No es un coche que haya pisado suelo español, pero el Toyota Crown constituye uno de los modelos más emblemáticos del fabricante. Todo un símbolo que, a propósito de su generación decimosexta, ha sido el elegido para convertirse en el segundo modelo a hidrógeno de producción de Toyota y proyectarse como uno de los candidatos para recibir la tecnología de baterías de electrolito sólido con 1.500 kilómetros de autonomía.
Son muchos los honores que suele recibir el Toyota Crown. Para empezar, estamos hablando del primer turismo producido al 100% en Japón, allá por 1955. Esto lo convierte en el modelo de producción más longevo en la historia de Toyota.
Las diversas generaciones han deparado un modelo que ha sido utilizado como coche de policía y como taxi; que se ha mantenido en algunas generaciones muy fiel a su esencia primera, sin recibir demasiadas actualizaciones, pero manteniendo el tipo.
Hoy, su porte y sus grandes dimensiones han servido para que Toyota lo acerque a la modernidad y a las tendencias de esta época en la que nos ha tocado vivir. Su robustez y fiabilidad identitaria siguen despertando simpatías en los mercados en los que se ha ganado esa imagen legendaria, como en Japón y en Estados Unidos. De hecho, fue el primer Toyota en pisar suelo yanqui.
Los primeros kilómetros del mítico Toyota Crown
Esto ocurrió no mucho después de su nacimiento. Toyota lo introdujo en el mercado estadounidense en 1958. Tres años antes, el modelo había debutado en su mercado nacional con el nombre de Toyopet Crown. En concreto, la primera unidad salió de la línea de producción de la fábrica de Honsha el 1 de enero de 1955.
En su diseño, presentaba varios guiños al primer Toyota, el Toyota AA, que inaugurado la actividad automovilística de la compañía casi dos décadas antes, como la inclusión de puertas suicidas (de apertura inversa) para la segunda fila.
Lo que es algo más desconocido es que el Crown tuvo un hermano casi gemelo generacional, el Toyopet Master. Este presentaba un diseño algo menos arriesgado, como un gesto directo al mercado del taxi en caso de que la apuesta con el Crown no fuera a funcionar. De hecho, ambas versiones compartían un propulsor de cuatro cilindros en línea capaz de entregar 48 CV, con una transmisión manual de tres velocidades y que tenía dificultades para llegar hasta los 100 km/h.
No obstante, la recepción del Toyota Crown fue, en Japón, más positiva de lo que incluso el fabricante se esperaba, lo que terminó a los pocos años por condenar la otra línea familiar.
No en vano, el Crown respondía con buena robustez y fiabilidad mecánica a las carreteras japonesas de la época, con un nuevo sistema de suspensión y con espacio suficiente para albergar a seis ocupantes bajo las condiciones del momento.
Tuvo un recibimiento caluroso por parte de las familias acomodadas del Japón de la posguerra, ese que estaba a punto de entrar en una dinámica de crecimiento económico sin precedentes. Toyota no tardó en explotar la faceta más premium con la variante "Crown Deluxe" de 55 CV y algunas prestaciones top del momento, como sistema calefactor y radio.
Fiel a su estilo, pero con alguna excepción
Que fuera el primer Toyota en salir de Japón no quiere decir que su primera experiencia fuera satisfactoria. El Crown era un modelo elucubrado para el Japón de los años 50. Su éxito en el mercado nacional también se tradujo en la proliferación de coches oficiales y taxis con su emblema.
Ahora bien, su primera aventura americana le vino algo grande, en un país de vasto territorio, anchas autovías y largas rectas, su motorización se quedaba corta en relación a los gustos y demandas del conductor norteamericano.
Toyota, en lugar de batirse en retirada, tomó buena nota y adaptó al Crown a este contexto. Después de todo, su robustez sí que iba en consonancia con algunas de las particularidades del mercado de Estados Unidos.
Por eso, en la segunda generación se actualizó la carrocería introduciendo nuevas variantes, se incrementó la rigidez y, sobre todo, el motor aumentó su potencia hasta los 95 CV para sobrepasar los 130 km/h de velocidad punta. Además, se ofrecía tanto con transmisión manual, como automática.
Toyota mantuvo generación tras generación ese espíritu de portento, esa presencia con un cierto toque de elegancia, con la vista puesta en el mercado de Estados Unidos. Esto le permitía compararse con modelos más lujosos, pero a precios mucho más asequibles. Las líneas bien definidas, cuadradas, con una parrilla inconfundible, se mantuvieron con el paso de las décadas, adaptándose en los detalles de cada momento, con una sola excepción.
Con motivo de la cuarta generación, Toyota se atrevió a alterar el esquema de diseño, sobre todo con el mencionado frontal, estilizándolo más que lo que su público objetivo deseaba. Ante la falta de aceptación, el fabricante no tardó en volver sobre la fórmula que sí había funcionado en generaciones anteriores.
