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Guía básica para profesionales que buscan un vehículo rentable en tiempos revueltos

La situación económica actual ha puesto a muchos profesionales ante una situación compleja. ¿Qué factores se han de tener en cuenta hoy para sacar el máximo provecho a la compra de un vehículo comercial?

Ya de por sí, la elección de un vehículo que se adapte a nuestros gustos y necesidades es suficientemente compleja para los particulares. En el caso de un profesional, la apuesta se eleva. A la hora de sopesar la relación entre prestaciones y ahorro de costes, se añaden factores como qué modelo de adquisición interesa más, o a qué ayudas fiscales y beneficios de tránsito tendremos acceso.

La nueva gestión de flotas

A este panorama hay que añadirle el peso de las circunstancias actuales. El precio de los combustibles se mantiene en niveles muy elevados. Además, no se espera una mejora en las economías europeas. Todo lo contrario. De hecho, los expertos ven inevitable que el coste de la energía nos siga penalizando.

Ante este espiral de pesimismo económico, los profesionales no tienen más remedio que afrontar la situación con más resiliencia que nunca. Y eso incluye las ventajas comparativas que se pueden obtener con el transporte.

Hoy, más que nunca, resulta fundamental optimizar la relación entre el tipo de vehículos y su desempeño en la última milla. Esta se refiere a todas las variables relacionadas con la gestión de la flota, la reducción de tiempos de los trayectos, la mejora en calidad del servicio y el ahorro de costes.

Ello implica el uso de modelos y aplicaciones que nos brinden una planificación más pormenorizada e información en tiempo real de las rutas, la densidad del tráfico o datos de utilidad sobre los vehículos y su estado.

En ese contexto, la elección de un vehículo u otro es más que trascendente. Puede se provechoso invertir algo más en una motorización híbrida eléctrica o enchufable en función del modelo de negocio o si las rutas atraviesas zonas de bajas emisiones (ZBE) con restricciones a la movilidad.

¿Qué necesidades de movilidad presenta nuestro negocio?

Esta es la primera cuestión de obligada respuesta. No es lo mismo buscar un vehículo de empresa para que un comercial realice sus desplazamientos en busca de nuevos clientes, que uno para transporte de mercancías o de personal.

En función de esto, podremos investigar y analizar qué nos ofrecen los fabricantes en cada segmento. La realidad en la compra de un vehículo así no es tan sencilla.

Mientras que la opciones se multiplican si buscamos un compacto o SUV al uso, no hay tanto donde elegir si precisamos de vehículos accesibles en el mercado con configuraciones específicas, por ejemplo, un 9 plazas como el Toyota Proace Verso. De hecho, las opciones son más limitadas si buscamos dar un paso adelante, y vemos viable y provechoso apostar un vehículo con motorización eléctrica.

no hay tanto donde elegir si precisamos de vehículos accesibles en el mercado con configuraciones específicas

En ese sentido, Toyota es uno de los fabricantes con mayor fondo de armario. Su flota de vehículos carrozados se conjuga con su programa TOYOTA SE ADAPTA. Este nos facilita la conversión del modelo y, lo que es igualmente importante, con todas las garantías legales.

Y es que desde Toyota aseguran que "el vehículo se entrega legalizado llave en mano, es decir, que o bien toda la adaptación se encuentra bajo el paraguas de una homologación previa a la matriculación o el concesionario se encargará de legalizar la adaptación". Este tipo de garantías ahorran preocupaciones o quebraderos de cabeza futuras.

Incluso fuera de esa gama de vehículo carrozados, en los últimos tiempos hemos visto en el fabricante nipón el soluciones muy versátiles para profesionales. Tal es el caso de la variante del Yaris, el Toyota Yaris ECOVan Electric Hybrid.

¿Cuándo interesa un vehículo comercial eléctrico?

