Hoy continuamos con el viaje que iniciamos a principios de esta semana donde destacábamos los Toyota que se han convertido en iconos de todo un sector. Después de ver a la Hilux en cine y televisión, al Prius en mecánica híbrida y al Supra en el tuning y las preparaciones aun quedan, al menos, otros tres sectores que destacar. Sin embargo, aunque el Toyota Supra es uno de los mejores deportivos que se han fabricado hay otros modelos que han pasado a la historia por su carácter y triunfos.
Campeonato del Mundo de Rally
Si eres aficionado o amante del motor pongo la mano en el fuego a que al menos en una ocasión te has quedado pegado a la pantalla viendo imágenes del Campeonato del Mundo de Rally. Pilotos con unas dotes para la conducción envidiables. Derrapadas suaves y perfectamente medidas. Barro, nieve, hielo y gravilla por doquier. Un baile hipnotizante entre curva y curva que te atrae con el espectacular rugido de un sistema de escape que ignora por completo los límites de decibelios permitidos en carretera en busca de la máxima eficiencia. Este campeonato es quizás lo más espectacular que podamos encontrar a día de hoy, incluso si añoramos aquel demente Grupo B.
Aquí, Toyota dejó huella cuando a finales de los 80 decidía apostar fuerte por el rally. El afortunado elegido para tan tremenda empresa fue el Toyota Celica. Adaptándose a las exigencias del reglamento construyeron un cierto número de este modelo que fue apodado GT-Four: un Celica turbocargado con tracción a las cuatro ruedas listo para devorar la carretera.
Aunque era construído en Japón la preparación corrió a cargo de Toyota motorsport GmbH. En nuestro país, además, la decoración del Toyota Celica GT-Four se hizo popular en cuestión de días cuando Carlos Sainz se proclamó campeón del mundo en 1990, una hazaña que repitió en 1992.
No sólo fue un gran éxito para Toyota, sino que introdujo a los fabricantes japoneses en la categoría.
Le Mans y resistencia
Cuando veo la palabra resistencia y recuerdo el motor 3.6 litros Twin-Turbo V8 de 600cv que tenía el Toyota GT-One no puedo evitar esbozar una sonrisa. El GT-One fue producto de la voluntad de la marca de entrar en la categoría GT tras la desaparición del Grupo C y continuar así su carrera en competición. Sin embargo, sus características se acabaron adaptando a las exigidas por las 24 Horas de Le Mans.
Hizo su debut en 1998 haciéndose con la vuelta rápida y la pole position. Aunque no pudo hacerse con la victoria tampoco en su siguiente aparición ya había hecho historia. Su aparición había sido un soplo de aire fresco ante el dominio de BMW y Mercedes y daba un giro de 180º al diseño de estos bólidos.
Espectacular, rompedor, impactante y objeto de deseo de los amantes del motor, el TS020 es una auténtica leyenda del automovilismo.
Drift y… manga
Y después de haber dicho manga ya muchos sabréis qué modelo vendrá ahora. Era un coche asequible, nacido de la cuarta generación del Toyota Corolla y que permitía disfrutarlo en casi cualquier situación. En efecto, estamos hablando del Toyota AE86. En el manga Initial D el protagonista, Takumi Fujiwara, lo conduce por las carreteras montañosas de Japón ignorando por completo su habilidad al volante y tan sólo preocupado por hacer el reparto de tofu lo antes. Del papel dio el salto al anime, y del anime al cine.
El Hachi-Roku (ocho-seis en japonés) llegó al mercado japonés con tracción trasera y 130cv debajo del capó, aunque en Europa y América tuvo que ser modificado para reducir su potencia y así pasar las normativa antigases de la época. Precisamente esa característica, la tracción trasera, fue la que le convirtió en el coche escuela de algunos de los mejores pilotos de drift que hayan existido.
Gente como Keiichi Tsuchiya, el Drift King como le llaman, desarrollaron sus particular técnica de conducción por el asfalto nipón rodeado por los frondosos bosques de la montaña.
Forma parte de la cultura popular y de la leyenda que existe en torno a los orígenes del drifting. Carreras nocturnas al margen de la ley con un aire cargado de pasión y misticismo. Eso es lo que le ha llevado a convertirse en un icono de esta rama de la competición y que, aun hoy, sea uno de los más queridos por los aficionados de todo el mundo.
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