Poco a poco los sistemas de frenado automático se han ido generalizando en los vehículos. Aunque ya hemos hablado de ellos en alguna ocasión, no está de más que repasemos brevemente en qué consisten ya que sobre el papel son muy sencillos de comprender.
Pensados para frenar el vehículo en ciudad y evitar así colisiones por alcance o atropellos, suelen funcionar por debajo de los 50 km/h. Gracias a los sistemas instalados en el frontal del vehículo, estos analizan la distancia entre nuestro vehículo y el que nos precede así como la velocidad relativa y, en caso de un accidente inminente en el que por distracción o por un motivo repentino no aplicamos los frenos, el vehículo lo hace por nosotros impidiendo el accidente o minimizando las consecuencias de éste.
En busca de una tecnología asequible para todos los vehículos
El reto que se ha planteado Toyota es que esta tecnología que en el caso de los atropellos puede salvar muchas vidas, así como gastos en reparaciones para los propietarios y aseguradoras en coste por alcance, sea lo suficientemente asequible para que todos los vehículos lo puedan incorporar de serie con un coste muy bajo.
La fecha que se ha barajado para su implantación global en Toyota (y también en su marca de lujo Lexus) es finales del 2017, calculando que el coste estará aproximadamente en una horquilla entre los 300 y 500 dólares, entre 280 y 466 euros. Dejando a un lado que por este precio podamos salvar una vida, pensemos que una colisión a baja velocidad ya nos supondrá un desembolso mucho mayor que el coste del sistema.
Este paquete de sistemas denominados Toyota Safety Sense (TSS), ya se están poniendo a prueba en los vehículos antes de su inminente comercialización y se ofrecerá en dos versiones: una más económicas que incluye el sistema de frenado automático, mantenimiento de carril y luces automático y otro superior al que se añade el sistema de detección de peatones y el control de crucero activo. Veamos en qué consiste cada uno de ellos.
Pre-collision System (PCS): Mediante la cámara y el láser frontal, el sistema determina si hay una posibilidad de colisión y avisa al conductor de forma sonora y visual que debe aplicar los frenos. Si el conductor frena, el sistema aplica una fuerza de frenada adicional pero si el conductor no se percata en un tiempo determinado, automáticamente aplica los frenos para evitar o mitigar el impacto. Se calcula que este sistema evitaría el 80% de las colisiones actuales por alcance que se producen hasta 80 km/h.
Lane Departure Alert (LDA): Es el sistema automático para mantener el carril. Una cámara detecta las marcas blancas y amarillas visibles en la carretera y determina si se está empezando a desviar de su trayectoria, avisando al conductor con un aviso sonoro y visual.
Automatic High Beam (AHB): Sistema de luces inteligentes. Una cámara detecta las luces de los demás vehículos que se aproximan y también las luces traseras de los vehículos que nos preceden, cambiando de forma automática entre luces de cruce (cortas) y carretera (largas) con el fin de evitar deslumbramientos.
Pedestrian Pre-collision System: Sistema que evita el atropellos de peatones. Su funcionamiento es idéntico al PCS del que hemos hablado anteriormente aunque siendo capaz de detectar peatones además de vehículos.
Dynamic Radar Cruise Control: Es un control de crucero activo que, mediante un radar delantero de ondas milimétricas detecta los vehículos que circulan delante de nosotros calculando su velocidad y distancia. Dentro de un rango determinado, ajusta la velocidad del vehículo de forma suave para mantener la distancia de seguridad entre los vehículos. Una vez que el vehículo de delante no está (tras desviarse o cambiarse de carril), el sistema acelera de nuevo de forma gradual hasta la velocidad anterior que le habíamos prefijado.