Se ha dado un nuevo paso en el camino para descarbonizar el transporte aéreo por parte de Repsol y Vueling, ya que una alianza entre ambas compañías ha servido para conseguir realizar el primer vuelo con combustible sostenible de la compañía de IAG.
El trayecto se ha realizado con motivo del Tourism Innovation Summit en Sevilla y ha recorrido la distancia que hay entre Barcelona y Sevilla, recorriendo 820 km.
Hasta 2,5 toneladas toneladas menos de dióxido de carbono
Según las compañías, este vuelo ha logrado reducir las emisiones a la atmósfera en 2,5 toneladas de CO₂ gracias a la mejora en la eficiencia energética y al uso de biocombustible.
En cuanto a la mejora en la eficiencia, Vueling ha trabajado en la reducción de peso gracias a sustituir los asientos de su flota por unos más ligeros o la implementación de nuevos alerones cuya función es la de aumentar la sustentación del avión a bajas velocidades.
El biocombustible Repsol proviene de la transformación de la biomasa, una matera de origen orgánico, vegetal o animal, a través de procesos mecánicos, termoquímicos y biológicos.
De hecho, este no es el primer acuerdo de IAG para conseguir combustible sostenible para su flota, pues ha firmado también un acuerdo con Velocys, empresa de tecnología de combustibles sostenibles, para adquirir 220.000 toneladas de combustible de aviación sostenible durante 10 años.
El objetivo de IAG en cuanto a sostenibilidad, es operar el 10% de sus vuelos con combustible de aviación sostenible en el año 2030 y alcanzar las cero emisiones netas de CO₂ en el año 2050.
En cuanto a Repsol, ya está trabajando para desarrollar hidrógeno renovable a partir de biometano fabricado con residuos sólidos urbanos, el cual será ha utilizado para fabricar combustibles de baja huella de carbono, como gasolina, gasóleo y queroseno para aviación.
Y, en 2020, Repsol comenzó la construcción de su primera planta de biocombustibles avanzados de España, que se pondrá en marcha en 2023. Se ubicará en Cartagena y tendrá una capacidad de 250.000 toneladas anuales de biocombustibles, válidos para coches, camiones y aviones.
Este movimiento supone un nuevo paso para descarbonizar la aviación, lo cual es un reto en la lucha por combatir el cambio climático ya que es uno de los que más CO₂ emiten y que sus trayectos requieren mucho combustible.
Por lo que, tanto el desarrollo de biocombustibles para la aviación como la electrificación de este modelo de transporte será clave para conseguir las emisiones netas de dióxido de carbono en 2050.
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