Hubo un tiempo en el que para justificar el ascenso de un piloto a la Fórmula 1 había un buen puñado de argumentos en forma de resultados que esgrimir. Pero aquello ya ha quedado muy atrás. Desde que la Fórmula 1 trató de imitar a MotoGP marcando una escalera con la Fórmula 2 y la Fórmula 3 está bastante claro que algo no funciona.
El equipo Haas acaba de anunciar que Oliver Bearman correrá con ellos la próxima temporada en Fórmula 1. A su vez, parece obvio que Andrea Kimi Antonelli va a debutar más pronto que tarde en el mundial, y puede que el año que viene ya esté subido en un Mercedes. El problema es que ninguno de los dos está destacando en la Fórmula 2.
Haas acaba de confirmar a Bearman para 2025, y Antonelli apunta a Mercedes
Aquello de destacar en la Fórmula 2 para correr en la Fórmula 1 ha pasado a la historia. Bearman y Antonelli correrán el año que viene en el gran circo. El británico ya ha sido confirmado, y al italiano se le da como fijo, sea en Mercedes o en otro equipo. Actualmente son compañeros en el mejor equipo de la Fórmula 2, Prema, y ninguno está destacando.
Correr en Prema en Fórmula 2 es casi un seguro de vida. El equipo entró en el campeonato en 2016, y desde entonces Pierre Gasly, Charles Leclerc, Mick Schumacher y Oscar Piastri han ganado la categoría con él, labrándose un ascenso más que merecido a la Fórmula 1. Otros como Antonio Giovinazzi o Nyck de Vries también destacaron lo suficiente.
Antonelli y Bearman también parece que van a subir, pero ya no están destacando. El italiano todavía no se ha subido al podio tras sus primeras catorce carreras en Fórmula 2, y lleva cuatro sin puntuar. En cuanto a Bearman, que está en su segunda temporada, acaba de ganar su primera carrera del año, pero va decimocuarto del mundial, detrás de Antonelli.
El motivo por el cual, pese a la ausencia de resultados, estos dos pilotos van a subir a la Fórmula 1 es simple: pertenecen a una academia de pilotos de una gran marca desde muy jóvenes, y a sus equipos les sale más rentable subirlos que dejarlos en la orilla. Por eso Ferrari ha colocado a Bearman en Haas y Mercedes va a apostar por Antonelli.
Pero hay más porqués para esta situación. Porque el caso es que tanto Bearman como Antonelli sí que han destacado antes de la Fórmula 2, especialmente en el caso del italiano, que directamente ha ganado todo lo que ha corrido. El gran elefante en la habitación es que la Fórmula 2 ya no sirve para evaluar el nivel de un piloto.
La sensación de un tiempo a esta parte es que la Fórmula 2 se ha convertido en una categoría extremadamente técnica, delicada y, por lo tanto, caótica. Hay pocas estabilidad, y por lo tanto es muy difícil destacar. Cada vez va a ser más habitual que pilotos de media tabla de Fórmula 2 suban a Fórmula 1 y lo hagan bien. Y eso los equipos lo saben.
De hecho, no olvidemos que Bearman ya sabe lo que es correr en Fórmula 1. Lo hizo con Ferrari, sustituyendo al lesionado Carlos Sainz en un circuito tan difícil como el de Arabia Saudí. Pues aún así consiguió un gran séptimo puesto, y fue realmente rápido, aprovechando de pleno una oportunidad que apareció de sopetón.
La Fórmula 2 está en colapso, y eso es lo que impide destacar a Bearman y Antonelli. Para el aficionado, detectar allí el talento cada vez será más difícil.