Uno de los mayores orgulloso de Toyota ha sido, desde el día en el que se puso a la venta, el Toyota 2000GT. No es un modelo que arrasara en el mercado, pues fue una edición limitada, pero su producción en colaboración con Yamaha marcaría una nueva era en la industria japonesa del automóvil, que hasta entonces se había limitado a producir coches útiles imitando algunos de los avances europeos.
Si hay algo que propulsó a la fama al 2000GT fue la aparición estelar en la película de James Bond, Sólo se vive dos veces, cuando Sir Thomas Sean Connery se encargaba de dar vida al agente 007. El actor, que por poco no alcanza el metro noventa de altura, tuvo sus más y sus menos para conducir un coche cuyo punto más alto se encontraba a 116cm del suelo.
Así, se dice que la productora pidió a la compañía japonesa que recortara el techo del deportivo para incorporar al gran – en todos los sentidos – actor -americano- escocés sin problemas. Dicho, hecho y "convertible". Y lo ponemos entrecomillado porque aquello de convertible tenía poco tirando a nada, pues al ser un modelo – sólo se hicieron dos unidades – tan excepcional sólo se fingió la existencia de la capota, si llegar nunca a albergarla.
Espías, conspiraciones y acción aparte, hoy queríamos enseñaros como luce uno de aquellas piezas únicas en el mundo. Gracias a Jay Leno, el popular showman estadounidense cuyo garaje alberga cerca de 190 de los más exclusivos vehículos, que le ha dedicado uno de sus vídeos en "Jay Leno's Garage":
Pero no, no es de su propiedad. Es más bien un sueño cumplido gracias a su gran influencia en los medios y, por qué no decirlo, a su pasión por el motor. Jay viajó a Japón para hacer algo que nunca pensó que podría conseguir; conducir el coche de James Bond. No os perdáis la oportunidad de ver en movimiento una de estas joyas del automóvil.