La carrera en el Sonoma Raceway finalmente nos trajo algo más de emoción que la que vivimos el año pasado en una prueba completamente aburrida y sin ningún interés. En esta ocasión sí disfrutamos de una bonita carrera, con victoria final para Ryan Briscoe, que suma así su séptimo triunfo en la categoría. También Chevrolet tenía motivo para la celebración ya que conseguía matemáticamente el titulo entre los motoristas.
Tras la bandera verde, el primero en marcar la pauta era Will Power. La cosa en cabeza se mantuvo bastante estable hasta el último paso por boxes, cuando el piloto australiano de Penske, compañero de Ryan Briscoe, tenía bastantes problemas en su parada y cedía el liderato. Power no conseguiría finalmente pasar a Briscoe durante las últimas vueltas antes de la bandera ajedrezada, terminando segundo, justo por delante de Dario Franchitti.
Aun así Will tiene motivos para estar contento ya que salía de Sonoma aumentando su ventaja al frente de la general después de que sus principales rivales, Scott Dixon y Ryan Hunter-Reay, tuvieran una actuación muy discreta. El australiano tan sólo necesita sacarle una ventaja de 44 puntos en la próxima carrera de Baltimore para coronarse campeón.
El susto de la jornada lo daban Sébastien Bourdais y Josef Newgarden que tenían un fuerte accidente y acababan los dos contra la barrera de neumáticos, afortunadamente ambos ilesos. No fue la prueba de Oriol Servià, que acabó decimonoveno tras varios rifirrafes que no pasaron de inadvertidos para los comisarios. Rubens Barrichello llegó a meta en la cuarta plaza demostrando que cada vez tiene más cogido por la mano el coche.