Saliendo en decimosexta posición, Felipe Massa afrontaba un Gran Premio bastante, bastante complicado. Cierto que Fernando Alonso no salía desde tan adelante como para tildar de desastre total la posición del brasileño, pero en ningún momento se vio brillar ni gestión de neumáticos, ni reacción estratégica, ni perlas de pilotaje. Es más, la carrera para Massa terminó ocupando las últimas posiciones en una lucha tan estéril como perjudicial para sus intereses con Bruno Senna.
Parece casualidad, pero los últimos incidentes con Massa de protagonista o actor secundario tienen el mismo patrón: no son golpes sino enganchones, roces, cortes de neumáticos… La falta de agarre en la trasera, un desgaste de neumáticos superior al de su compañero de escuadra (¿me permitís que diga su jefe de filas?), un perenne caminar en las últimas plazas de la clasificación,… con solo un momento brillante, que fue la salida cuando remontó 6 posiciones, creo que es un desastre en la primera carrera del año. No se cuántos créditos tiene Felipe Massa en Ferrari. Hoy, sin duda, gastó uno de ellos.
Hay que decir que, si podemos sacar algo positivo de este enganchón, Felipe Massa lucha. Tiene garra pero no acierto, que creo que es lo que más se deja ver en este tipo de acciones. Massa no es el que antes abría la puerta; no quiere ceder, quiere mantener e ir adelante, pero por alguna razón, seguramente de puesta a punto y de tipo de pilotaje, hoy no ha sido su día. En un momento en el que Ferrari está en el punto de mira de aficionados y profesionales, esta carrera hace flaco favor a las aspiraciones de Felipe Massa dentro de la Scuderia.
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