Pensar que conducir se hace con el único objetivo de ir de un lugar a otro; o como se define en cualquier diccionario, que conducir se trata de guiar, dirigir o transportar cosas o personas, sería quedarse solo en lo material, y sinceramente, muy alejados de la realidad.
Si conducir se encasillara de forma exclusiva en ese planteamiento, la industria del automóvil no existiría hoy en día como la conocemos actualmente y el ser humano habría perdido la oportunidad de disfrutar de una de las mejores experiencias que están al alcance de todos de una forma u otra, en definitiva, quizá seríamos un poco menos felices.
Cuando hablamos de conducir, son muchas otras ideas las que se nos vienen a la cabeza, como disfrute, placer, libertad, independencia, vida… y con seguridad cada conductor tenga según su experiencia, muchas más sensaciones que van mucho más allá del mero hecho de guiar un vehículo.
A nuestro cerebro le gustan los retos
Cuando conducimos y lo hacemos de forma consciente, utilizamos los cinco sentidos y hacemos trabajar todas nuestras capacidades de forma simultánea. En realidad estamos entrenando y motivando a nuestro cerebro, tenemos ilusión por llegar a algún sitio, por conducir un coche que nos gusta o por pasar por una carretera por primera vez.
Es en esta fase cuando entra en juego la dopamina, un neurotransmisor sintetizado por nuestro organismo que ayuda a las neuronas a comunicarse entre sí y que está relacionada con el placer y el bienestar. La dopamina juega un papel muy importante en nuestro comportamiento, en la motivación y en la recompensa y es conocida como la hormona del placer o la felicidad.
Muchas veces la generamos cuando conducimos o cuando lo vamos a hacer. Imagina que vas a hacer un viaje de vacaciones, cuando vas a conducir un coche en un circuito o cuando estás disfrutando de la conducción por una carretera en la que puedes apreciar la belleza de la naturaleza. ¿No sienes un cosquilleo y un placer que te hace sentir bien?
Regalarnos buenos momentos y sensaciones contribuye a mejorar la salud de nuestro cerebro y de nuestro cuerpo, nos sentimos de mejor humor, más satisfechos y más a gusto con nosotros mismos. ¿se puede pedir más?, en definitiva: disfruta de cada momento, y si es conduciendo, también.
Libertad, o cuando lo que importa es el camino
Si pensamos en cualquier película que se desarrolla en la carretera, lo que conocemos como “Road movie”, nos encontramos en un escenario que en el resto de las películas pasa casi desapercibido.
Físicamente hablamos de una carretera y un medio de transporte, pero en plano emoional hablamos de un escenario que va cambiando a lo largo de la película, que nos ofrece nuevas sensaciones y que nos aleja del aburrimiento y ataduras que pueda suponer un escenario estático.
Estas películas permiten a sus directores jugar con la libertad que supone el conducir, y que puede ser gestionada de muchas formas, ejemplos muy opuestos de cómo se gestiona la libertad en la conducción en el cine son Thelma & Luoise o El diablo sobre ruedas. La primera como un tributo a la libertad y la segunda más bien lo contrario llevado al extremo.
El mero hecho de desplazarse es una situación en que la libertad ocupa un papel muy importante, continuamente estamos decidiendo y valorando si ir por este camino o por este otro, si paramos para descansar en uno u otro lugar. Decidimos en función de muchas variables que tenemos en la cabeza y actuamos en consecuencia.
Este concepto de libertad al volante, cobra todo su protagonismo cuando realizamos desplazamientos por placer, y aquí podemos hablar de aquellos en que el propio viaje son las vacaciones, como cuando utilizamos auto caravanas o vehículos camperizados, o de otros en los que conducir de un lugar a otro y disfrutar de ello es el objetivo principal, que lógicamente se puede combinar con una visita a un pueblo con encanto o disfrutar de una experiencia gastronómica entre otros.
Cuando el conductor “ama” el conducir
Aquí estamos ante el conductor gourmet, el que se siente un todo con su coche y para el que conducir no es ni más ni menos que una extensión de su cuerpo.
La filosofía de los coches que pasan de las carreras a las carreteras, se reflejan a la perfección en la gama GR de Toyota. Se trata de deportivos puros, forjados bajo los conocimientos y tecnología que exige la competición y que son capaces de ofrecer emociones y diversión sin límite a todos los apasionados del motor.
Los modelos GR y GR SPORT trasladan la pasión del mundo de la competición a los coches de producción. Toyota ofrece hasta seis modelos de su gama con el acabado más deportivo, como son Yaris GR SPORT, Corolla GR SPORT, Corolla Touring Sports GR SPORT, Toyota C-HR GR SPORT, RAV4 GR SPORT y Hilux GR SPORT que son la puerta de entrada al universo GR.
Y para los que quieran dar una vuelta de tuerca más y disfrutar de un auténtico deportivo, llegamos a los GR como el GR 86, el GR Yaris o el GR Supra.
Estos vehículos son un auténtico cóctel de sensaciones, ofrecidas por motores que brindan una combinación emocionante de potencia y agilidad en la carretera y la pista, colores y líneas de diseño que enamoran, un interior que hace que te olvides de salir del coche y por supuesto una seguridad activa y pasiva total. ¿Qué más se puede pedir para disfrutar de la conducción?
Hasta donde quieras llegar con el RAV4 GR SPORT
Cuando queremos sobrepasar los límites, y que superar todo lo que se nos anteponga en el camino, es cuando un auténtico todocamino como el RAV4 GR SPORT se tiene que convertir en nuestro compañero de viaje, sí o sí.
Esta ha sido la última incorporación a la familia con el acabado deportivo, este modelo va mucho más allá del diseño y el equipamiento para ofrecer una experiencia superior al volante con una suspensión afinada, que mejora el tacto de conducción.
Cuenta con muelles delanteros y traseros más rígidos, con ello conseguimos mejorar la agilidad y la respuesta. La robusta suspensión del RAV4 se vale del sistema MacPherson en el eje delantero y de doble horquilla en el trasero, en ambos casos con barras estabilizadoras.
Por el momento, está disponible en versión híbrida eléctrica, Electric Hybrid de 2.5 litros, aunque en 2024 también estará disponible una versión GR SPORT adicional: RAV4 Plug-in GR SPORT.
En definitiva, si te gusta conducir, que por supuesto no tiene porqué gustarle a todo el mundo, disfrútalo, combínalo si puedes con tus aficiones favoritas y, siempre con la mayor seguridad, permite que el resto de usuarios también puedan disfrutar de este placer.
Imágenes: Pixabay | riadbenamar123, Toyota Sala de Prensa