Si de lo que se trata es de conducir un vehículo con tracción integral, el mercado ofrece algunas posibilidades al menor precio posible, como el Fiat Panda 4×4, pero hay personas que prefieren hacer las cosas por sí mismas.
Este el caso que nos ocupa. Nuestro feliz ingeniero aficionado ha decidido que era una buena idea convertir su Ford Focus en un todoterreno con tracción integral. Las piezas que le han hecho falta las ha sacado de un Toyota Pick Up de 1994.
Ademas el autor asegura que este vehículo atesora todas las cualidades camperas que cabrían esperar de un vehículo con tracción integral, unas ruedas de semejante tamaño y reductora (que se maneja desde una segunda palanca de cambios colocada específicamente para que moleste).
Ni que decir tiene que es difícil que un vehículo montado de manera artesanal fusionando con coches completamente distintos tiene pocas posibilidades de pasar algún tipo de control en materia de seguridad, además de que dudo profundamente de la fiabilidad del conjunto.
No obstante, lo curioso del asunto, es que haya, por el momento, 8 personas a las que les haya parecido pagar al menos 2.000 dólares (la última puja está en 3.849 dólares) por semejante experimento. Sinceramente, no doy crédito.