China va a tener que seguir pagando para que el coche eléctrico se venda. Se juega su puesto de número uno mundial

China sigue siendo el mayor mercado para el coche eléctrico del mundo: la temprana adopción de estos vehículos unidos a los incentivos son algunas de las razones de su éxito.

El país asiático ha intentado en varias ocasiones cortar el grifo, encontrándose con el mismo resultado una y otra vez: el frenazo en las ventas de coches eléctricos. Para recuperar el impulso, el Ministerio de Comercio está coordinando una campaña de seis meses que utilizará fondos públicos para impulsar las ventas en comunidades rurales.

El coche eléctrico, una cuestión de Estado

Las ventas de vehículos eléctricos en China experimentaron un crecimiento récord en 2022, con un aumento del 95 % en comparación con 2021. Ya sabemos que cuando se trata de coches eléctricos, China domina toda la cadena de valor, desde la extracción de las materias primas en las minas hasta el ensamblaje del coche, pasando por la fabricación de la batería hasta el software del coche.

Pero esas ventas se han desacelerado, con un aumento del 41 % de enero a mayo de 2023.

Algo que el Gobierno ve insuficiente dado que en el mismo periodo del año pasado ese porcentaje ya era del 120 %. Para ponerle remedio, China extenderá y optimizará las exenciones fiscales a vehículos electrificados.

Según explica Bloomberg, 'animará' a los bancos y otras instituciones financieras a facilitar la financiación de la compra de automóviles, especialmente los vehículos eléctricos.

Esto implica que los bancos deberán financiar la compra del cliente final, mientras que se ofrecerán incentivos a los fabricantes. El objetivo es dejar de impulsar las ventas en las grandes ciudades para hacerlo en las zonas rurales, y reforzar la infraestructura eléctrica en estas áreas.

Lo cierto es que los grandes fabricantes ya están rebajando el precio de sus modelos más populares, como es el Hong Guan Mini de la marca Wuling.

Ya en 2022 China empezó a recular en su sistema de ayudas a la compra ante la gran demanda de vehículos eléctricos.

El alto coste que suponía para las arcas públicas unido a problemas de fraude inició una renovación de este sistema de incentivos en 2017, con estándares técnicos más altos y una eliminación gradual de los subsidios hasta 2020.

Pero la pandemia y el frenazo económico empujaron al gigante asiático a mantener estas ayudas durante 2023. El plan es eliminarlas gradualmente de aquí a 2030.

O eso dicen.

Países como Noruega o Alemania también han comprobado el doble rasero de las ayudas a la compra.

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