Ahora mismo un buque comercial chino está siendo investigado por las autoridades europeas y la OTAN: se le señala como artífice de un posible sabotaje estratégico al Viejo Continente. China no sería el autor, sino Rusia. Esta posibilidad la señala una completa exclusiva de The Wall Steet Journal y en base a fuentes de la investigación.
Este barco habiendo echado el ancla, navegó más de 150 kilómetros arrastrándola. Esto, se indica, ocasionó que cortara dos cables de datos de fibra óptica claves en suelo europeo y que recorren el fondo marino del mar Báltico. Se sospecha que ha sido un intento de sabotaje de la inteligencia rusa en medio de la reciente escalada de tensión entre Rusia y Occidente.
"La probabilidad de que se arrastre un ancla accidentalmente parece mínima"
El barco en cuestión es el granelero Yi Peng 3. Se trata de un buque de 225 m de largo y de 31 m de ancho. Partiendo el 15 de noviembre del puerto de ruso Ust-Luga, en el Báltico, iba cargado con fertilizantes igualmente rusos. Los daños a los mencionados cables se produjeron entre 17 y el 18 de noviembre. La secuencia, según siempre lo detallado por las fuentes de la investigación a WSJ fueron los siguientes.
El Yi Peng 3 echó el ancla en aguas suecas el 17 de noviembre sobre las 21:00. Pero el buque continuó navegando, lo que significa que iba arrastrando el ancla por el camino. Así, pocos minutos después, corto el primer cable entre Suecia y Lituania. No se detuvo: cerca de las 3:00, ya el 18 de noviembre, cercenó el segundo cable, situado entre Alemania y Finlandia. Todo tras recorrer más de 160 km siempre con el ancla desplegada. Después de este segundo corte, navegó erráticamente, levó anclas y siguió adelante.
¿Descuido o acto deliberado? Hay varios indicios de que no se trató de un accidente o un mero despiste. Primero, se indica que el transpondedor del barco con el que opera su Sistema de Identificación Automática, que llevan los barcos para comunicarse entre ellos y trasladar su posición, estuvo apagado durante todo ese tiempo. Es lo que se conoce como "incidente oscuro" en navegación marítima.
Gracias a la información de los satélites se sabe que hizo ese recorrido, además de que su velocidad era anormalmente baja. Lo que vendría a indicar que iba arrastrando el ancla y por lo tanto iba frenado.
Tras el incidente, varios barcos de la armada danesa interceptaron al Yi Peng 3, cercándolo. Fue cuando, tras comprobar daños en el ancla y en el casco, determinaron que efectivamente la había arrastrado con altas probabilidades de haber cortado sendos cables de fibra óptica.
"Dadas las suaves condiciones climáticas y las alturas manejables de las olas, la probabilidad de que se arrastre un ancla accidentalmente parece mínima", señala a WSJ la firma de análisis de datos en tiempo real de transporte marítimo internacional Kpler.
¿China o Rusia? La gran pregunta es quien ha firmado realmente este supuesto sabotaje. Que sea un carguero chino puede levantar suspicacias, pues China y Europa están inmersos en una batalla comercial ante la amenaza que suponen los coches eléctricos de la República Popular, lo que ha derivado en la imposición de aranceles de importación más caros. Pero fuentes de la inteligencia europea prácticamente descartan a China, según el medio norteamericano.
Y es que las autoridades chinas están colaborando en la investigación, como también la empresa propietario del barco: Ningbo Yipeng Shipping. Han permitido que el buque sea detenido y analizado en aguas internacionales. La tripulación del Yi Peng 3 era mayoritariamente china, pero también había un marinero ruso. De momento, no han sido interrogados.
Por otro lado, desde 2019, este carguero había operado siempre en aguas chinas. Hasta marzo de 2024. A partir de entonces empezó a transportar carga procedente de Rusia y haciendo escala en los puertos rusos. Si bien esto no es suficiente para demostrar la autoría rusa, es llamativo que un barco que siempre ha operado en China cambie tan drásticamente su región operativa.
El Yi Peng 3 está ahora mismo custodiado por una pequeña flota de barcos de la OTAN perteneciente a Dinamarca, Alemania y Suecia (este último, siempre neutral, se ha sumado recientemente a la alianza militar debido el conflicto entre Ucrania y Rusia).
De momento no se ha acusado formalmente a Rusia: la investigación sigue en curso y Europa debe ser cauta, pues se deben a la libertad de navegación y el comercio global. Pero desde que comenzó la guerra ruso-ucraniana, se ha acusado al Kremlin de realizar ciertos ataques encubiertos a enclaves estratégicos en suelo europeo.