Hace algunos meses se presentó en sociedad en el Salón de Nueva York el nuevo Toyota Rav4 Hybrid con el que la marca japonesa se lanza a la conquista de un sector casi inexplorado hasta la fecha en el mercado de automóviles.
El todoterreno tiene el gran reto de buscar una solución más ecológica para su interior, reduciendo el consumo y la contaminación, pero manteniendo al mismo tiempo una experiencia de conducción que satisfaga a sus habituales. Los motores híbridos tienen ante sí un gran reto que afrontar. ¿Será este el futuro de los 4x4?
¿Un 4x4 híbrido para bajar el consumo y la contaminación en la ciudad?
El consumo es una de las cosas que más preocupa a los conductores de vehículos pesados, por eso hacen lo posible por no llegar a detenerse por completo en los atascos reduciendo anticipadamente y tomando mayor distancia con el vehículo precedente. El consumo marginal que se hace en el momento de arrancar desde 0 kilómetros por hora para romper el estado de reposo del vehículo es infinitamente más alto que si se reemprende la marcha aunque sea circulando sólo a 1 km/h.
Con los todoterreno pasa algo parecido. Son vehículos por lo general más grandes y pesados que la media, son peores aerodinámicamente, el rozamiento al que se tienen que enfrentar es mayor (tanto mecánicamente como por la banda de rodadura más ancha) y cuentan con unos desarrollos en la caja de cambios más cortos.
Todo esto revierte en un consumo más alto que la media también, pero si implementamos un sistema de motorización híbrida que asista con un empuje inmediato y suficientemente potente en los primeros compases de la marcha se conseguiría reducir sensiblemente el consumo de combustible.
Por supuesto, las emisiones de este tipo de vehículos también se verían reducidas de manera considerable, hasta el punto de poder llegar a beneficiarse de un impuesto de matriculación menor y por ende, un menor precio de venta al público.
Pero a nivel social también sería beneficioso, al no ir armando escándalo con sus grandes emisiones acústicas atronando la ciudad en cada paso de peatones, ni desprendiendo grandes nubes de humo negro a sus espaldas. Suponiendo que el todoterreno del futuro se utilizará lejos de entornos urbanos, en pueblos pequeños y entornos tranquilos donde la paz se valora mucho, un vehículo de este tipo que se moviera desprendiendo menos decibelios a su paso sería bastante agradecido.
El entorno de competencia y la posibilidad de sacar provecho del Rav4
Como decíamos antes, el sector de los todoterrenos híbridos tiene, de momento, una representación casi testimonial. Sumando todos los posibles competidores, incluso los de gamas muy distintas más enfocadas al lujo, podríamos encontrar otros cinco modelos.
Ninguno de ellos es un todoterreno puro, pero de todo el grupo el Toyota Rav4 es sin duda el menos “SUVizado” de todos ellos. De un tiempo a esta parte, el popular Rav4 ha perdido parte de su practicidad fuera del asfalto por un enfoque más urbano, pero aún puede ser una buena demostración de que la hibridación en los 4x4 puede tener sentido, ser útil y viable.
El mercado estadounidense va a la cabeza y ha visto cómo esta maniobra, por el momento testimonial, va enfocada a una reducción de consumo, más que a la utilización 4x4.
Otra oportunidad de hacer algo bueno y rompedor con la hibridación
Queda mucho por hacer aún en este nicho del mercado que se desarrolla tras el tímido rebufo de la hibridación en utilitarios y berlinas, pero eso no es impedimento a tener en cuenta las múltiples ventajas que podrían cobrar sentido dentro de los vehículos camperos.
Por una parte, podríamos tener un vehículo con tracción integral permanente, variable o desconectable a placer y gestionada por el sistema electrónico sin recurrir a cajas de transferencia. Simplemente manteniendo la tracción delantera con el motor térmico y alimentando la propulsión del eje trasero con un motor o motores eléctricos, como es el caso del incipiente Toyota Rav4 Hybrid, donde conseguimos una solución sencilla para un 4x4 muy efectivo.
Abundando en el tema, y ahora que están tan de moda las ayudas a la conducción, con un vehículo que pasa “mágicamente” de ser 4x2 a 4x4 gracias a la electricidad, es mucho más sencillo de trasladar la asistencia al terreno al carecer de mediación mecánica de por medio.
