Hacer la compra en el barrio, tener un cajero cerca de casa, acercarse a la consulta del médico dando un paseo o que los niños vayan solos andando al colegio, son situaciones que hoy en día no están al alcance de todos los que viven en las grandes ciudades, por muy sencillo que parezca. Este es el contexto en el que surgen las ciudades de 15 minutos.
El desarrollo urbanístico de las últimas décadas nos ha privado de algunos de los privilegios que en su día quizá no valorábamos lo suficiente y que pasado el tiempo echamos de menos.
Sin embargo, en los últimos años, se ha acuñado el concepto urbano conocido como las "ciudades de 15 minutos". Esta idea implica en principio la creación de una ciudad más sostenible, accesible y habitable mediante la organización de los servicios y la infraestructura de tal manera que las personas puedan acceder a todo lo que necesitan en un radio de 15 minutos a pie o en bicicleta.
Ciudades de 15 minutos: un poco de historia
La necesidad de cambiar los modos de vivir o de crear nuevas dinámicas en los barrios, llevó a Carlos Moreno director de la cátedra ETI (Emprendimiento, Territorio, Innovación) de la Universidad de la Sorbona en París, a ponerle un nombre a este concepto, denominándolo “ciudades de 15 minutos”.
Se trata de una ciudad donde los ciudadanos tengan fácil acceso a todos los servicios esenciales, como tiendas, escuelas, hospitales, transporte público, parques y lugares de trabajo, sin la necesidad de recurrir a vehículos motorizados.
La inspiración inicial proviene del concepto de “ciudad viva”, que en la década de los 60 desarrolló la activista estadounidense Jane Jacobs y que revolucionó la manera de entender la ciudad y el urbanismo del siglo XX.
Sus teorías se oponían a los espacios de un solo uso (dormir, trabajar y disfrutar del tiempo de ocio en lugares segregados), algo que hoy en día podemos observar en las grandes urbes donde existen grandes espacios dedicados al ocio, al trabajo o al uso residencial.
El modelo de las ciudades de 15 minutos ha ido ganado popularidad en todo el mundo, y ya ha sido adoptado en ciudades como París, Melbourne, Barcelona y Montreal liderando el camino en la implementación de estas iniciativas. Estas ciudades han reconocido que para lograr una mayor calidad de vida y reducir la dependencia del automóvil, es necesario crear una ciudad compacta y diversa, donde los servicios y las necesidades básicas estén a una corta distancia.
Nuevos planteamientos de hogar y puntos de encuentro
Este concepto de ciudad entiende la vivienda desde un nuevo enfoque. Se da prioridad y se pone en valor el espacio y la conexión con la naturaleza por delante de otras condiciones como la exclusividad o el diseño.
Lógicamente este concepto necesita que se produzcan paralelamente otras situaciones como el teletrabajo o disponer físicamente de un trabajo cercano, que eviten el tener que realizar largos desplazamientos a diario.
La evolución del teletrabajo que inmediatamente se disparó tras la pandemia, pero pasó a estabilizarse en 2021 situándose en España en un 9,5% el porcentaje de empleados que trabajan desde el hogar más de la mitad de los días laborables, cifra que en 2019 ya superaban muchos países europeos como Países Bajos, Finlandia o Luxemburgo.
Este concepto de ciudad apuesta por la cultura y educación, por encima del consumismo, de hecho el modelo de la ciudad de los 15 minutos contempla las escuelas y centros de formación como las “capitales del barrio” y los auténticos vectores de transformación.
Estas áreas deben ser el auténtico eje vertebrador y punto de encuentro de la población, y no los centros comerciales, haciendo para ello que las escuelas permanezcan abiertas incluso los fines de semana para realizar diversas actividades culturales y lúdicas.
¿Qué impacto tiene este modelo urbano?
Las ciudades de 15 minutos no solo benefician a los ciudadanos, sino también al medio ambiente y a la economía local. Al reducir la necesidad de vehículos motorizados, se reducen las emisiones de carbono y la contaminación del aire. Además, se fomenta el uso de bicicletas y transporte público, lo que a su vez mejora la salud y el bienestar de los ciudadanos.
Las ciudades de 15 minutos también tienen un impacto económico positivo al fomentar la creación de pequeños negocios y la revitalización de barrios o áreas locales, y con ello la creación de nuevos puestos de trabajo que permitan a los ciudadanos trabajar cerca de casa.
Al tener acceso a todo lo que se necesita dentro de un radio de 15 minutos, los ciudadanos no tienen que desplazarse grandes distancias para realizar sus compras o acceder a servicios, lo que a su vez puede reducir el tráfico y el estrés.
Por otra parte, el impacto sobre la salud también es algo a tener muy en cuenta, está demostrado que aquellas personas que deben recorrer largas distancias al trabajo, son víctimas de un mayor estrés y cansancio y, en general, disponen de una peor salud general, como demostró Erik Hansson de la Universidad de Lund (Suecia), mediante una investigación con 21.000 empleados de distintos tipos de profesiones.
El proceso en las ciudades
Lejos de parecer una utopía, es está trabajando en adoptar este modelo en grandes ciudades, si bien no es una tarea fácil, ya que requiere de una planificación y coordinación cuidadosa entre los diferentes actores de la ciudad.
La creciente conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y la calidad de vida está llevando a muchas ciudades a adoptar esta iniciativa venciendo obstáculos políticos y financieros que puedan poner en peligro su implantación.
Muchas capitales europeas están tomando medidas para reducir el tráfico de automóviles, ampliar las áreas peatonales y ciclistas y fomentar el uso del transporte público. En el caso de Barcelona se ha lanzado un programa llamado "Superblocks", que divide la ciudad en bloques de nueve manzanas y crea áreas peatonales en su interior.
No se trata de una tendencia exclusivamente europea, ciudades como Montreal en Canadá o Melborune en Australia ya han realizado importantes avances para adoptar este concepto de ciudad.
La Woven City de Toyota
No es una ciudad de 15 minutos (o sí), pero Toyota está diseñando su propio proyecto de ciudad en la base del Monte Fuji, en Japón, con el nombre de "Woven City", un proyecto de ciudad inteligente y sostenible cuyo objetivo es proporcionar un entorno urbano que permita la investigación y el desarrollo de tecnologías avanzadas, incluyendo la inteligencia artificial, la robótica y la movilidad autónoma.
Su nombre responde a que está diseñada como una "red tejida" (woven network) de diferentes elementos interconectados, incluyendo edificios, vehículos, personas y energía. La idea es crear una ciudad inteligente y sostenible en la que los vehículos autónomos se muevan de manera segura y eficiente, la energía sea proporcionada por fuentes renovables y los edificios estén diseñados para maximizar la eficiencia energética.
Está previsto que la ciudad cuente con una población inicial de aproximadamente 2.000 ciudadanos, incluyendo empleados de Toyota y sus familias, así como personas que deseen vivir en una ciudad inteligente y sostenible.
Su construcción comenzó en 2021 y se espera que esté completa en 2023. Una vez finalizada, la ciudad se abrirá al público para que los visitantes puedan experimentar de primera mano las tecnologías avanzadas y las soluciones de sostenibilidad que se están desarrollando.
En definitiva, son muchas las expectativas sobre los nuevos modelos de ciudad. Todos queremos lo mejor no cabe duda, pero muchas cosas tienen que cambiar, a nivel laboral, cultural, económico, etc.
Por otra parte, son muchas realidades o necesidades del día a día para los que estos modelos de organización, de momento, no dan solución y que serán una barrera para conseguir el éxito. El tiempo lo dirá y pondrá en el sitio que se merece a las ciudades de 15 minutos.
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