Tras resolver el primer interrogante, nos introducimos en el complejo mundo de coste total de propiedad (TCO, por sus siglas en inglés). Aplicado a los vehículos de transporte comercial o de mercancías, las preguntas más en boga consisten en averiguar cuándo y cuánto es más rentable comprar un vehículo eléctrico.

El primer punto equivale analizar si la autonomía que presentan los modelos que nos interesan pueden cubrir nuestro rango de desplazamientos.

El TCO se refiere a toda la inversión que dedicaremos al vehículo, desde su compra hasta su achatarramiento. Si bien el precio inicial de un vehículo eléctrico o híbrido eléctrico es superior, el paso de los kilómetros puede hacer que nos salga más rentable.

¿Cómo comparar un vehículo comercial eléctrico?

Esa es, quizá, la variable más pertinente a la hora de calcular el TCO. Cuantos más kilómetros realice el coche o el furgón, más se inclinará la balanza hacia una motorización eléctrica. Esto es así no solo por el precio de la energía eléctrica en comparación con el combustible, sino por otras ventajas fiscales o de mantenimiento.

Si somos minuciosos querremos comparar:

  • Precio inicial
  • Consumo en kWh/100 km en contraste con los l/100 km del equivalente térmico (si existe).
  • Estimación del precio de la energía eléctrica en comparación con la gasolina.
  • Kilómetros previstos realizar al año.
  • Estimación de la vida útil.
  • Otros gastos, como los relacionados con el aparcamiento.
  • Impuestos y deducciones.
  • Gastos de mantenimiento.
todos los modelos de la gama comercial de Toyota de la familia Proace poseen un equivalente 100% eléctrico

Como punto final, pero no menos importante, habrá que planificar y prever lo relacionado con la carga, costes de instalación de punto de recarga incluidos. La recarga, además, es una variable que influye en la gestión de la flota en tiempo real.

Ahora bien, puede que nos interese un modelo eléctrico y, sin embargo, el mercado no nos sonría ofreciéndonos multitud de opciones. En ese sentido, todos los modelos de la gama comercial de Toyota de la familia Proace poseen un equivalente 100% eléctrico.

Además de ello, presentan diferentes opciones de pack de baterías. Esto facilita la adaptación en función de las necesidades de transporte, en función de si necesitamos más o menos autonomía.

Casi las mismas variables comparativas puede aplicarse en la elección de un modelo híbrido eléctrico con respecto a un equivalente térmico en cada segmento.

Opciones como el Toyota Yaris Electric Hybrid o el Toyota Corolla Sedan Electric Hybrid o el Toyota Camry Electric Hybrid resultan muy interesantes para ahorrar costes según el tipo de actividad comercial. De hecho, Toyota ha destinado el 70% de la unidades de este último sedan a flotas de empresa.

¿En propiedad, financiado renting o leasing?

Aparte del interrogante eléctrico, en la última década se han perfeccionado aun más las fórmulas de adquisición de los vehículos. Importado en buena medida de otros mercados, permiten apurar costes aún más o facilitar el acceso a las empresa.

Eso sí, la opción elegida puede acarrear un gasto mayor o menor, sobre todo en lo relacionado con la financiación. La lógica económica impera y abonar al contado un vehículo nos libra de los intereses de un crédito. Lo más destacable en este apartado es, quizá, que a la adquisición en propiedades se han popularizado otras dos opciones.

El renting de vehículos

Equivale a un alquiler clásico del vehículo. El cálculo de su coste es sencillo, pues es el de la entrada más el de los pagos mensuales. Eso sí, suele estipularse un límite de kilometraje. La Asociación Española de Renting señala que esta opción ha crecido un 17% en el último año.

¿Qué ventajas tiene el renting? Nos libra de gastos inesperados relacionados con el mantenimiento o las averías (salvo el de los neumáticos). Esto permite exprimir estas partidas, sobre todo, si las necesidades de la flota son temporales o estacionales. Del mismo modo, nos permite contar con vehículos de última generación o nuevos en cada temporada o campaña.