Ya conocemos el funcionamiento de los motores eléctricos y su capacidad para producir empuje de forma inmediata y constante desde cero revoluciones por minuto, imaginad lo útil que podría ser eso en situaciones complicadas (pensando en un uso sobre terrenos offroad bastante duros) que a día de hoy muchas veces se solucionan a base de fuerza bruta.
Por otro lado, también hay que tener en consideración que hay un amplio mercado de 4x4 que no se utiliza puramente para transitar por fuera de carretera, sino que aprovechan sus cualidades dinámicas para tirar de remolques. Aquí una motorización híbrida tendría más sentido, aún.
La hibridación del 4x4 y sus posibles futuros inconvenientes
Como con todo avance, habría que pensar en los inconvenientes del sistema, porque los tendrá, eso sin duda. Es algo intrínseco a los vehículos nuevos, pero más aún cuando hay que adaptar una tecnología pensada para vehículos de asfalto a otros que se van a salir de “lo negro”.
Es todo un reto, pero la industria actual está motivada por una evolución hacia productos más respetuosos con el entorno, por lo que será capaz de superarlo. En Toyota ya se han lanzado a aventuras similares apostando con estrategias que ningún otro fabricante se habría atrevido, abriendo el camino a otra manera de hacer las cosas.
La guerra contra el peso
Lo primero y más importante de todo sería el incremento de peso en vehículos que ya son pesados por sí mismos, pero ya hemos visto que Toyota con el Auris Hybrid es capaz de adaptar la hibridación con un incremento de escasos 100 kilos. Tampoco sería algo determinante entonces.
Hay que admitir que los todoterrenos con sus carrocerías gigantes, enormes ruedas, largas suspensiones y chasis de largueros no son precisamente sílfides. En el caso de optar por la hibridación, habría que estudiar más cómo repartir el peso extra que el propio peso.
Protección extra
Me parece más complejo cómo solucionar (pensando siempre en un uso 4x4 de verdad) el aislamiento del sistema eléctrico. Especialmente si situamos motores eléctricos en las ruedas, lo que conllevaría trabajar mucho, y muy bien, el aislamiento contra la humedad, contra la corrosión, y la protección para evitar posibles averías al vadear ríos, conducir sobre nieve o por recibir impactos de piedras o raíces.
Habría que estudiar detenidamente la manera de proteger elementos que pueden ser sensibles, o menos robustos que las mecánicas 4x4 tradicionales, algo que también contribuiría a incrementar el peso, aunque sólo fuera de forma indirecta.
La alimentación de las baterías
Pensando en un uso todoterreno, también habría una carencia en la alimentación de energía para las baterías. En coches urbanos esa energía proviene de las deceleraciones y del exceso de energía producido por el motor térmico.
Circulando en este hipotético 4x4 del futuro fuera de la carretera sí que habría un exceso de energía que rellenaría de kilowatios la baterías, pero deceleraciones no creo que haya tantas y también el consumo de los motores eléctricos sería posiblemente mayor que en uso urbano.
Habría que darle una vuelta más a este asunto, pero todo pasa por conseguir baterías más eficientes, mejorar la producción de energía eléctrica y reducir el consumo de los motores eléctricos.
El reto social
El mayor obstáculo de un todoterreno híbrido será romper los prejuicios de sus posibles compradores
Pero sobre todo, la barrera más importante que tendría que sortear un todoterreno de verdad con motorización híbrida sería, una vez más, la barrera subjetiva de los compradores. Quizá en Europa no tanto, pero en Estados Unidos los grandes todoterrenos con descomunales motores V6 o V8 son los reyes, dentro y fuera del asfalto.
Vender allí un todoterreno capaz de hacer lo mismo, o casi lo mismo (al no contar con sus cifras abusivas de potencia y par motor), con un “simple” motor de cuatro cilindros asistido por motores eléctricos y baterías no se hace de un día para otro.
Por suerte para todos, el downsizing está generalizándose, cada vez cala más hondo entre las marcas y, lo que es más importante, entre los usuarios que también se empiezan a preocupar de forma responsable por el medio ambiente y el impacto de nuestros vehículos en el entorno.
El futuro de la hibridación en los todoterrenos acaba de comenzar, sus retos están sobre la mesa, por lo que hay que esperar a ver cómo se van solucionando, ofreciendo una solución más ecológica y moderna que otros sistemas.