Influencias muy actuales del Toyota bZ4X
El estilo del Crown fue envejeciendo, pese a que siempre tuvo sus fieles seguidores. Eso sí, lejos de abocarse a la extinción, Toyota ha jugado una jugosa baza a propósito de la reciente y última generación, la decimosexta, en aquellos mercados donde esté disponible.
Hay quien puede llegar a pensar que las berlinas han perdido gran parte de su sentido a tenor de cómo el segmento SUV extiende su influencia hasta tallas y estilos insospechados hace poco más de dos décadas.
Los atributos tradicionales del Crown casan a la perfección con las tendencias actuales. De ahí que Toyota haya insuflado al Crown de última generación ciertos valores muy intencionados, elevándolo y dándole un toque crossover que lo convierten en un modelo, cuanto menos, vigoroso.
Tanto es así que el Crown se sitúa en esa delgada línea donde acaba el sedán y comienza el crossover. De hecho, Toyota ha anunciado que incorporará un nuevo sistema de tracción total capaz de derivar hasta un 80% de la energía desplegada al eje trasero.
Llaman también mucho la atención las similitudes físicas (y espirituales) con el Toyota bZ4X. Evidentemente, el Crown actual conserva la esencia térmica con dos tipos de motorización híbrida marca de la casa. Eso sí, la versión superior (Hybrid Max) alcanza los 345 CV gracias al trabajo combinado de un motor 2.4 litros de gasolina y dos motores eléctricos. De hecho, Toyota ha adaptado para este modelo la transmisión eCVT para potenciar una relación de marcas automática mucho más emotiva.
Toyota Crown EV, con baterías de electrolito sólido
Y, según han confirmado desde Toyota, el Crown compartirá con el bZ4X algo más que apariencia. Y es que han revelado que la berlina estará entre los primeros modelos que introducirán la tecnología en ciernes de las baterías de estado sólido. Será en 2027. De este modo, el Toyota Crown EV superará los 1.000 kilómetros de autonomía eléctrica, lo que a su vez trascenderá como todo un hito tecnológico.
Así lo anticipó uno de los máximos jefes de Toyota, Gill Pratt, en una entrevista en el CES de Las Vegas a principios de 2022; y así lo ha seguido confirmando el fabricante. La última ocasión ha sido este mismo mes con la publicación de su estrategia con las baterías para coches eléctricos.
Ha habido quien ha criticado con cierto escepticismo este anuncio. Lo cierto es que llevamos muchos años en los que se realizan promesas con las baterías que nunca llegan a cuajar. La diferencia, en el caso de Toyota, es que no es tan común que una compañía líder del sector sea la que realice de forma tan contundente la apuesta y que, incluso, ya tenga establecidas fechas de introducción.
El Toyota Crown a hidrógeno
Antes de esto, y como anunció Toyota en abril, el Toyota Crown ha sido elegido para recibir la pila de combustible de hidrógeno. De este modo, el fabricante nipón vuelve a transmitir que su apuesta con el hidrógeno como combustible para la automoción (con la pila, pero también con el motor de combustión a hidrógeno) va en serio y continúa como líder y pionero de esta asignatura a nivel mundial.
El Crown será el segundo modelo a hidrógeno que Toyota ponga a la venta y la nueva relación entre la pila de combustible y la berlina cumple una doble y recíproca función.
Por una parte, la fama, el prestigio y las prestaciones premium de la última generación del Crown contribuirán a popularizar, en parte, las ventajas y particularidades de la pila de combustible, con una motorización y experiencia de conducción similar a la del Toyota Mirai.
Por otra, la inclusión de la pila y sus grandes depósitos de hidrogeno a 700 bares en el interior del Toyota Crown tiene todo el sentido arquitectónico. No es ninguna coincidencia que, dentro de las tres variantes del Crown que estrena esta generación (SUV, crossover y berlina), sea la más larga y ancha la que se integre dentro de la variante GA-L de la plataforma TNGA.
Y es que, la berlina contará con una longitud superior a la del Mirai, al alcanzar los 5.030 mm de largo; y un ancho de 1.890 mm. Su identidad, por tanto seguirá unos pasos similares a los del Mirai, constituyéndose como un modelo de grandes dimensiones muy dirigido a convertirse en coche oficial de un sinnúmero de eventos.
Como se puede comprobar, aunque las modas han evolucionado (y mucho) desde el estreno del primer Toyota Crown en 1955, el fabricante pretende resucitar leyenda aprovechando sus puntos fuertes para integrar las últimas tecnologías de propulsión. Tendremos Crown para rato.
Imágenes | Toyota, Wikimedia.commons/Charles01 y Tennen-Gas