Como ya sabemos, Toyota ha sido pionera en la automoción eléctrica con sus modelos híbridos, siendo además hoy el mayor fabricante de vehículos con esta tecnología. También lidera la carrera de la movilidad por hidrógeno, lanzando vehículos de todo tipo con pila de combustible que también utilizan motores eléctricos.
Y a pesar de todo esto, parece que Toyota se había quedado atrás en la carrera por el vehículo eléctrico de batería. Y decimos parece porque solo lo es en apariencia.
En el último Salón del Automóvil de Shanghai, Toyota presentaba el concept del bZ4X, un SUV eléctrico de batería (BEV) cuya versión de producción verá la luz a mediados del año que viene. Y lo hará por la puerta grande, con elementos únicos en un coche de estas características y una batería que promete una durabilidad nunca vista en el mercado de los eléctricos. Pero ¿cómo ha sido posible esta irrupción de Toyota? Y, sobre todo, ¿por qué ahora y no antes?
¿Por qué Toyota no ha apostado antes por el eléctrico de batería?
Lo cierto es que si Toyota no ha apostado aún fuerte por el BEV es porque no ha querido. El fabricante nipón siempre está muy enfocado a los deseos y necesidades de los clientes y muchos de ellos, según Masahijo Maeda, jefe de tecnología de Toyota, “no lo ven como una tecnología apropiada. Lo importante es que los clientes elijan”.
Estas declaraciones coinciden con las de Shigeki Terashi, uno de los hombres fuertes de Toyota, quien afirma que “es demasiado pronto para centrarse en una única opción”. En el seno de la compañía preocupan los costes ambientales y el reciclaje de las baterías, los problemas económicos de depender de materiales escasos como el litio o el cobalto, o los millones de puestos de trabajo que se eliminarían en algunos países (el presidente Akio Toyoda hablaba aquí de Japón, pero bien podría ser la situación de un país exportador como España).
Así con todo, Toyota apuesta por un despliegue más progresivo del coche eléctrico que permita a la industria irse adaptando e ir amortizando las tecnologías. Y también vislumbra un futuro de la movilidad (en torno al año 2050) en la que puedan convivir distintos sistemas sostenibles, y que sea el cliente el que decida según sus necesidades entre híbridos, híbridos enchufables, de pila de combustible… y, sí, también cien por cien eléctricos como este bZ4X.
Pero espera… este no es el primer eléctrico de Toyota
Efectivamente, el Toyota bZ4X no será el primer vehículo eléctrico de batería del fabricante nipón. Ya hemos repasado en Espacio Toyota algunas antiguas aventuras como el Toyota eCom y otras más recientes como el Toyota iTrail. En un plano más comercial, sabemos que el año pasado se lanzó en China una versión totalmente eléctrica del crossover Toyota C-HR, mientras que en España podemos disfrutar de los vehículos profesionales Toyota Proace Electric y Toyota Proace Verso Electric (modelos fabricados, además, en nuestro país).
Entonces, ¿qué hace tan especial al Toyota bZ4X? Como nos cuenta la propia firma, que primeramente será un vehículo eléctrico dedicado, es decir, diseñado expresamente como modelo BEV, para lo cual será el primero en utilizar la nueva plataforma e-TNGA. Segundo, que se trata de un SUV (la categoría reina del mercado), y uno especialmente lujoso y deportivo, con acabados y equipamientos incluso por encima de lo que estamos acostumbrados.
Y, en tercer lugar, características propias que hacen del Toyota bz4X un vehículo único: un volante con forma cuadrada, que contribuye a mejorar el agarre en los giros y aumentar la sensación de amplitud en el cockpit; un sistema auxiliar de carga solar, que permitirá recargar la batería mientras el vehículo está parado; y la ya comentada nueva batería de iones de litio, que promete conservar el 90 % de su capacidad inicial (para unos 500 km de autonomía) durante al menos 10 años de uso. Este último detalle no es baladí, ya que es fruto de los estándares QDR (siglas de calidad, durabilidad y fiabilidad, en inglés) de la marca nipona.
El Toyota bZ4X no será un caso puntual
Lo cierto es que, cuando decimos que el bZ4X será un vehículo único, no quiere decir que vendrá solo. El SUV eléctrico será el primero en llegar de Toyota bZ, o Beyond Zero, la nueva submarca paraguas que acogerá sus automóviles eléctricos de batería.
Según la propia Toyota, se prevé que la nueva familia tendrá en 2025 un total de 7 modelos diferentes, numerados del bZ1 al zB5 y con versiones de tracción total marcados con la X, como el modelo que contemplamos ahora. Estarán acompañados para esa fecha de otros 8 modelos totalmente eléctricos, presumiblemente pertenecientes a otras categorías o segmentos (como el Toyota Proace Electric fabricado en Vigo).
Para desarrollar esta nueva marca, Toyota utilizará toda su experiencia en la producción de motores eléctricos. Pero también se ha sabido rodear de buenos aliados en, por ejemplo, el desarrollo de baterías de gran capacidad, para lo cual colabora con fabricantes como CATL, BYD´s, GS Yuasa, Toshiba y Panasonic. Junto a ellos, trabaja para reducir en un 50 % el coste de sus baterías actuales, mientras que invierte en la investigación de su gran objetivo: la batería de estado sólido.
Otro aliado de lujo con el que cuenta la familia Beyond Zero (o al menos el Toyota bZ4X) es Subaru, que aporta su sistema de tracción total (“la mejor de su clase”, según Toyota). Con ello, el fabricante nipón pretende impulsar el atractivo del nuevo SUV eléctrico, aunque es consciente de que sus ventas serán comedidas al menos durante los primeros años. El propio CEO de Toyota en Europa, Matthew Harrison, cree que las versiones híbridas eléctricas e híbridas enchufables del Toyota RAV4 serán su principal competencia. Y este será el principal motivo por el que el Toyota bZ4X que se comercialice en Europa estará fabricado en China y Japón, contraviniendo la costumbre de Toyota de fabricar localmente en cada uno de sus grandes mercados.
Entonces, si Toyota quiere ir despacio con el coche eléctrico de batería y prevé que las ventas del zB4X serán reducidas, ¿por qué apostar por toda una submarca?
Como asegura el propio fabricante, más allá de las fuertes alianzas, de cumplir con los objetivos de reducción de emisiones más inmediatos o de ofrecer al público una mayor capacidad de elección, persiste su visión global del futuro. Una visión que parte del concepto de home planet (“planeta hogar”) como patrimonio y herencia que se les deja a las generaciones venideras, y de la filosofía del Monozukuri o “la forma correcta de hacer las cosas”.
Una visión, en definitiva, que le obliga a participar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) y del gran desafío a escala mundial: la neutralidad de carbono en 2050.