Alpine acertó con su coche para 2022, pero la F1 cambió las reglas a mitad de partida y ahora Fernando Alonso lo sufre

Que la Fórmula 1 y la FIA tienen una forma de proceder bastante peculiar no es nada nuevo. Cambiar las normas a mitad de la partida es una desgraciada lacra con la que la categoría reina del automovilismo ha tenido que lidiar ya en demasiadas ocasiones, y lo que le ha pasado este año al equipo Alpine tan solo es una muestra más.

De pura casualidad, Alpine acertó de lleno con su coche para 2022. Decidió apostar por un diseño ancho y un fondo muy pesado que les diese más rigidez y les permitiese rodar mucho más pegados al suelo. Pero por el camino, sin querer, se encontraron con que eran el único equipo que había evitado el 'porpoising', el gran contratiempo inesperado de la pretemporada.

Alpine apostó por un suelo más pesado y evitó el 'porpoising', pero la FIA se lo tumbó

Básicamente, el 'porpoising' es un balanceo del coche. La carga aerodinámica que genera el fondo del monoplaza se activa e desactiva a alta velocidad conforme el coche va variando su altura, interrumpiendo y liberando el paso del aire por debajo del vehículo. Algunos pilotos han salido mareados de las sesiones. La pérdida de tiempo es notable.

Todos los equipos se encontraron con este problema en la pretemporada. Todos menos uno, Alpine. "Perseguíamos la rigidez del suelo, porque cuanto más rígido sea más bajo puedes rodar. No intentamos evitar el 'porpoising', pero ahora entendemos que lo logramos", aseguraba Pat Fry, el director técnico de Alpine.

El técnico británico prosigue explicando que "el 'porpoising' y su gravedad pilló a todo el mundo por sorpresa. Lo cierto es que no lo vimos en los modelos a escala ni tuvimos esos problemas en el simulador. Pero la forma en que diseñamos nuestro coche nos hizo mucho menos sensibles que otros al problema".

Alpine apostó por sacrificar el peso de su monoplaza, que sí se sabía que iba a ser un problema en 2022, buscando más carga aerodinámica. Y, sin querer, se encontró con una solución para la que realmente iba a ser la gran lacra de, al menos, las primeras carreras de la temporada. Pero entonces apareció la FIA.

Ante la queja de la mayoría de los equipos, la FIA permitió en plena pretemporada que se pudiese colocar un tirante que uniese directamente el suelo del monoplaza con el chasis, algo totalmente prohibido. Así, el suelo ganaría rigidez y las vibraciones se reducirían de forma sencilla sin que los equipos se tuviesen que estrujar la cabeza ni cambiar sus coches.

"Nuestro suelo pesa diez veces más de lo necesario, pero luego la FIA decidió añadir los tirantes. Nosotros podíamos detener el 'porpoising', pero este cambio de reglamento fue un desahogo para todos los equipos pero para nosotros. Las cosas aquí son así", explicaba Fry. Ahora ya casi ningún equipo padece el 'porpoising'.

Mientras que alguna escudería como Alfa Romeo presumen de tener el único coche de la parrilla que no sobrepasa el peso mínimo obligatorio de la FIA y lucen el tirante que les une el suelo al chasis del monoplaza, la primera mejora que tuvo que introducir Alpine en su monoplaza fue un suelo más ligero, que llegó en Imola y solo para Fernando Alonso.

Mercedes es otro equipo que ha salido muy beneficiado. Eran los que más 'porpoising' sufrían en la pretemporada, pero gracias al tirante Lewis Hamilton pudo estar en el podio en la primera carrera y, poco a poco, están recortando la distancia con Ferrari y Red Bull. La Fórmula 1 es así: a veces acertar va en contra de tus propios intereses.

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