Miércoles 3 de febrero. Día laborable para una buena parte de los mortales. Aún así 36.400 espectadores abarrotan las gradas del Circuit de la Comunitat Valenciana Ricardo Tormo. Fernando Alonso se ponía por primera vez al volante del nuevo Ferrari F60 F10, y la afición respondió como no se recuerda en este país.
Preguntado sobre la gran cantidad de público en ese tercer día, Pedro de la Rosa reconocía que hace unos años, un trazado como el de Cheste estaba completamente vacío en unas jornadas de tests como las celebradas esta seman. Entonces, ¿qué ha cambiado?. Alonso lleva unos cuantos años en la Fórmula 1, aunque es verdad que sus dos últimas temporadas en Renault fueron tan negras que los aficionados de nuestro país, mayoritariamente seguidores del asturiano, se tomaran unas vacaciones.
El país está volcado con Alonso. Tanto que a veces a muchos se les olvida que Pedro de la Rosa está viviendo una segunda juventud o que Jaime Alguersuari es un diamante en bruto. Fernando Alonso es tan grande que por desgracia, parece que no hay más a su alrededor. Hace unos años soñábamos con tener un piloto, de golpe tuvimos dos y a partir de ese momento el fenómeno Fórmula 1 comenzó a despegar. Hasta hoy.
Recuerdo que cuando era pequeño y me adentraba en esto de la Fórmula 1, había dos tipos de seguidores: los seguidores de Ferrari y los del resto. Y eso que la Scudería ya llevaba unos años sin "mojar". Los aficionados rojos eran mayoría. Ahora sumamos a unos y otros y nos encontramos con un choque de trenes, desde el mejor punto de vista. Parece que España se ha puesto la roja de nuevo.
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