Al sur de California, en el suroeste de EEUU, hay un lago creado por error que una vez atrajo en masa a pescadores en busca de sus enormes reservas de marisco y pescado y sus estáticas aguas se convirtieron en una importante parada de peregrinación para aves migratorias.
Actualmente es un cementerio pegajoso que alberga pesticidas, metales pesados y una salinidad que dobla a la del Pacífico. Las corporaciones han encontrado en este desastre natural su particular ruleta francesa en la que probar suerte, pues el lago, llamado Salton Sea, alberga enormes reservas de litio: el principal ingrediente para fabricar las baterías de los coches eléctricos.
"La fiebre del litio de Salton Sea"
"El gran problema en el Salton Sea", cuenta el investigador Timothy Lyons a Los Angeles Times, "está entremezclado con esa capa marrón orgánica en la parte superior, y para ser honesto, da miedo".
salton sea
Este lago salino de 974 km² "está cargado de pesticidas y metales pesados (molibdeno, cadmio y selenio) que persisten en mayores concentraciones en aguas más profundas", continua Lyons.
Bajo sus tóxicas aguas comparten espacio lo que una vez fue fauna marina y aves, productos químicos agrícolas y la salmuera de la que se extrae el litio.
La Comisión de Lithium Valley ya ha bautizado su cruzada como "la fiebre del litio de Salton Sea", y se estima que los recursos superan los 16 millones de toneladas.
"Con la oportunidad de desarrollar litio a partir del Salton Sea en California, la Comisión Blue-Ribbon sobre Extracción de Litio está dirigida a revisar, investigar y analizar oportunidades y beneficios para la recuperación y uso del litio en el Estado", dicen en su web.
Antes del 1 de octubre de 2022 se deberá presentar un informe que especifique las líneas maestras del plan - financiado por el Estado- y el impacto medioambiental, para perforar esta masa de agua.
Ya hay varias empresas que han mostrado su interés en explotar la zona, como Berkshire Hathaway Energy, aludiendo a las características únicas de la salmuera en Salton Sea.
La empresa energética Controlled Thermal Resources y segundo productor de litio de los EEUU ha iniciado un proyecto de 500 millones de dólares y ya está perforando bajo la superficie del lago, con el objetivo de generar energía geotérmica y extraer el litio de la salmuera.
Y un gigante de la industria automotriz está detrás.
General Motors ya le ha puesto el ojo encima
En julio, General Motors celebró un acuerdo de inversión y colaboración estratégica con la empresa australiana Controlled Thermal Resources para impulsar el proyecto de salmuera geotérmica Hell's Kitchen que tiene la compañía cerca del lago.
El gigante de Detroit necesita litio para cumplir con su plan de lanzar 30 nuevos coches eléctricos para 2025, y mejor si viene de EEUU y no de América del Sur.
Así, Hell's Kitchen está llamado a convertirse en el proyecto de litio más importante del país para 2024, y General Motors ya es la primera empresa automotriz en realizar una inversión multimillonaria.
El gigante estadounidense espera que esta colaboración ayude a reducir el precio de sus coches eléctricos y que, de paso, se obtenga el preciado litio con métodos más respetuosos con el medio ambiente. Algo, de momento complicado.
Pero antes de que conviertan Salton Sea en un paraíso para el coche eléctrico, deberán atajar el grave problema que acecha a los residentes californianos: el lago se está evaporando debido al cambio climático, esparciendo una nube de polvo tóxico alcalino y salado.
Y además, para extraer litio se necesitan enormes cantidades de agua, lo que empeora el problema de que el lago siga mermando.
El mar que nació por error
Salton Sea nació artificialmente en 1905 por una gran crecida del río Colorado. Un error de cálculo en una obra de ingeniería destinada a regar las tierras de cultivo del Valle Imperial provocó su desbordamiento.
El desierto, junto a las viviendas colindantes y los cultivos, acabó inundado, creando un mar interior. Durante décadas fue un vergel para la fauna marina y acuática -un vergel sin salida al mar- que el hombre se afanó en explotar.
A mediados de siglo fue bautizado como la Riviera Salton, y se llenó de complejos turísticos y casas vacacionales que hoy están abandonadas.
La agricultura lo creó y la agricultura terminó de matarlo, depositando en él las sales que debían acumularse en los terrenos colindantes, y los pesticidas. Ahora los planes para rescatarlo pasan por importar agua del Océano Pacífico o construir un gran acueducto para conectarlo con el Mar de Cortés.
Y extraer litio, mucho litio.
Foto | Geographer
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