El Gobierno español ha solicitado por carta a Bruselas que “priorice los proyectos de infraestructuras necesarias para transportar y comercializar hidrógeno verde” tanto desde nuestro país, como desde el resto del sur de Europa, donde “se puede producir de forma competitiva”.
En la misiva adelantada por El País y recogida por Europa Press, también se pide un impulso para mejorar las conexiones eléctricas entre la Península Ibérica y Francia mediante “fondos suficientes” para poder acelerar la independencia energética de Rusia.
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la transición ecológica y el reto demográfico, Teresa Ribera, firmaba el pasado 6 de mayo estas peticiones dirigidas a la Comisión, recordando que estos proyectos deben respaldarse “en un ejercicio coherente y alineado con lo establecido en el Pacto Verde Europeo".
La oportunidad que brinda el hidrógeno verde a Europa
Además de las peticiones concretas, la misiva deja claras las intenciones de España para tratar de convertirse en una potencia en materia de hidrógeno renovable, uno de los vectores en materia de energía limpia con más potencial de la UE en la actualidad.
España, que tiene entre sus ambiciosos objetivos de la 'Hoja de Ruta del Hidrógeno' cubrir el 10 % del objetivo comunitario a medio-largo plazo, en la actualidad no produce ni un kilo de hidrógeno verde a escala industrial, ya que las 500.000 toneladas de hidrógeno que se obtienen al año en nuestro país actualmente proceden de reformado de gas.
Sin embargo, estas cifras pretenden cambiar de cara a 2024, cuando se espera que haya entre 300 y 600 megavatios de hidrógeno en electrolizadores ligados a la producción de parques eólicos o fotovoltaicos, ayudas del MITECO mediante.
Ya de cara a 2030, podríamos tener circulando 150 autobuses, 5.000 vehículos (incluyendo los pesados), dos líneas de tren propulsadas con hidrógeno producido con fuentes renovables y un centenar de hidrogeneras. Así, y para ese año la 'hoja de ruta’ incluye entre sus objetivos cuatro gigavatios (GW) de potencia instalada de electrolizadores.
Para entonces y dicho de otra forma, la intención es que el 25 % del consumo industrial que ahora se alimenta de hidrógeno gris en España tenga un origen renovable, como apunta la periodista especializada María Fernández.
El objetivo final es que España cuente con un sistema eléctrico 100 % renovable en 2050 y para ello será clave un impulso determinante al hidrógeno verde.
En este sentido, ya hay más de 500 proyectos en torno al hidrógeno renovable sobre la mesa para optar a ayudas en España (que en una primera fase contarán con más de 1.500 millones de euros). Entre ellos, Iberdrola, Enagás, Endesa, Repsol, Naturgy, Acciona, Talgo o CAF son algunos de los firmantes que pretenden proyectar “valles de hidrógeno” en Aragón, Asturias, Castilla y León, Cataluña, o el País Vasco.
Así, Teresa Ribera también pide en su misiva a la Comisión que se desarrolle con urgencia un marco específico centrado en el almacenamiento de energía. "Esto contribuirá aún más al despliegue de soluciones innovadoras en todos los niveles, consolidando el aprendizaje tecnológico e industrial en Europa y construyendo capacidades de fabricación", apuntaba.
De la misma forma, la vicepresidenta tercera ha trasladado a Bruselas que "acelerar el potencial de las renovables en la UE es clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia energética y crea empleo en los sectores económicos relevantes, estimulando el desarrollo den nuevas tecnologías y modelos de negocio”.
En esta línea, España aboga por “incentivar la investigación, desarrollo e innovación en el ámbito de los paneles solares, también con respecto a nuevos materiales, y reforzar la cadena de valor a nivel europeo”.
Ribera también sugiere a la Comisión Europea que el próximo encuentro de responsables europeos en materia de energía “sirva para reflexionar sobre potenciales cambios en el diseño del mercado eléctrico europeo”, a raíz del último informe elaborado por la Agencia ACER.
En opinión del Gobierno español, este texto "confirma que el diseño actual del sistema eléctrico europeo no está adecuado al futuro".