Pese a que los coches de hoy en día son bastante polivalentes y pueden ser útiles para casi todo, es muy difícil que cualquier modelo cumpla satisfactoriamente con las tareas más complicadas y extremas como pueden ser el trabajo en el campo o la aventura radical lejos de vías asfaltadas, especialmente cuando se necesita una amplia capacidad de carga y un vehículo capaz de solventar relajadamente situaciones que para un turismo convencional puedan ser imposibles complicadas.
Toyota dio vida al Hilux, hace ya casi medio siglo, buscando ofrecer un producto para satisfacer a los trabajadores en el campo; quienes necesitan un vehículo fiable, robusto, con un alto rendimiento fuera del asfalto (incluso con un importante peso en su zona de carga) y que no se achantara ante barrizales y pendientes con un alto número de grados de inclinación; debiendo permitir transportar una carga importante tanto en peso como en volumen.
Si Toyota mantiene ese concepto está claro que aquella fórmula funcionó hace cincuenta años y ahora, en 2016, sigue siendo igual de válida. De hecho, se utiliza mucho tanto para fincas privadas como para servicios de mantenimiento en lugares donde el acceso es bastante complicado.
A esto hay que añadir que Toyota ha sabido darle una imagen mucho más atractiva en esta nueva generación que hoy probamos donde, aunque la función y el buen rodar lejos del asfalto es lo principal, también hay hueco para el diseño, el confort y las nuevas tecnologías.
Pese a que las dimensiones y las formas de estos vehículos, conocidos comúnmente como “pick up”, les dotan de una conducción algo distinta al resto de vehículos por su poco peso en la parte trasera y sus grandes dimensiones, Toyota ha dotado al Hilux de un rodar de marcha en asfalto bastante mejorado y unas posibilidades de equipamiento e infoentretenimiento a las que estamos más habituados en vehículos 100 % asfálticos y en crossovers.
También han modificado ligeramente el chasis y han sustituido el motor 2.5 diésel de la anterior generación por un 2.4 D-4D con 4 cilindros y 16 válvulas sobrealimentado por un turbo de geometría variable que emana 150 caballos y nada menos que 400 Nm. Puede parecer poca potencia, pero este motor no “vive” de los caballos, sino del par motor.
Estética exterior
El frontal del Hilux ha sido rejuvenecido con una estética que, aunque sigue dando esa imagen americanizada de robustez y fiabilidad, muestra una presencia joven y actualizada.
En nuestra unidad de pruebas nos encontramos con dos grandes faros comunicados entre sí por una parrilla de cuatro gruesas bandas horizontales y cromadas. Abajo, una gran toma de aire de forma agresiva y las luces antinieblas completan el frontal.
Mientras tanto, la vista lateral de este Hilux de cabina doble es bastante similar al Toyota Hilux de anterior generación que ya probamos hace solo unos meses, encontrando cambios en la terminación de los faros delanteros y en las llantas. La zaga ha recibido modificaciones en los pilotos de luces, en la tapa de la “caja” y en el fuerte parachoques.
Esta pick up está disponible con tres tipos de carrocería (cabina simple, cabina extra y doble cabina), siendo la probada la de doble cabina. Todas cuentan con la misma longitud y la misma distancia entre ejes, por lo que la diferencia entre ellas es la parte del habitáculo y la capacidad de la caja: a mayor espacio en el habitáculo menor capacidad de carga.
Las dimensiones del Toyota Hilux son 5,33 metros de largo, 1,85 de ancho y 1,81 de alto. La batalla es de 3 metros y 8 centímetros, mientras que su espacio de carga en las unidades de cabina doble permite albergar elementos de 1,53 metros de largo y 1,64 de ancho.
Por otra parte, la carrocería cuenta con unos magníficos ángulos gracias a sus cortos voladizos y a su elevada altura libre de 29,3 cm que evitarán el roce en los bajos a la hora de superar obstáculos.
Interior
Como hemos comentado más arriba, la nueva generación del Toyota Hilux se beneficia de un interior más sofisticado, más cercano al de un turismo.
Los materiales utilizados en el salpicadero y en los diferentes tapizados de las puertas son duros, robustos. No son excelentes al tacto, pero garantizan que pasarán los años sin problemas, más todavía si tenemos en cuenta las labores a las que están destinados estos vehículos.
La pantalla central de 7 pulgadas que ves en las imágenes del interior te puede resultar conocida, y es que es la misma que Toyota utiliza en modelos más “civilizados” como el Auris o el Prius. Cuenta con navegador, aplicaciones, múltiples configuraciones del coche y cámara de visión trasera entre otros. El cuadro de instrumentos, el volante y toda la botonería han sido muy cuidados, mejorando su presencia y garantizando esa buena terminación de la que hablábamos.
