La conducción autónoma está a a vuelta de la esquina. Puede que no a la vuelta de la de esta manzana, o de la siguiente, pero ten por seguro que no tendremos que cambiarnos de barrio para ver cómo se convierte en una realidad. ¿Por qué? Porque las marcas están ya hoy apostando fuertemente por ello y los avances se suceden uno tras otro.
Los más puristas ven en la conducción autónoma una merma de su capacidad lúdica. Sin embargo hemos de reconocer que el uso recreativo del coche es, poco más que testimonial exceptuando aquellos que disponen de coches deportivos o históricos y que usan muy de vez en cuando. Pero esta tecnología no se desarrolla en este sentido sino para su uso diario. Y será entonces cuando cambiará el mundo del motor para siempre.
Porque desde la invención del automóvil, el ser humano siempre ha estado sentado tras el volante, decidiendo el destino de todas las acciones que se llevaban a cabo. Pero la conducción autónoma permitirá desplazarlo al asiento del acompañante e incluso fuera del propio vehículo. Estas serán las claves:
Las nueve claves del cambio
- Búsqueda del cero en víctimas de accidentes de tráfico: con un control mediante inteligencia artificial se acabaron los errores en decisión, los despistes, la pérdida de atención y el cansancio.
- No más multas: ¿multas? ¿qué es eso? Un vehículo autónomo respetará las señales que se encuentre en su camino. Incluso tendrá en cuenta otros factores como las condiciones meteorológicas o el estado de la calzada y con ello, adecuar su velocidad de forma correcta.
- Comunicación global: como el proyecto Car2x. Nos comunicaremos con otros vehículos, peatones, infraestructura. Si en todo momento conocemos qué tenemos en nuestro radio de acción, podremos anticipar las decisiones correctas dejando menos espacio para maniobrar a los imprevistos que, salvo negligencia, no deberían existir.
- El casi fin de los atascos: y decimos casi fin porque eliminarlos es posible ya que en muchas ocasiones se producen cuando la infraestructura no es capaz de absorber todo el tráfico. Pero sí que este se reducirá al mínimo porque no habrá efecto acordeón (y el peligro que acarrea) y en un cruce, por ejemplo, se optimizarán los tiempos de incorporación al máximo según los márgenes de seguridad.
- Relax, take it easy: y mientras estemos en el atasco, podremos dejar que él se encargue de todo y nosotros disfrutar de no tener que hacer nada,
- Kitt, te necesito: parafraseando a la serie de los años 90, se acabó el buscar aparcamiento o recoger el coche. Llegaremos a nuestro destino y él será el encargado de buscar un sitio dónde estacionar hasta que lo volvamos a necesitar y entonces acuda a nuestro encuentro.
- Mantenimientos programados: ITV, mantenimiento... Se acabó nuestra dependencia para estos trámites. Si ahora un coche averiado nos lo lleva la grúa, mañana un coche que necesita un cambio de ruedas irá por su cuenta al taller y regresará en perfecto estado de revista
- Ahorro y ecología: se acabó el desperdiciar combustible. Con la comunicación entre todos y el conocimiento del camino mediante GPS, el gasto se reducirá al máximo. Conducirá anticipando los obstáculos, seleccionando la marcha necesaria y evitando gastos innecesarios.
- Puntualidad y productividad: sabremos en todo momento a qué hora llegaremos en función del tráfico y por ende, a qué hora deberemos salir para estar en un punto a una hora fija. Además y para todos aquellos que el coche es parte de su herramienta de trabajo, ya no habrá pérdidas de tiempo en los desplazamientos ya que podrán extender su trabajo al coche sin que por ello haya un déficit de atención que les ponga en peligro.