El aquaplaning es uno de esos fenómenos que a todos nos enseñan en la autoescuela y que provoca respeto a los conductores incluso sin haberlo sufrido en nuestras propias carnes, o ruedas quizás sea más apropiado.
En Espacio Toyota, como no podía ser de otra manera, creemos que la seguridad es lo primero. Las recientes calamidades climáticas nos han hecho pensar en dar un breve repaso a las causas de este temida situación con la que cualquier automovilista se topará, probablemente, antes o después. Os dejaremos también algunos consejos sobre cómo minimizar las posibilidades de ser víctima del aquaplaning y además unas guías para reaccionar adecuadamente si desafortunadamente no podemos evitarlo.
El porqué del aquaplaning
Multitud de factores afectan, en mayor o menor medida, al contacto entre el neumático y el pavimento. Obviamente uno de ellos es la presencia de agua en la carretera. El fenómeno del aquaplaning consiste en la entrada de una delgada capa de agua, de más de medio milímetro de espesor, entre el neumático y la superficie de la calzada con la consiguiente pérdida de contacto y, por tanto, de agarre y control del vehículo.
Al entrar en una zona con una profundidad de agua suficiente y una velocidad mayor a la adecuada se forma una especie de ola delante de los neumáticos. Por las razones mencionadas esta cantidad de fluido no se puede desalojar ni hacia el exterior por el frente ni a través de los surcos del dibujo de la goma.
La presión ejercida por el agua no desalojada sobre la base del neumático comienza a aumentar. Si supera al peso que ejerce la rueda se introduce entonces el líquido entre el neumático y la calzada, levantando literalmente la rueda. El coche pierde contacto con la carretera y el control del mismo se hace muy difícil o incluso imposible.
Cómo evitar el aquaplaning
Lo primero decir que evitar el aquaplaning no es siempre posible. Pero hay diversos factores que podemos controlar y gracias a los que el riesgo de vernos en la desagradable tesitura de ver como nuestro coche "flota" se reduce considerablemente.
Empecemos con el más obvio, ir más despacio. Todos sabemos que debemos conducir sensiblemente más lentos en condiciones húmedas, incluso si aparentemente no hay balsas de agua en la carretera. Es también muy importante ir atentos, la concentración en la conducción es vital en general. Observar los movimientos del vehículo que nos precede, la cantidad de agua de su estela, mantener siempre la distancia de seguridad (más amplia de lo normal en caso de lluvia).
El otro factor que podemos controlar es el estado de los propios neumáticos. Está demostrado que la profundidad del dibujo y la presión afectan directamente a la velocidad a la que se comienza a producir el aquaplaning. No hay lugar a dejadez o tacañearía en este aspecto, comprobar la presión de las ruedas todos los meses y antes de un largo viaje es imprescindible.
Recordemos que este gesto y el de asegurarnos de que los surcos de evacuación tienen una profundidad como mínimo de 1,6 mm sencillamente pueden salvarnos no sólo de un susto si no nuestra propia vida y la de otros.
Qué hacer si el aquaplaning se cruza en mi camino
Por muchas precauciones que pongamos a veces el aquaplaning, simplemente, nos atrapa debido a la conjunción de factores con una baja visibilidad o un firme en malas condiciones incapaz de drenar adecuadamente el agua de lluvia.
Si al entrar en una zona de mucha agua notamos que la dirección se vuelve extrañamente suave y sin fuerza y la trayectoria del coche no sigue nuestras órdenes entonces estamos casi seguro siendo víctimas de este fenómeno físico.
Lo primero que debemos hacer es mantener la calma, olvidarnos del freno, sujetar el volante con ambas manos firmemente y levantar el pie del acelerador suavemente para que las ruedas motrices giren más despacio y comiencen a recuperar el contacto con el asfalto.
Si comienza un derrape, prácticamente seguro si estamos en una curva, debemos corregir con movimientos suaves de volante hacia la dirección hacia la que se desplaza el coche. Si los frenos son con ABS podemos utilizarlos con suavidad.
Para terminar os dejamos este curioso vídeo que la mismísima NASA editó en los 70 para concienciar a los automovilistas americanos sobre los riesgos del fenómeno del aquaplaning y la importancia de realizar un mantenimiento preventivo adecuado.
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