Lejos queda aquella palanca similar a la del cambio de marchas que se utilizaba para insertar la tracción integral y/o la reductora. Ahora, con una simple ruleta pasamos de H2 (tracción simple al eje trasero) a H4 (tracción 4x4) y L4 (4x4 con reductora); además, con un botón activamos el bloqueo del diferencial posterior, que nos dará un plus de seguridad en condiciones muy extremas, y con otro el sistema DAC de control de descensos.
En cuanto a habitabilidad, en las plazas delanteras hay espacio de sobra en todas las cotas y la posición de conducción más cómoda es fácil de encontrar gracias a las múltiples regulaciones del asiento, al volante ajustable tanto en altura como en profundidad y a un cinturón de seguridad también regulable en altura.
Aquí delante todo cae muy a mano y la alta posición de conducción nos hará sentirnos más seguros tanto en asfalto con tráfico como en caminos como en campo abierto. Eso sí, en esta unidad, al no disponer de estribos, el acceso al habitáculo puede ser algo difícil, aunque los agarradores que encontramos al abrir cualquiera de las cuatro puertas nos facilitan el movimiento de subida y bajada. Para más confort podemos solicitar los estribos.
Detrás cuenta con la misma dificultad a la hora de entrar, pero también trae de serie los agarradores. Las cinco plazas son utilizables por tres adultos, aunque la central, como en todos los coches, no es tan cómoda como los laterales. El túnel de transmisión no es para nada intrusivo, prácticamente ni se nota, y el espacio tanto para rodillas como para las cabezas es más que suficiente.
Conducción en asfalto
Hay que tener en cuenta que es un coche enfocado principalmente al uso fuera del asfalto y con varios kilos en el espacio de carga, por lo que no es posible comparar el comportamiento en vías urbanas o en autovías con un Toyota Aygo, un Prius o un Avensis, por citar algunos modelos. Tampoco debemos compararlo con un RAV4, que aunque permite escapadas por pistas, no está pensado para el campo a través.
Lo primero que nos llama la atención del Hilux es su gran volante. Éste nos proporcionará una buena precisión en maniobras complicadas, facilitándonos el trabajo. La palanca de cambios, al estar tan lejos en su parte superior de la propia caja de cambios, ofrece unos recorridos largos, mientras que los pedales son suaves y fáciles de dosificar en todas las condiciones.
Al arrancar en frío, las vibraciones y el sonido llegan levemente al habitáculo. Una vez el motor coge temperatura, siguen estando presentes, pero mucho más contenidas, manteniendo el sonido del motor en fuertes aceleraciones. Siendo de lo más objetivos, no creemos que estos dos aspectos sean preocupantes en un vehículo que va a estar circulando entre piedras y baches la mayor parte de su vida.
El asfalto no es su hábitat natural pero, pese a ello, ha demostrado que puede circular por él prácticamente como un turismo, salvando las distancias, claro está. La elevada posición de conducción nos permite una visión muy buena de todo lo que tenemos por delante. Los grandes retrovisores nos ayudan a controlar lo que tenemos por detrás y, aunque pueda parecer que aparcar con este “mastodonte” pueda ser muy complicado, la cámara de marcha atrás es nuestro "ángel de la retaguardia".
Lo que menos beneficia al Hilux al circular sin carga es la suspensión posterior. En sus tareas habituales se convierte en una ventaja, pero aquí le penaliza levemente. Toyota es consciente de que este tipo de coches normalmente llevan varios kilos de carga (cientos) en la “caja”, por lo que han tenido que endurecer los resortes traseros, que en este caso son ballestas. Cuando circulemos cargados se sentirá muy cómodo, pero con la cabina vacía tiende a rebotar ante las irregularidades más fuertes como los badenes o resaltos.
Por su parte, el motor cumple sobradamente con su función y permite mantener cruceros a 120 km/h sin problemas aunque afrontemos desniveles importantes. Ni con 5 ocupantes y el aire acondicionado conectado nos ha sido necesario tener que reducir alguna marcha en autovía a esta velocidad, rodando por debajo de las 2.000 vueltas a esta velocidad en sexta marcha.
En ciudad, obviamente sus grandes dimensiones y su batalla de más de 3 metros no lo hacen el coche más ágil a la hora de maniobrar por calles estrechas y al “doblar” en las esquinas. Pero, ¿quién se compra un Toyota Hilux o cualquier todoterreno de grandes dimensiones para circular por un casco histórico?
Tampoco podemos pretender atacar curvas a ritmo elevado con este coche, ni con este ni con cualquier otro todoterreno de verdad. Las inercias, su elevada altura y los neumáticos mixtos se quejan cuando realizamos una conducción decidida en asfalto, apareciendo inercias (cabeceos y balanceos) y chillidos procedentes de las ruedas.
Así se comporta en su hábitat, el campo
Hay muchos coches que permiten ciertas aventuras fuera del asfalto, pero si lo sacas de pistas en buen estado para afrontar campo a través, barro, arenales o importantes pendientes, mejor será que lo aparques antes y continúes a pie con botas de montaña e impermeables.
