Algo huele raro en Red Bull F1. Audi les ha robado a uno de sus ingenieros clave, y solo es un paso más de la desbandada

Es raro, muy raro. Algo extraño está pasando con el equipo Red Bull de Fórmula 1. Otro de sus pesos pesados, Jonathan Wheatley, acaba de anunciar su adiós al equipo. Después de casi dos décadas dirigiendo los designios de Red Bull, Wheatley dejará de ser director deportivo para marcharse a Audi.

En los últimos meses el número de bajas en el equipo Red Bull es incesante. Y puede que sea fruto de la guerra interna entre el clan Verstappen y Christian Horner, pero de fondo asoma un tufo que cada vez coge más cuerpo: nadie quiere estar en Red Bull para cuando entre en vigor el nuevo reglamento.

Jonathan Wheatley se va a Audi tras casi dos décadas en Red Bull

Si decimos que las calabazas de Carlos Sainz a Audi era la constatación de que algo pintaba mal en el proyecto alemán en la Fórmula 1, qué se puede decir de Red Bull. Al equipo de la bebida energética todo el mundo le está robando personal, y ahora es la propia Audi quien se ha llevado a Wheatley.

Después de fichar a Mattia Binotto como sustituto de Andreas Seidl, ahora Audi se hace con el antiguo director deportivo de Red Bull para formar una especie de bicefalia al frente del equipo. Pero lo realmente importante es lo que significa este adiós para Red Bull, porque supone un paso más en la desbandada.

En los últimos meses, Adrian Newey y Jonathan Wheatley, dos de los veteranos que levantaron Red Bull, han abandonado el equipo. No para jubilarse, sino para irse a otro lado. También Lee Stevenson dijo adiós, y como él una larga lista de hasta siete ingenieros han ido buscando nuevos destinos.

Y todo esto, mientras resuena de fondo una posible espantada de Max Verstappen. Los coqueteos del holandés con Mercedes son más intensos conforme su Red Bull pierde rendimiento y el Mercedes lo gana. La prueba del miedo de Red Bull es que han renovado a Helmut Marko para tratar de atar a Verstappen.

El comunicado de Red Bull anunciando el adiós de Wheatley habla por sí mismo. Con un lenguaje muy seco, cero sentimientos y sin espacio para las declaraciones se han despedido de una pieza fundamental que lleva casi dos décadas en el equipo, y que les ha llevado a la gloria. Un adiós que ha dolido, uno más.

Con Red Bull construyendo por primera vez su propio motor para 2026, da la sensación de que nadie se quiere quedar allí para cuando llegue esa fecha.

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