiente la temporada siguiente. La publicidad de buenas intenciones es bonita y efectiva, pero más cuando no se nota tanto…
El nivel de gasto en el equipo
400 millones de euros de gasto pueden parecer mucho, pero hay que tener en cuenta que el equipo también tiene ingresos, por pequeños que sean, así que no todo el dinero se va por el sumidero. Además, para una compañía que preveía facturar en 2008 78.000 millones de dólares, no parece que la inversión en fórmula 1 sea vital. Es decir, si en 2009 a Honda le va bien o mal, no se deberá a que hayan prescindido del equipo de fórmula 1, sino más bien a que sean capaces de seguir vendiendo coches, o a que si no los venden puedan reducir sus gastos acorde a su nuevo nivel de actividad, lo que no se conseguirá precisamente prescindiendo de Jenson Button sino con cosas parecidas a ERES y paradas industriales.
En todo caso, ¿alguien en Honda ha pensado que no hacen falta 400 millones para hacer correr un coche de Fórmula 1? Hay equipos que siguen en Fórmula 1 que son ejemplo de ello. Cierto, sería estar para no ganar, lo que no supondría precisamente ningún cambio respecto a lo que ha hecho Honda el último año. Al menos podrían seguir paseando su globo terráqueo por el mundo. Ni siquiera parece indispensable la aportación del personal de I+D de Japón. Un equipo reducido y sólo de personal inglés ha sido efectivo durante muchos años.
La publicidad, y sobre todo la negativa
¿Cuánto le costará a Honda sustituir la publicidad que hacía el equipo de F1 por anuncios publicitarios o nuevas actividades deportivas en todos los países y para todo el millonario público de la Fórmula 1? O lo que es peor, ¿qué impacto negativo tiene para la marca estar viendo un día sí y el otro también el nombre de Honda asociado a millonarios del petróleo, vendedores de teléfonos móviles, o periodistas deportivos, aunque sea de broma?
El espíritu deportivo de Honda
El dossier de presentación para la prensa del equipo de Fórmula 1 para la temporada 2008 llevaba este encabezamiento:
Soichiro Honda: “The day I stop dreaming is the day I die”
Esperemos que no sea una premonición ni para el equipo ni para la compañía que lleva su nombre.
En RacingPasion | Las razones de Honda para dejar la Fórmula 1