Este curso 2022-2023 entra en las aulas un nuevo y muy necesario contenido: la educación vial. Así, los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato recibirán una formación básica en seguridad vial gracias a su inclusión en el currículo escolar.
Será obligatoria y los alumnos deberán realizar exámenes.
Aunque se integra en otras asignaturas, es un gran paso ante el atraso del caso español
Estos contenidos, que serán evaluables, se integrarán de manera transversal en diferentes asignaturas como Conocimiento del Medio o Educación en Valores y, de manera especial, en la de Educación Física.
Según explica la DGT, los recursos educativos, a través de diferentes programas y materiales, se adaptarán a las necesidades específicas de cada etapa.
Por ejemplo, en Conocimiento del Medio se incluirán normas de circulación mientras que en educación física se abordará la seguridad vial desde una perspectiva práctica.
Mientras que en Primaria estarán enfocados a la promoción de los valores de una movilidad activa, saludable, segura y sostenible, ayudando por ejemplo a la extensión de los caminos escolares seguros, a la incorporación de la bicicleta como vehículo habitual de los escolares, en Secundaria y Bachillerato se orientarán más a valores de seguridad vial a través de programas o actividades como 'scape room'.
Aquí los alumnos tendrán que tomar decisiones al momento que se podrían encontrar en si día a día.
El objetivo último de este plan es disminuir la siniestralidad vial en un país en el que si bien no tiene las cifras más altas de Europa, encuentra en el alcohol y las drogas su punto débil.
Aunque lo ideal sería impartir la seguridad vial como asignatura independiente y no integrada en otras, España al menos gana posiciones con respecto a países vecinos.
Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Italia, Portugal o Suecia sí enseñan educación vial a los niños como asignatura obligatoria durante todo su aprendizaje. Incluso en Suecia, país pionero en seguridad vial, cada colegio tiene un consejo de educación vial en el que participan niños, profesores, familias y administraciones locales.
Si conceptos tan obvios como que no se debe conducir bajo los efectos del alcohol y otras drogas o que la conducción agresiva puede matar siguen enquistados, resulta evidente que es necesaria la educación desde etapas tempranas.
Y ha tardado en llegar. En 2015 se aprobó una proposición no de ley sobre la mesa del Gobierno en el Congreso de los Diputados, pero no resultó en ningún Real decreto-ley que hiciera obligatoria la enseñanza de la seguridad vial en las aulas, como ha ocurrido ahora.
Hoy en día más necesaria que nunca debido, entre otros factores, a la llegada de nuevas formas de movilidad urbana, como son los patinetes eléctricos y que cada vez utilizan usuarios más jóvenes.