Con las temperaturas cada vez más anómalas y los veranos cuanto menos sofocantes, son muchas las soluciones que se han propuesto para que la vida en las ciudades sea viable. Los bosques verticales o sistemas de refrigeración urbanos aprovechando el agua de los ríos son algunas de ellas, y recientemente un grupo de investigadores españoles han dado con otra: hormigón que no absorbe el calor.
Se trata del proyecto europeo Miracle que coordinan los investigadores del Centro de Física de Materiales en San Sebastián. Han dado con un material que, en vez de alcanzar los 70 ºC como hace el hormigón tradicional en las horas más calurosas, se mantiene entre tres y cinco grados por debajo de la temperatura ambiente.
Casi la mitad de la energía que consumimos procede de los edificios en los que vivimos y trabajamos, y esta cantidad de energía que gastamos en acondicionarlos acaba condensada en la ciudad en lo que se denomina islas de calor urbanas. De hecho, el uso de los aires acondicionados representan el 7% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y el 10% del consumo total de energía.
Por ello, encontrar materiales que no reproduzcan este efecto es uno de los objetivos de los investigadores. Este material 'milagroso' que no se calienta, denominado cemento para enfriado radiativo, evita que la radiación solar penetre en el edificio en las horas centrales del día gracias a microfibras de acero y la porosidad. Además, aseguran que este material puede expulsar el calor de los edificios al espacio exterior sin ningún consumo energético adicional ya que refleja esta energía en forma de radiación infrarroja.
El equipo del Dr. Jorge Sánchez Dolado, al frente de la investigación, pudo comprobar el verano pasado que este material se mantiene entre tres y cinco grados por debajo de la temperatura ambiente incluso en las horas centrales de los días más calurosos, en comparación a los 60-70 °C que puede alcanzar el hormigón tradicional, recoge El Confidencial.
La innovación de metahormigón fotónico tiene como objetivo contribuir drásticamente a la construcción de edificios de consumo de energía casi nulo, pero también puede ampliarse a múltiples campos, como la tecnología de células solares o las tecnologías de la comunicación.
De momento los investigadores han patentado el sistema y buscan crear una nueva empresa para escalar el producto, que aseguran tiene un precio similar al del hormigón tradicional. Este verano un edificio en Vizcaya será construido con este material milagroso para hacer un seguimiento de los resultados, que sin duda parecen prometedores.