Últimamente parece que regalan los superdeportivos, o eso es lo que parece a juzgar por la cantidad de ellos que acaban mal. Hagamos una recopilación: comenzó un Enzo a 256 km/h por una secundaria, después la maldición del Lamborghini Murcielago LP40, la revista Car & Driver también tuvo problemas con un Ferrari 599 GTB Fiorano y últimamente nuestra querida popstar rubia y sus problemas con un Ferrari 355.
El último caso es el de este Ferrari Enzo estrellado en el aeropuerto de Seúl, Corea del Sur. Lo curioso del asunto es que a pesar de las velocidades a las que se producen los impactos, normalmente su conductor no sufre consecuencias físicas, en este caso salió por su propio pie sin problemas. Eso si, las consecuencias psicológicas y económicas no se las quita nadie.