A pesar de que cada vez más el diseño urbano gira hacia un modelo de 'espacios públicos de paso' (zonas de hormigón sin bancos ni sombras) en favor del consumo, cada vez son más los estudios que apuntan a que precisamente las zonas verdes hacen habitable la vida en las ciudades.
Un estudio del Institut de Salut Global de Barcelona, la Universidad de Colorado (EEUU) y la Organización Mundial de la Salud los espacios verdes y su asociación con la mortalidad por todas las causas, y el resultado ya te lo puedes imaginar.
A través de casi 10.000 estudios los investigadores encontraron evidencia de una asociación inversa entre la vegetación y la mortalidad por todas las causas. Es decir, cuantos más árboles, menos muertes. Algo que los planificadores urbanos (y los políticos) deberían priorizar ya que la mitad de la población mundial vive en entornos urbanos.
"Los espacios verdes también se han asociado con una mejor salud mental y beneficios para el sistema inmunológico y el metabolismo, mejores resultados del embarazo, una reducción de las enfermedades cardiovasculares y una reducción de la mortalidad prematura", detalla el estudio. Así, por cada aumento del 2% de la vegetación a 500 metros de la vivienda de cada persona se reduce un 4 % su riesgo de morir prematuramente.
Pero tienen un inconveniente, y las personas alérgicas bien lo saben: los espacios verdes también están relacionados con algunos riesgos para la salud, como la exposición a alérgenos (como el polen), pesticidas, herbicidas, enfermedades transmitidas por vectores artrópodos (como la enfermedad de Lyme o el dengue), lesiones accidentales por actividades realizadas en áreas de espacios verdes y exposición excesiva a la radiación ultravioleta.
Aún así, son mayores los beneficios que ofrecen, pero en España no destacamos precisamente por nuestras zonas verdes. Según los datos recopilados por The Lancet Countdown -el proyecto de investigación medioambiental impulsado por la revista científica The Lancet-, apenas un 27 % de las ciudades del mundo cuentan con un nivel moderado o alto de espacios verdes.
España se encuentra en el nivel más bajo -no así nuestros vecinos europeos-, junto a la mayor parte de África, buena parte de América del Sur o Arabia.
"Las intervenciones para aumentar y gestionar los espacios verdes deben considerarse una intervención estratégica de salud pública", concluyen los investigadores.