En automoción, el modo en que los fabricantes designan sus vehículos va más allá de la construcción de una imagen de marca. Tras de sí, algunos esconden una historia o simbolismo que evoca rasgos relacionados con su conducción o motorización.
Toyota no es una excepción. Si la cultura japonesa de innovación sustenta el impulso tecnológico de la marca, su árbol genealógico recurre con asiduidad a algunas de las principales lenguas madre, el latín y el griego, o al inglés.
Toyota: un nombre de marca con historia propia
Antes de reparar en cada modelo, resulta casi obligatorio detenernos en los orígenes de la propia marca Toyota. El fabricante nipón más importante de la historia debe su origen a la tradición industrial de la familia Toyoda, dedicada al sector textil desde finales del siglo XIX. Es Kiichiro Toyoda quien abre el camino hacia la automoción con el dinero obtenido de la venta de una patente de telar automatizado.
Por entonces, la familia Toyoda decide abandonar su apellido. ¿Los motivos? Querían un término más fácil de escribir en japonés y más fácil de pronunciar, tanto en el idioma de origen como en el internacional. De hecho, la palabra "Toyoda" consta en japonés de 10 kanjis y Toyota de 8, un número que en Japón atrae la fortuna
Además, Toyoda significa en japonés "campo de arroz fecundo", algo adecuado para la venta de cereales, pero no tan idóneo para la de automóviles. Por el contrario, Toyota carecía de significado hasta 1933, fecha en que el fabricante inició su actividad.
El Toyota Aygo es, en realidad, Toyota "I go"
Si comenzamos por el segmento A, el Toyota Aygo se aleja de Japón o de la Roma imperial en cuestión de nombre. Eso sí, el origen de su denominación es tan sencillo como eficaz para inspirar las nuevas necesidades de movilidad.
Aygo se corresponde con la transcripción del inglés I go, es decir, "yo voy". Coincide con la función que vino a desempeñar: un vehículo versátil que potencia la fluidez del tránsito urbano y facilita la libertad personal en ciudad.
Se presentó en el Salón de Ginebra del año 2005 y se comercializó ese mismo año. Sin embargo, su concepción data de 2001. Curiosamente, esa fecha es pareja a la del estreno de un famoso dispositivo electrónico que también se valía del prefijo "i-" inglés. En nuestros días, esto ya es un recurso común; pero, por entonces, transmitía la sonoridad de la revolución tecnológica que llegaba.
Toyota Yaris: elegancia divina
Pocos años antes, en 1999, se estrenaba el Toyota Yaris. Su nombre, en este caso, proviene de la mitología griega. Yaris deriva de Charis, diosa de la gracia y la elegancia.
Así expuesto, puede que a muchos nos parezca una desconocida. Sin embargo, tanto la diosa como su nombre se encuentran arraigadas en nuestra cultura: cuando se habla de "las tres gracias" o, también, por su relación de esposa de Hefesto (Vulcano en Roma), dios herrero. En un plano más lingüístico, la palabra "eu-caris-tía" contiene el apelativo de la diosa.
Yaris fue el nombre elegido por Toyota para el mercado europeo, cambiando finalmente la "Ch" inicial por "Ya", en referencia al "sí" alemán. En otras partes del globo, este utilitario multiprestacional se conoce de forma diferente (Platz, Belta o Echo).
Toyota Corolla: la pequeña joya de la corona
El Toyota Corolla es ya una eminencia para el segmento C. No podemos olvidarnos de que se trata del coche más vendido de la historia.
Comparte una denominación familiar. Deriva del modelo Toyota Crown (corona en inglés), lanzado en Japón en 1955. Once años después, en 1966, se estrenaba el Toyota Corolla como compacto que heredaba la genética del anterior.
Corolla proviene del latín y significa "pequeña corona", en una referencia directa a las dimensiones algo menores del modelo con respecto al Crown. La palabra corola también ha quedado en castellano para definir el conjunto de pétalos de los que se compone una flor.
Toyota Camry: corona japonesa
La designación Camry forma parte de la "familia de coronas" de Toyota, pero no comparte los mismos orígenes. Y es el que el Toyota Camry inició su vida comercial en 1980 en Japón como Toyota Celica Camry, es decir, como una variante del "celestial", en latín, Celica.
Poco después, se consolidaría en solitario en el segmento D como el sedán que conocemos. Su nombre proviene del japonés kanmuri, que también significa "Corona".
Toyota Prius: el adelantado a su época
El Toyota Prius fue ejemplo de cómo el nombre del modelo incide en el carácter revolucionario de su motorización (lo veremos también con el coche a hidrógeno), porque estamos hablando del primer vehículo híbrido eléctrico de la historia para producción en serie.
Un sello de sostenibilidad eléctrica que sigue presente en nuestros días. El sentido de su designación, también latina, cobra cada día más peso. Prius equivale al "primero" de su especie.