El Hilux es la herramienta de trabajo que todo empleado del campo necesita. Pasa absolutamente por todo. Lo hemos probado por cortafuegos, pistas creadas por arroyos, arenales, pendientes de hierba y sí, nos hemos divertido mucho. Lo mejor de todo es que la sensación de seguridad es altísima y en ningún momento nos ha dejado “vendidos”.
En ocasiones, en algunas pendientes relativamente aceptables donde un SUV de tracción delantera no pasaría ni por asomo, no hacía falta ni insertar la tracción 4x4. Controlando el acelerador y manteniendo el ritmo, si aparecía alguna pérdida de motricidad entraba el control de tracción para echarnos una mano. Si la cosa se complicaba, bien por el tipo de piso o bien por las inclinaciones, allí estaba el sistema 4x4 para solventar la situación sin ni siquiera leves pérdidas de tracción.
El uso de la reductora solo nos ha hecho falta en situaciones puntuales donde la superficie era resbaladiza y la inclinación considerable. Giramos la ruleta a la posición H4 y una serie de avisos aparecerán en el cuadro de instrumentos. Si queremos afrontar la situación a muy baja velocidad (menos de 7 km/h aproximadamente) insertaremos primera, y si queremos ir levemente más deprisa lo haremos en segunda. Soltamos el embrague de forma suave y, normalmente, no hace falta ni acelerar para sortear el obstáculo.
La reducción de la relación de transmisión nos vendrá muy bien para importantes descensos con superficies poco adherentes. De esta manera, podremos soltar los pedales que, si lo bajamos en primera (ademñas de la reductora), solo tendremos que ocuparnos del volante, descendiendo con mucha seguridad. Precisamente para un extra en seguridad está el control de descensos electrónico, que actúa sobre los frenos aunque, personalmente, me gusta más utilizar la retención mecánica del motor.
Por otro lado, cuenta con unos neumáticos en medida 265/65 montados sobre llantas de 17 pulgadas y un diseño enfocado a uso mixto. La suspensión trabaja fantásticamente y nos ha resultado complicado encontrar un lugar donde alguna de las cuatro ruedas quedara en el aire gracias a los larguísimos recorridos de las suspensiones, que garantizan el contacto permanente de los neumáticos con el suelo.
Consumos
Durante nuestra prueba, de varios días y un buen puñado de kilómetros recorridos y mucho tiempo en terrenos offroad, hemos obtenido un consumo medio final de 9,8 litros a los 100 km. En este apartado, al igual que en el de comportamiento fuera del asfalto, el Toyota Hilux nos ha sorprendido muy gratamente.
No esperábamos para nada bajar de los 10 litros, de hecho, pensábamos que estaríamos un par de litros por encima. Un coche con una carrocería que no favorece para nada la aerodinámica (Cx de 0,39) y casi 2.200 kilos de peso, sumado a un buen número de horas por superficies complicadas haciendo uso de las configuraciones de tracción y reductora, exigiéndole el máximo en muchas ocasiones que gasta menos de 10 litros, es un dato muy positivo.
Para mejorar su comportamiento y ajustar consumos, cuenta con tres modos de conducción (ECO, PWR y normal). Cuando arrancamos, por defecto, se activa el modo normal. El modo PWR aumenta la sensibilidad del acelerador, mientras que el ECO la disminuye y demanda menos energía al compresor del aire acondicionado.
Precio del nuevo Toyota Hilux 2016
La unidad que hemos probado y que tenemos en las imágenes es el acabado GX y cuenta con cabina doble. Entre los equipamientos más destacados cuenta con 7 airbags, ayuda al arranque en pendiente, control de descensos, control de balanceo de remolque, doble guantera (la superior refrigerada), pantalla central táctil de 7 pulgadas, luces automáticas, control de crucero, lavafaros y bluetooth.
Además, de forma opcional equipa el sistema de ayudas a la conducción y sistemas de seguridad Toyota Safety Sense (600 euros) con aviso de cambio involuntario de carril y reconocimiento de señales, el navegador Toyota Touch 2 & Go (800 euros) y la pintura de la carrocería Rojo Vulcano (500 euros).
En total, su precio es de 37.048 euros (promociones del mes de agosto incluidas) para clientes particulares. Las empresas, por su parte, se benefician de un mejor precio final, que se quedaría en 34.265 euros.
Eso sí, como consejo, si habitualmente vas a circular entre árboles, ramas y demás elementos que puedan rozar los laterales de la carrocería, no te recomendaríamos este color; mejor un blanco. Aunque la pintura es bastante resistente y llamativa (todo hay que decirlo), esos arañazos la debilitarán poco a poco y se empezarán a notar, mientras que en el color blanco se camuflan mucho más.
Si necesitas un todoterreno con unas capacidades fuera del asfalto muy similares a las de este Hilux, pero que permita afrontar un uso más cotidiano por todo tipo de vías, te recomendamos que eches un vistazo a la prueba que hicimos hace unos meses al Toyota Land Cruiser, el hermano de carrocería totalmente cerrada de esta pick up.