Hay coches que parecen perfectos para una tarea concreta y luego está el Toyota Land Cruiser, que es el todoterreno preparado para cualquiera de ellas. Y aquí incluimos hasta tener papeles destacados en películas y series.
El Toyota Land Cruiser es un vehículo muy común en el cine, pero es algo normal, ya que se han vendido más de ocho millones de ellos en el mundo y por lo tanto es muy fácil verle en cualquier escenario o localización que escoja una película. Y cuanto más remoto sea el rodaje, en selvas, desiertos, sabanas o junglas, más posibilidades habrá de que salga un Land Cruiser.
Le hemos visto en taquillazos como Gran Torino (2008) de Clint Eastwood, siendo el coche del hijo de Walt, el protagonista que tanto se irritaba por ser un coche importado. En películas como Infiel (2002) de Adrian Lyne con Richard Gere, y en La Niebla (2007) de Frank Darabont tiene directamente un papel protagonista.
Según la base de IMCDB, el Toyota Land Cruiser, en sus diferentes versiones, aparece en más de 2.000 películas y series.
¿Y por qué no en Jurassic Park?
Si hay una película en la que un buen conocedor de coches echa de menos un Land Cruiser es en Jurassic Park. Piénsalo por un momento: ¿con qué todoterreno atravesarías una jungla, que no se quedase bloqueado a la primera y que fuera fiable para no tener que salir y pisar tierra firme?
¿Con qué coche te adentrarías en un parque con dinosaurios?
Sí, tienes cuatro opciones: el Jeep Wrangler, en el que no caben más de dos personas; el Mercedes G, que cuesta dos veces lo que en verdad vale; el Defender, en el que tu espalda no quiere pasar más que un rato, y el Toyota Land Cruiser, tan capaz de atravesar África como de llevar cómodamente los niños al colegio.
Con su chasis robusto, suspensiones de gran articulación, reductora, suficiente altura, la electrónica off-road y motores fiables y con empuje desde pocas vueltas, si la cosa está complicada (barro, caminos rotos, rocas, arena, campo a través…), un Land Cruiser es un valor seguro.
Incluso el escritor Michael Crichton, creador de la novela Jurassic Park (1990) desde la que se basó Spielberg para hacer la película, prefería el Land Cruiser. Era el vehículo que aparece en la novela y en el que los visitantes recorren el parque –también sin conductor-.
Pero Ford necesitaba aumentar las ventas de su Explorer lanzado un par de años antes y convencer a las familias americanas –también convencería a unas cuantas españolas-, y puso más dinero que nadie para que saliera en la película. Años más tarde el Explorer volvería a ser protagonista, pero no de una película, sino de un escándalo por su tendencia a destrozar sus Firestone y volcar.
Mejor no salir en Jurassic Park
Pensándolo mejor, al Toyota Land Cruiser le ha venido bien no salir en Jurassic Park, porque, aunque mantiene el espíritu de los todoterreno de siempre, es todo menos un coche del jurásico. Sólo hay que ver la última generación del Land Cruiser, con un nuevo motor Euro 6 más pequeño y ligero, de 177 CV, que entrega más par, 450 Nm, y baja el consumo un 9% hasta los 7,2 l/100 km en la versión de 3 puertas.
El motor es sólo una de las áreas renovadas por completo. El nuevo Land Cruiser es más confortable y seguro en carretera, gracias a sus tres programas de suspensión: Normal, Comfort y Sport. También es más capaz en campo con su exclusivo sistema KDSS que desacopla casi por completo las estabilizadoras para ganar articulación de las ruedas, su diferencial central gobernado electrónicamente y los programas de conducción.
Spielberg tuvo que sacar los Explorer por contrato, pero seguro que incluso él preferiría haber filmado los Toyota Land Cruiser eléctricos y preparados que describió Crichton en su novela.