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La historia detrás del lanzamiento del Toyota Corolla y los paralelismos que podemos encontrar hoy

Aunque su última actualización le hace lucir más moderno que nunca, el Toyota Corolla es un modelo veterano. En apenas tres años acumulará seis décadas a sus espaldas. Echamos la vista atrás para comprobar qué supuso el lanzamiento del Toyota Corolla por entonces y las semejanzas de la estrategia actual del fabricante japonés.

El lanzamiento del Toyota Corolla E10 en 1966

Corría el año 1966 en Japón. Era una época de esplendor para su economía. No en vano, los historiadores bautizaron este periodo como el milagro económico japonés. El país, derrotado tras la Segunda Guerra Mundial, abrazó un nuevo modelo industrial fundamentado en el impulso tecnológico que lo hizo resurgir de sus cenizas. Compañías como Toyota prosperaron bajo este paradigma.

El primer Toyota Corolla se estrenaba dos años después de que Tokio albergara los Juegos Olímpicos de 1964 y demostrara algo no tan común en la actualidad: que una cita olímpica puede ser un factor de crecimiento, sin dejar a la ciudad arruinada, con infraestructuras vacías, tras su paso.

El primer Toyota Corolla E10 salía de una red de concesionarios que se habían bautizado con el mismo nombre del modelo, Toyota Corolla Store. Sin embargo, los establecimientos no eran de nueva creación. Aquí está uno de los puntos más simbólicos para el Corolla, y es que hasta la fecha, esa red de tiendas lucían el nombre del Toyota Publica.

El Publica no era "un modelo cualquiera". Anunciado en 1955, fue un producto exitoso del programa japonés de dar con un coche nacional, y así lo anunciaba hasta su nombre (del inglés Public Car). Concebido con dos puertas, dos cilindros y 3,3 l/100 km de consumo, abría las puertas a la producción y tránsito masivo nacional. El Toyota Starlet (padre del Toyota Yaris) y el Toyota Corolla heredaron esa esencia.

Así influyó el Toyota Corolla en la movilidad de entonces

El Corolla, por su parte, hacía propias algunas de las tendencias que se podían ver en otras partes del mundo, pero sin romper moldes en cuanto a diseño se refiere. En lugar de abrazar nuevas líneas, canalizó su descarga prestacional hacia la elegancia, como reclamo en buena medida para las familias japonesas de la época, esas que iban prosperando al mismo ritmo que lo hacía la economía.

Los cambios que introdujo como evolución del Publica no solo le valieron el éxito nacional. En apenas doce años, el Toyota Corolla se coronó (valga la redundancia) como coche más vendido del planeta.

El investigador Kushagra Shrivastava parece dar en el clavo a la hora de entender por qué el ascenso meteórico del modelo. En su profundo análisis en la red social Linkedin, explica que, a primera vista, el Corolla no tenía ningún reclamo comercial o característica diferenciadora... a simple vista:

"Muchos periodistas del motor de la época decían que el coche no tenía el factor X diferenciador que hace al propietario sentirse especial (...). Pero estoy en desacuerdo, en mi opinión, su fiabilidad y durabilidad es lo que hacía a este Toyota especial.

Quizá la fiabilidad no hiciera saltar de emoción a los periodistas del momento y no se pudiera materializar en un "car-appeal" claro, apelando a las emociones en los anuncios de entonces. Sin embargo, la entereza y credenciales, sobre todo las mecánicas, son variables que todavía hoy pesan, importan a los conductores y explican muchas de las tendencias del mercado.

Señas de identidad del primer Toyota Corolla

Pero, ¿que cambios introdujo el Toyota Corolla de partida? De vuelta a 1966, el primer Corolla presentó una serie de novedades a nivel técnico y de confort que lo distinguieron de sus inmediatos competidores. Para empezar, introdujo en el circuito comercial un cambio manual de cuatro velocidades bajo el influjo de los vehículos deportivos de la época.

Igualmente, la palanca de cambios nacía del suelo, algo también inédito en el panorama automovilístico japonés del momento. Aunque hoy puede que no llame nuestra atención, estas dos novedades suponían una apuesta de cierto riesgo para Toyota.