Otra ventaja del renting para flotas comerciales es que es una partida sujeta a deducción en la declaración del IVA.

El leasing de vehículos

Es lo que se entiende por un alquiler con opción a compra. En esencia, es una derivada del renting, pues imita la fórmula de pago de la entrada más el abono de las mensualidades.

La diferencia crucial la marcan las opciones que se ofrecen una vez acabado el periodo de alquiler. Puede optarse por abonar una última cuota superior para quedarnos con el vehículo en propiedad; devolverlo (como un renting) o cambiarlo por otro modelo que se nos ofrezca.

¿Cuándo interesa el leasing? El leasing cuenta con casi las mismas ventajas de fondo que el renting. La diferencia reside en la libertad de quedarnos con el vehículo o no. Esto nos permite analizar si por el desgaste sufrido o lo que nos aporta merece la pena mantenerlo en la flota . También está sujeto a las ventajas fiscales mencionadas.

En el siguiente vídeo se profundizan sobre la perspectiva económica y fiscal del asunto, sobre todo en lo que a requisitos y ventajas legales se refiere:

En su caso, la financiera de Toyota ofrece hasta cuatro fórmulas (dos de financiación) de vehículos para profesionales. En un vistazo podemos comprobar las ventajas y desventajas de cada fórmula, como la flexibilidad en la personalización de la cuotas; y constatar cuál nos puede convenir más.

Otras ayudas asociadas a los vehículos comerciales

Del mismo modo que la fórmula de adquisición permite acceder a ventajas fiscales, el hecho de contar con un vehículo o vehículos ligados a la actividad económica permite beneficiarnos en las declaraciones del IVA y del IRPF.

Según la normativa, el máximo provecho lo obtenemos con un vehículo destinado al 100% a la actividad económica. Querremos tener esto en cuenta como factor en la compra, pues la legislación lo hace depender del tipo de vehículo. Las seis categorías de vehículos que más se benefician son:

  • Los vehículos que prestan servicios de transporte de viajeros mediante contraprestación.
  • Los de prestación de servicios de enseñanza de conductores o pilotos mediante contraprestación.
  • Los usados en desplazamientos profesionales de los representantes o agentes comerciales
  • Los de servicios de vigilancia.
  • Los vehículo mixtos de transporte de mercancías. Estos pueden combinar transporte de carga o de hasta nueve personas.

Plan MOVES: ayudas a la compra de vehículos eléctricos

También es muy interesante el hecho de que, si optamos por un vehículo comercial eléctrico, tenemos derecho a una serie de ayudas. La principal es la establecida a nivel nacional en el Plan MOVES III. Sin embargo, en función de la localidad o, incluso, el municipio, puede no ser la única.

También hay que tener en cuenta el momento en que se encuentra la ayuda estatal, si está agotada o no; o si es espera una nueva edición. Esta primavera, por ejemplo, las ayudas del MOVES se ampliaron en 125 millones de euros más en las regiones que lo habían agotado.

Las ayudas se traducen en descuentos en la compra y varían si se trata de una PYME o "gran empresa", junto al tipo de motorización o si se achatarra un vehículo antiguo.

Hasta este punto, hemos recopilado los aspectos económicos más interesantes para los profesionales. Ahora bien, no debemos de lo que puede ofrece un vehículo en cuanto a rendimiento, comportamiento, confort o seguridad.

Por ejemplo, contar con un utilitario como el Toyota Yaris Electric Hybrid en sus acabados clásicos, o en su variante ECOVan, nos puede ayudar a movernos con soltura en un ambiente urbano de tráfico y calles enrevesadas. Pese a que el criterio económico pesa, y más en estos tiempos, no conviene pasar por alto la propia identidad de cada modelo y lo que puede llegar a aportar a la conducción a nuestra imagen de marca.

Imágenes | Toyota y producción propia

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