Toyota C-HR: compacto en altura
El joven crossover data de 2016. Su apelativo responde a un juego de siglas que presentan varios significados. El más común es el de Compact High Rider, que se refiere a su denominación de compacto y, a la vez, a que propicia una posición elevada al volante.
Sin embargo, Toyota ha reconocido otros significados para las mismas siglas, como Cool Hybrid Revolution. Toda una declaración de intenciones de la nueva época que vivimos con la movilidad, en la que Toyota está siendo protagonista con sus motorizaciones o la introducción de nuevos diseños, como el del Toyota C-HR Electric Hybrid.
Toyota RAV4: 'cars and recreations'
El Toyota RAV4 no entiende de imitaciones, ya que estrenó su propio segmento en 1994. Precursor del concepto de todocamino tal y como se entiende en la actualidad, sus siglas equivalen al inglés Recreational Activity Vehicle 4-wheel drive.
Es decir, se trata de un vehículo compacto que ha sido concebido para favorecer una conducción polivalente y responder con acierto tanto en ciudad como fuera de ella. El éxito de la primera generación fue contundente e impulsó tanto a la industria como a los conductores hacia los modelos SUV.
Toyota Highlander: el coche que conduciría William Wallace
Comparte plataforma con el Toyota Camry, pero sus espíritus poco tienen que ver. El Toyota Highlander toma su denominación de las Tierras Altas de Escocia o Highlands. Un guiño directo a su vocación de no encontrar territorio inalcanzable.
En inglés highlander hace también referencia a cualquier persona que habita en terrenos accidentados. El modelo recibe en otros mercados como el japonés el nombre de Toyota Kluger, que deriva del alemán klug y, a su vez, significa inteligente.
Toyota Land Cruiser: el abuelo del 4x4 sigue en forma
Otro emblema, no solo para Toyota, sino para los anales de la automoción. Se trata del modelo más antiguo en producción del fabricante. Aunque su comercialización se produjo en 1951, su curiosa historia comienza diez años antes, cuando los japoneses tomaron Filipinas en 1941.
Por entonces, encontraron un Jeep americano y lo enviaron a Japón. Allí, la autoridad militar encargó a Toyota el diseño de un vehículo similar, el AK10. Este poco tiene que ver con el modelo final de producción, el Toyota Jeep BJ, que terminaría pisando las calles. Ahora bien, el segundo no habría sido posible sin la concepción del primero.
El apellido Land Cruiser se adoptaría poco después, en 1954, tras una pugna legal por la etiqueta Jeep. Como esta ya había sido registrada, Toyota optó por una definición todoterreno, crucero de tierra, que fusiona sus posibilidades y mantiene algo la herencia militar de sus orígenes.
Toyota Hilux: identidad de lujo
Otra pieza mítica de los concesionarios es el Toyota Hilux. La fortalecida pick-up nació en 1961. En Europa, mantiene su nombre original que proviene del inglés Hi-Luxury, que equivale al castellano "gran lujo" o "lujo elevado".
Toyota PROACE: apelando a la versatilidad
Igualmente, del idioma británico procede el Toyota PROACE. El nombre de este vehículo con vocación comercial es una fusión del inglés Pro- o "profesional"; y -ace, que significa "as" o "experto".
Toyota GR Supra: la estilización del deportivo
Supra significa en el idioma de Cicerón o Julio César "superior", "supremo" o "más allá". Su diseño partió en sus inicios del Toyota Celica. Ya a mediados de los 80, adquirió su personalidad propia y definitiva: uno de los deportivos más icónicos de la historia.
Fue por entonces, con su tercera generación, cuando el modelo adquirió definitivamente su paradigmática presencia aerodinámica de líneas bajas y largas y morro afilado. Esta tendencia se ha ido moldeando en posteriores generaciones. Aun así, el particular diseño del Toyota GR Supra no ha dejado de hacer honor a su nombre original.
Toyota Mirai: un vistazo al futuro
Por último, dentro de los modelos de la gama actual del fabricante nipón tenemos al Toyota Mirai. Se trata del primer modelo alimentado por hidrógeno gracias a la tecnología de la pila de combustible.
No en vano, Mirai equivale al japonés "futuro". Toyota lleva desde los años 90 investigando y trabajando por dar con un modelo de propulsión a hidrógeno. Hasta 2014, los diferentes prototipos se fueron agrupando bajo las siglas FCV (Fuel Cell Vehicle). El giro se produjo ese año, cuando se inició una nueva etapa en la que la producción en serie y la comercialización fueron posibles.
Como se puede comprobar, el árbol genealógico de un fabricante como Toyota está poblado de significación y herencias intergeneracionales. Por eso, es de recibo considerar que el nombre de un coche lo define mucho más allá de lo que podríamos imaginar en un primer momento.