En cuanto a su potencia, el Corolla E10 se elevó por encima de sus competidores montando un 1.1. Toyota quiso llegar hasta los 1077 centímetros cúbicos para adelantarse al duelo que iba a mantener con el resto de competidores en general y con el el Datsun 1000 en concreto, también lanzado en 1966.

Otro punto fuerte del Corolla lo encontramos en que presentó un interior más espacioso en comparación con el del Publica, apelando al público familiar de los 60 que ya hemos mencionado. Con respecto a su antecesor, ganaba en altura y también en batalla, llegando esta última hasta los 2.285 mm. La comodidad en la segunda fila se convirtió en uno de los alicientes de este primer Corolla.

En el diseño interior se busco la simplicidad y la funcionalidad, como su salpicadero (con una botonera bastante reducida), y en el panel de instrumentos. Es imposible que las dos esferas del cuadro no nos recuerden a las que monta, más pequeñas y separadas, pero con una intención estética similar, el actual Toyota Yaris.

Se ofreció en tres variantes, sedán, cupé y familiar, de cuatro puertas el primero y dos los siguientes. Como la fórmula cuajó de inicio, la familia Corolla no tardó en crecer y diversificarse. Dos años después, en 1968, llegaba al mundo un hermano pequeño, pero solo en la edad. En el resto era más atrevido y deportivo. Hablamos de la mítica sub-variante Sprinter del Toyota Corolla que empezó su propia leyenda.

Hay partes de la historia de Toyota que se repiten

La historia del Toyota Corolla no es, precisamente, breve. Desde su nacimiento, hasta el modelo que hoy conocemos, cuenta con hasta doce generaciones.

La última actualización del modelo ha tenido un gran recibimiento gracias a una serie de cambios cualitativos. Lo cierto es que Toyota se ha empleado a fondo para perfeccionar su personalidad y pulir algunos detalles de su motorización y transmisión. Las variantes 140H y 200H de 1.8 litros y 140 CV DIN y 2.0 litros y 196 CV DIN no solo elevan su potencia, sino que resultan más ágiles, suaves y silenciosas. La batería también se ha actualizado. Ahora es de iones de litio y se ha reducido la masa del pack en 18 kilogramos.

Este afán coincide bastante con el trabajo de décadas del fabricante por escuchar a los conductores priorizando la funcionalidad y fiabilidad en sus vehículos estrella.

El primer Corolla E10 mantenía valores que hoy mismo siguen en boga. Por ejemplo, si hablamos de confort, el primero Corolla introdujo una suspensión delantera tipo MacPherson.

Fue el primer turismo japonés en hacerlo en 1966 e iba en consonancia con concebir un habitáculo algo más espacioso y confortable de cara a servir como solución familiar. Se fue perfeccionando en detalles, como el limpiaparabrisas en dos tiempos y los reposacabezas. Puede que hoy nos parezcan componentes obvios, pero no lo eran tanto por entonces.

El modelo, en cuanto a seguridad se refiere, se fue aderezando del mismo modo que hoy los ADAS van asistiendo a la conducción. Aunque comenzó con frenos de tambor, esa misma generación recibió pronto los frenos de disco, junto a los cinturones de seguridad y tecnología de absorción de impactos en la dirección.

El lanzamiento del Toyota Corolla en 1966 puede recordar a otras apuestas que irrumpieron en el mercado con fuerza e, incluso, marcaron una tendencia. Salvando las distancias en cuanto a segmento, el estreno del Toyota CH-R supuso un inédito giro en la categoría crossover en muchos aspectos: diseño propio, motorización híbrida eléctrica o la necesidad de llenar el hueco entre los modelos familiares y los compactos convencionales. Su próxima generación está a la vuelta de la esquina.

El Corolla E10 apuntó en una dirección similar. Sus resultados entre los conductores fueron también parecidos, iniciando una tendencia de modelos que subían un escalón prestacional.

A fin de cuentas, se podría decir que gran parte de las propuestas de Toyota se encaminan en esa dirección, la de innovar, pero poniendo como prioridad las necesidades de los conductores y no a la inversa. La saga del Toyota Corolla no deja de ser otro ejemplo emblemático de esta estrategia.

Imágenes | Toyota, Wikimedia.commons/Mytho88

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