Hace unos días os anunciábamos que se estaba celebrando el European Truck Platooning Challenge, un reto consistente en realizar una ruta con al menos dos camiones equipados con tecnología para la conducción semiautónoma. Pero no sólo Mercedes participó, también Iveco con dos Stralis Hi-Way que partieron del Atomium de Bruselas para terminar en Rotterdam recorriendo varias ciudades europeas.
El objetivo de esta prueba era reducir el consumo de los vehículos que forman la caravana (dos en este caso) al circular uno a rebufo del otro, es decir, a muy poca distancia para que el segundo aproveche la estela que genera el primero. Iveco ya había probado la dinámica de convoyes en circuito cerrado allá por 2003, pero este reto significaba la oportunidad de probarlo en condiciones reales.
Para poder realizarlo los vehículos cuantan con una plataforma de detección avanzada basada en radares, cámaras y GPS (Global Positioning System), con sistemas de seguridad mejorados como el CACC (Cooperative Adaptative Cruise Control) y el AEBS (Advanced Emergency Breaking System). Además podían comunicarse y colaborar entre ellos gracias a una tecnología Wi-Fi específica para automoción.
Pierre Lahutte, presidente de Iveco: “Iveco se ha comprometido a hacer frente a los desafíos tecnológicos en sus vehículos, y promueve, junto a otros actores del mundo del transporte, un enfoque integrado con el fin de abordar temáticas de actualidad, como la revisión del marco regulatorio y la compatibilidad con las infraestructuras y otros usuarios de la carretera. El reto ‘Platooning’ representa para Iveco un paso más hacia el futuro para seguir ofreciendo a nuestros clientes soluciones de transporte más sostenibles”.
Un importante paso más para acercarse a esa futura conducción autónoma que unos tanto desean y otros tanto temen. Y es que, por una parte estas tecnologías significan una reducción de emisiones y costes, pero en un futuro (todavía lejano) una reducción de puestos de trabajo, algo que no es tan positivo como lo primero.
Por el momento no será tan radical como eliminar por completo al conductor, pero sí que empezarán a reducirse sus funciones y, quién sabe, con el paso del tiempo incluso también la cualificación necesaria para conducir este tipo de vehículos.