Desde que Bloomerg se pusiera en contacto con Ford en cuanto a su carrera hacia el coche autónomo, ha empezado a circular la historia de que sus ingenieros se están quedando dormidos mientras prueban la silenciosa tecnología autónoma de sus vehículos. Se ha dicho que los investigadores de la compañía han intentado evitar que esto ocurra mediante alarmas, timbres, luces de aviso, asientos que vibran y volantes que se agitan, y que han puesto a un segundo ingeniero en el vehículo para vigilar a su compañero.
Sin embargo, los de Autoblog se han puesto en contacto con Ford, que ha declarado que Bloomerg ha interpretado mal sus palabras. "Las informaciones relativas a que nuestros ingenieros se están quedando dormidos son inexactas". Lo que sí es cierto es que quieren que su coche autónomo no tenga ni volante ni pedales.
La firma del óvalo ha aclarado que "altos niveles de automatización pueden dar lugar a una falsa sensación de seguridad, y esto representa un reto para el conductor". El hecho de que la conducción autónoma nos invite a echar una cabezada implica precisamente que debemos ser conscientes de que, en algún momento, puede ser preciso tomar el control del vehículo en situaciones necesarias.
En declaraciones a Bloomerg, el vicepresidente ejecutivo de Ford, Raj Nair ha afirmado que es cosa de la naturaleza humana que comencemos a confiar "más y más en el vehículo y que sientas que no necesitas prestar atención".
Ford pasa del nivel 3 y se va al 4
Sin embargo, aún no hemos llegado al nivel de seguridad y adaptación que requiere poder echar una cabezada mientras conducimos, ni a nivel de usuario ni mucho menos en nuestra red de carreteras (menos aún en Europa). A Ford esto no le asusta y ha decidido saltarse un paso para lanzar su vehículo autónomo en 2021 sin volante ni pedales.
Esto pone a la firma del óvalo en un nivel distinto al de sus competidores, ya que empresas como General Motors y Audi aún cuentan con los humanos para que tomen el control en caso de accidente.
Hasta el nivel 3 podemos contar con que la actuación del ser humano es necesaria, ya que los dos siguientes niveles, el 4 y el 5, implican una alta automatización y un nivel del 100% de autonomía respectivamente. El nivel 3 se encuentra en el término medio entre una constante necesidad de control del ser humano y su total prescindibilidad.
Según las estadísticas, el fallo humano es el responsable del 94% de los accidentes y alrededor de 1,2 millones de personas mueren al año en las carreteras globalmente, pero ni siquiera un nivel semiautónomo parece poder disminuir el número de accidentes: mientras el ser humano esté al volante, seguirá muriendo en las carreteras.
Hace unos días Ford anunció la inversión de 1.000 millones de dólares en una startup de Inteligencia Artificial llamada Argo AI para que diseñe el cerebro que su flota de coches autónomos llevará de aquí a cuatro años. Para ello han reclutado a antiguos dirigentes e ingenieros de Google y Uber para diseñar un sistema de conductor virtual para hacer realidad el nivel 4 de la conducción autónoma (lo que equivale a conducir sin manos ni pies).
Por una parte, el hecho de invertir una cuantiosa suma de dinero en un vehículo que no alcanza los niveles más altos de autonomía puede hacer pensar al consumidor "¿para qué me he gastado el dinero si tengo que estar pendiente de tomar el control del vehículo en una situación crítica?". Por otra parte, la intervención del ser humano aún es necesaria, hasta que desarrollen una tecnología que nos haga prescindibles.
Vía | Autoblog
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