Cuando hace algo más de un año estalló la guerra entre Rusia y Ucrania estaba claro que el equipo de Fórmula 1 al que había que mirar directamente era Haas. Pese a ser una estructura estadounidense, Haas se sustentaba básicamente a través del dinero que aportaba Nikita Mazepin, piloto e hijo de un oligarca ruso muy cercano a Vladimir Putin.
Haas incluso lucía la bandera rusa en su monoplaza, pero tras el estallido de la guerra despidió a Mazepin y, aparentemente, cortó todo lazo con Rusia. Sin embargo, la PBS estadounidense, la televisión pública del país, acaba de sacar un reportaje en el que acusa a la compañía Haas de colaborar directamente con el ejército ruso.
Haas despidió a Mazepin tras el estallido de la guerra, pero podría seguir vinculada a Putin
El reportaje de la PBS está firmado por el corresponsal Simon Ostrovsky y cuenta con el apoyo del Centro Pulitzer. En él se explica que Haas Automation lleva colaborando con el ejército ruso durante todos estos meses a través de una filial llamada Abamet Management LTD. Saltándose, obviamente, las sanciones a Rusia.
Según este reportaje, Haas habría estado colaborando con RATEP, una empresa rusa de fabricación de armamento que estaría sancionada internacionalmente desde hace meses. Y no es la única empresa sancionada rusa que señala la PBS como receptora del material de apoyo de Haas. Un escándalo.
Recordemos que Haas, además de tener su equipo de Fórmula 1 y participar en otras muchas categorías de automovilismo en los Estados Unidos, es una compañía puntera en tecnología. Tiene su sede en Oxnard, California, donde presumiblemente habrían fabricado todo este material de apoyo al ejército ruso.
La situación podría tornarse muy complicada para Haas, ya que Denys Hutyk, consultor del consejo de seguridad de Ucrania, habría aportado documentación probatoria al respecto ante las agencias gubernamentales de los Estados Unidos. Según los informes, Haas habría fabricado para Rusia a través de su filial multitud de maquinaria.
Entre ellas, máquinas de control numérico, que se utilizan para todo tipo de vehículos bélicos, desde barcos hasta aviones, e incluso para los misiles. De momento Haas niega todas las acusaciones, pero en Ucrania aseguran que hay al menos dos compañías rusas sancionadas que siguen recibiendo el material de Haas.
Ahora la pelota está en el tejado del gobierno estadounidense, que tendrá que investigar la vinculación de Haas con Rusia. Pero, de momento, la empresa matriz del equipo de Fórmula 1 está bajo la lupa.