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Seis razones por las que te conviene un híbrido antes que un eléctrico

Si ha llegado el momento de renovar nuestro vehículo, seguro que nos hemos planteado en algún momento adquirir un vehículo híbrido o eléctrico. Es común que en nuestras carreteras veamos vehículos de este tipo que ya son de uso habitual tanto como taxi, reparto, alquileres, etc.

Pero aunque hayamos valorado los desplazamientos que hacemos, el coste, la amortización con los kilómetros, ayudas y sobre todo el presupuesto del que disponemos, puede que todavía tengamos dudas sobre que vehículo elegir. Y es que dejando a un lado los convencionales, la oferta de los vehículos híbridos o los eléctricos puros nos puede hacer dudar cuál es el que más encaja con nuestro uso.

Es por ello que para ayudaros en la elección, hemos querido resumir de una forma breve y concisa el porqué actualmente normalmente conviene adquirir un vehículo híbrido en vez de uno eléctrico.

Razón 1: no te quedarás sin batería

¿Alguna vez habéis visto como vuestro vehículo entraba en la reserva de combustible y no había ninguna gasolinera a la vista? ¿A que es muy estresante? Pues imaginaros lo mismo pero con la diferencia de que en muchos casos, no hay ningún punto de recarga cerca y corréis el riesgo de quedaros literalmente tirados.

El problema de los vehículos eléctricos es que depende de la carga que tienen en la batería y no hay forma de recuperarla de otra forma que no sea siendo conectados a la red eléctrica. Sin embargo, los híbridos cuentan con la ventaja de que una vez agotada su carga eléctrica, pueden seguir circulando gracias a su motor de gasolina o incluso, éste puede generar más electricidad a la batería para seguir circulando con unas emisiones muy reducidas.

Razón 2: no tendrás que recargarlo

Consecuencia de no quedarse sin batería es que no tendrás que recargar el vehículo. Vale que un híbrido, tarde o temprano acabarás teniendo que ir a la gasolinera, pero estará lleno para seguir circulando en unos pocos minutos mientras que los eléctricos necesitarán varias horas para conseguir la suficiente carga y seguir circulando.

Razón 3: podrás usarlo siempre que quieras

Y es que si no hay que recargarlo, no hay problemas frente a los imprevistos. Imagínate que llegas a casa con una autonomía restante en el vehículo eléctrico de 10 kilómetros. Lo conectas a la red eléctrica pero a la media hora te surge un imprevisto y tienes que salir de nuevo con el coche. ¿Ahora qué haces?

Complicada decisión porque no habrá recuperado la suficiente carga como para tener suficiente autonomía para el siguiente viaje. Sin embargo con el híbrido este problema no surge ya que aunque su batería esté casi completamente agotada, mientras haya gasolina en el depósito podrás usarlo como un vehículo tradicional.

Razón 4: en el híbrido, el funcionamiento eléctrico aparece en el momento que más se necesita

El vehículo híbrido es lo suficientemente inteligente como para elegir el modo de funcionamiento óptimo en cada instante, ya sea en modo eléctrico, híbrido o tradicional. Por lo tanto, es capaz de elegir usar sólo la batería al arrancar, que es cuando el consumo de los coches se dispara y cuando más emisiones se generan.

Pero a la vez, puede combinar el motor eléctrico y el de gasolina para tener un empuje adicional por ejemplo en un adelantamiento, y no quedarnos colgados ante un imprevisto. El cerebro del coche híbrido es capaz de pensar por sí mismo o al mismo tiempo, complacer nuestras necesidades momentáneas.

Razón 5: mayor rango de utilización

Aunque poco a poco los vehículos eléctricos van aumentando su autonomía, ésta se encuentra en torno a los 200 km y disminuye a medida que lo usamos lejos de las ciudades. Por lo tanto, el rango de acción de los mismos queda supeditado a una planificación muy exhaustiva del recorrido que vamos a hacer en todo momento.

En un vehículo híbrido no hay límites, al igual que no los hay en un automóvil convencional. Estos sólo quedan fijados por nuestras ganas de hacer kilómetros y el lugar al que queramos llegar. El resto, vendrá rodado.

Razón 6: el que parte y reparte se lleva la mejor parte

Si tenemos en cuenta que en muchos hogares sólo hay un coche y éste se usa de forma familiar, un vehículo híbrido es una solución mucho más lógica que uno puramente eléctrico. ¿Por qué? Porque nos podemos encontrar con el problemas de que al ir a coger el vehículo porque lo necesitemos, nuestro marido/esposa lo haya dejado sin la suficiente carga.

En el caso del híbrido, tal y como hemos explicado antes, podremos hacer uso de él sin ningún problema. Es más, en unos pocos kilómetros habrá recuperado la carga para empezar a ayudarnos en los desplazamientos urbanos a consumir menos y emitir menos emisiones a la atmósfera.

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