Según los datos del último “Barómetro de electromovilidad” elaborado por la patronal de fabricantes ANFAC, la infraestructura de recarga para coches eléctricos de acceso público en España ha aumentado en 1.528 puntos en el segundo trimestre de 2022, para llegar a un total de 15.772.
En la actualidad tan solo el 17 % de ellos son de carga rápida (con potencias superiores a 22 kW), y la mayoría de ellos se sitúan en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Madrid. Si comparamos estos datos con los del resto de los países europeos, la cosa no mejora.
Seguimos a la cola de Europa
A la luz de los datos actualizados, y pese al tímido aumento de la infraestructura en los últimos meses en España (apenas ha ganado 1,1 puntos), la brecha respecto a los países líderes en materia de electrificación no deja de aumentar en Europa, donde ya hay más de 224.237 puntos de recarga en funcionamiento.
La gran mayoría (83 %) de los puntos de recarga para coches eléctricos de acceso público en nuestro país son de recarga lenta, (inferiores a 22 kW), lo que supone cargas de tres horas de media para la mayoría de los vehículos eléctricos actualmente en el mercado.
Durante el segundo trimestre del año 2022 apenas se han instalado tan solo 164 puntos de recarga entre 22 y 50 kW de potencia (en la actualidad son 771 en total), que facilitan a los usuarios el uso de sus eléctricos en el día a día.
En cuanto a los más rápidos, los de entre 50 kW y 150 kW de potencia han instalado 304 puntos de recarga a los 370 instalados en el anterior trimestre. Respecto a los de al menos 150 kW (que permiten tiempos de carga de entre 15 y 27 minutos), se han abierto al público hasta 95.
Cabe destacar que, pese a que es necesario que esta red se amplíe (como sucede en el resto de Europa), hoy por hoy, la mayoría de los vehículos eléctricos que se comercializan que son capaces de cargar a más de 50 kW lo hacen con potencias entre 85 y 150 kW. Por encima, hay algunos capaces de cargar a 230 kW, pero aún son algo anecdóticos frente al resto.
En los últimos años, España ha ido evolucionando hacia un mercado más electrificado, así como a un mayor desarrollo de las infraestructuras. Sin embargo, todavía estamos muy lejos de los objetivos deseables para cumplir con lo establecido por el PNIEC.
España sigue a la cola del continente no solo en cuanto a infraestructura, sino en cuanto a la propia penetración de vehículos electrificados y eléctricos puros en el mercado.
Por el momento, la reina indiscutible en este sentido, sigue siendo Noruega. Paraíso del coche eléctrico, es el país que cuenta en la actualidad con mayor número de coches eléctricos per cápita.
Junto a Italia, República Checa y Hungría, España se encuentra en lo más bajo de la tabla con valoraciones inferiores a los 10 puntos.
Con uno de los parques móviles más viejos de Europa, nuestro país avanza hacia la adopción del coche eléctrico de forma progresiva pero muy lenta: hasta agosto de este año en España se han matriculado 21.276 coches eléctricos y 25.909 coches híbridos enchufables.
En conjunto, supone alrededor del 8,8 % de cuota de mercado entre los dos sistemas de propulsión (los eléctricos puros se mueven en torno al 4 %).
La patronal aboga porque se necesita más inversión, incentivos y eliminación de barreras burocráticas para ampliar infraestructuras que potencien la compra y uso de vehículos eléctricos de batería y cumplir con los objetivos establecidos.
Y en ese sentido, ya hay en marcha varias iniciativas y normativa específica que entre otras cosas, busca impulsar la estructura de recarga en España mediante la aceleración de los trámites burocráticos necesarios y establece, tanto dotaciones mínimas de puntos de recarga para vehículos eléctricos en edificios de uso distinto al residencial privado como el impulso al autoconsumo.
Desde el sector reclaman una red mínima de aproximadamente 70.000 puntos de recarga de acceso público en 2023; 120.000 en 2025, y 340.000 en 2030.
Sin embargo, no solo es cuestión de la infraestructura. Factores como el precio de los electrificados en la actualidad también influyen en el hecho de que el sector "no acabe de despegar".