Un año sin Fórmula 1 en Montreal y se echó de menos. El GP de Canadá vuelve en 2010 a la Fórmula 1, pues el circuito semiurbano de Montreal se ha convertido por méritos propios en una de las citas imprescindibles de la Fórmula 1. Una pista que siempre depara grandísimas carreras, y que por dificultad la comparo sin reparos con Spa-Francorchamps. Vamos a darle el vistazo de rigor al Circuit Gilles Villeneuve de Montreal.
La pista canadiense de 4,361 kilómetros es una de las más rápidas del año y una de las más desafiantes, ya que frente a la moda ultra segura de las escapatorias kilómetricas en las nuevas pistas (que si están asfaltadas hasta hacen las veces de pista improvisada), en Montreal llegamos a un circuito de los de toda la vida. Con sus razonables escapatorias, pero con muchos puntos que no perdonan el error de pilotaje, ni el accidente fortuito, ni por supuesto pensar en trazar mucho más allá de las líneas blancas y pianos.
Tras el GP de Turquía los monoplazas de Fórmula 1 seguirán buscando el delicado compromiso entre tener muy poca resistencia aerodinámica para alcanzar buenas cifras de aceleración y velocidad en las largas rectas y rápidas curvas enlazadas, a la par que tener unas mínimas garantías en las chicanes y horquillas más lentas que tiene la pista.
Chicanes lentas entre comillas, pues si una de ellas es la chicane que da acceso a meta tras la larga recta del Casino, no tendría mucha razón de ser el conocido ‘Muro de los Campeones’ que se encuentran los monoplazas justo cuando ya encaran la recta de meta al extremo derecho de la pista. Un punto en el que los pilotos más kamikazes pagan muy caro saltarse la chicane más de la cuenta o excederse con el acelerador. Los buenos dejan el rastro negro de goma en el muro, pero nada más.
Realmente Montreal sólo tiene un punto notablemente lento: la peculiar horquilla con interior peraltado en pavimento de hormigón previa a la recta del Casino. El punto más claro de adelantamiento del Circuit Gilles Villeneuve, en el que siempre se ven grandes maniobras (y a veces grandes accidentes, como recordaremos el de Robert Kubica en 2007). En 2008, último año en el que se disputó un GP dió problemas porque el pavimento nuevo de hormigón se hacía polvo literalmente. Para este año ha sido reparado, será una de las novedades del circuito para volver a recibir a la máxima competición automovilística mundial.
Montreal es un circuito que propicia grandes luchas, y es una de esas pistas en las que queda relegado a un segundo plano esas expresiones de “este circuito tiene 1-3 puntos de adelantamientos”. En Montreal, el piloto que sabe encontrar los huecos tiene muchas curvas y puntos dónde hacerlo. La baja carga aerodinámica de los monoplazas, dependiendo del agarre mecánico mucho más en los puntos más lentos como seis de las primeras siete curvas del trazado también ayuda a ello.
También tiene un encantador imán para situaciones peculiares e hilarantes con o sin intervención posterior del coche de seguridad, como recordaremos el absurdo accidente en pit-lane de 2008 entre un apresurado Lewis Hamilton con Kimi Räikkonen. O la recordada notable actuación de Takuma Sato en 2007 con Súper Aguri logrando una séptima plaza con adelantamiento para enmarcar a Fernando Alonso, por entonces en su único año (y negro) con McLaren. Entre otros tantísimos. Por tanto, ver el GP de Canadá siempre resulta entretenido, pues las carreras dan un vuelco en nada siendo imprevisibles. Personalmente ésto junto con el detalle de que en España cae en horario de tarde-noche hace que sea uno de los GP más entretenidos y esperados del año.
En Montreal los neumáticos, frenos y motores sufren de lo lindo. Es una pista rapidísima, con velocidades punta superiores a los 300 km/h y medias que rondan los 200 km/h en el peor de los casos. Su condición de pista semiurbana complica más el aspecto de los neumáticos, pues como es habitual los compuestos blandos y medios son los que mejor rinden en pistas urbanas, pero su desgaste por el alto rendimiento que se les exigue está ahí. Tiene más de cinco frenadas fuertes durante la vuelta, así que la refrigeración y fiabilidad de los frenos es primordial (a ver qué hacen los chicos de Red Bull, que últimamente flaquean en este punto).
Con 14 curvas resulta ser al menos un circuito equilibrado para el desgaste de los neumáticos. Quizás con un poco más de castigo para los del lado izquierdo, sobre todo por la horquilla previa a la recta de atrás y el viraje de Senna, las primeras dos curvas que se hacen como una, y también tienen la complicada salida de boxes. Los monoplazas darán 70 vueltas, y no son descabelladas las estrategias a una única parada, e incluso tres pueden ser acertadas pero se tienen que dar muchos factores a favor. Y uno de ellos son los habituales coches de seguridad que se dan en Montreal. Lo de siempre, que igual le llegan a solucionar una carrera al piloto que tirársela por tierra.
Como pista muy rápida que es, el récord vigente data de 2004 en manos de Rubens Barrichello, un 1:13.622 que posee el brasileño de su época dorada en Ferrari. En 2008 ganó Lewis Hamilton Robert Kubica y no se bajó del 1:17 medio en todo el fin de semana. ¿En qué horquilla se moverán los tiempos el próximo fin de semana? Pues a saber, porque esta lotería sigue siendo imprevisible este año. No espero que el ritmo más rápido de carrera llegue a ser más bajo del 1:15 medio, y que en clasificatoria bajen los más rápidos mucho más allá del 1:14 alto. Si osan rodar en 1:13 o incluso romper el récord a priori de que este año los monoplazas iban a ser más lentos que en 2009 aquí estaremos para cascarlo.
Y como siempre, ante carrera de trenecito, siempre será bienvenida la lluvia para hacernos disfrutar a todos de una de las carreras más locas del año, con muchos caution period, como gustan en las carreras en Norteamérica.
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