Por fin llegó el momento de que vean la luz todos los planes que teníamos aparcados durante estos meses de atrás. Volver a ver a familia y amigos más allá de los límites de nuestra comunidad lleva consigo que conductor y pasajeros vayan acompañados de su inseparable, y pesado en algunas ocasiones, equipaje.
Y es que es muy posible que todo lo que tiene que ver con la disposición de maletas y bultos en el vehículo no sea precisamente una prioridad para muchos conductores. La mayoría de las veces, el equipaje se va colocando en el maletero según llega, sin la más mínima planificación y esto, que puede no ser importante si es poco, cuando se trata de grandes volúmenes o numerosos bártulos, la repercusión en la seguridad hay que tenerla en cuenta.
Vamos a hacer un pequeño repaso de todo lo que debemos tener en cuenta de cara a la disposición de la carga en el vehículo centrándonos en los desplazamientos de ocio y familiares.
Mi coche, ¿lo aguanta todo?
No, rotundamente no. Existe un límite de peso que puede soportar el vehículo, límite que podemos conocer sencillamente con consultar la ficha técnica o tarjeta ITV. En ella, se localiza el campo MMA (Masa Máxima Autorizada), que especifica claramente los kilos que puede soportar el sistema.
Es decir, el peso que podemos llevar será el resultado de restar el peso del vehículo, lo que se conoce por tara, a la MMA. Es decir, si un coche tiene una MMA de 1.600 kg y su tara es de 900 kg, podremos llevar 700 kg de equipaje. Este será el peso máximo admitido... aunque con matices. Cuando nos referimos a la tara del vehículo no se incluye el peso de conductor y pasajeros, tampoco el de los fluidos del vehículo, como aceite, combustible o anticongelante.
Todo esto supone un peso adicional que debemos considerar y, si nos tomamos la molestia de estimarlo y restarlo a la MMA junto con la tara, nos daremos cuenta de que posiblemente no nos queda tanto peso posible de carga como podríamos pensar inicialmente.
¿Se comporta igual el coche cargado que vacío?
Otra vez la respuesta es no. El conductor debe adaptar su forma de conducir a la carga que traslada, principalmente anticipándose a las maniobras y reduciendo la velocidad.
Al llevar más peso cuesta más mover el sistema, y también cuesta más detenerlo. En la práctica, las aceleraciones van a ser más lentas, al igual que la frenada, por lo que las distancias recorridas en estos procesos van a ser mayores.
En estas circunstancias, la inercia del vehículo en movimiento es mayor y se hace especialmente patente cuando se realizan desplazamientos laterales, como curvas, adelantamientos y giros. En estos casos, el coche se vuelve más inestable y cuesta más controlar el vehículo con seguridad.
Hay que tener en cuenta que suspensión, neumáticos y amortiguadores están diseñados para soportar un determinado peso y, si eso no se respeta, el comportamiento del coche se verá afectado negativamente. De hecho, los neumáticos disponen de un índice de carga, que representa el peso que es capaz de soportar esa rueda. Se trata de un índice que aparece en la tarjeta de la ITV, además de en el propio neumático.
Los ocupantes, estratégicamente ubicados
Queremos hacer un hincapié especial en esta cuestión porque, cuando hablamos de carga, se nos vienen a la cabeza las maletas exclusivamente. Sin embargo, como hemos comentado, los ocupantes pesan, y mucho algunas veces.
Además de tener en cuenta el peso en sí, es necesario conocer el número de usuarios que permite mi vehículo. Sobrepasarlo puede ser motivo de sanción.
En el caso de los niños, por muy pequeños que sean, cuentan plaza al igual que un adulto. Es verdad que, antes de la modificación del Reglamento General de Circulación en 2006, estos contaban como media plaza a la hora de computar el número de viajeros que podían ir en un turismo. No obstante, insistimos en que esto ha cambiado, ya que aún algunos conductores piensan que sigue vigente: cada niño ocupa una plaza.
Respecto al peso, una vez conocida su relevancia, también conviene que lo tengamos presente a la hora de posicionar a las personas en el interior del vehículo. Así, lo ideal es que estas se ubiquen de forma que se compense su peso, es decir, tratando de equilibrar los pesos a derecha e izquierda para evitar acumular demasiado en uno de los lados.
¿Qué hay que señalizar?
En lo que se refiere a la carga, lo que hay que señalizar es si parte de esta sobresale más allá de la proyección del vehículo. En este sentido, según el Reglamento General de Circulación, aquella que sobresalga de la proyección de los vehículos más de un 10 % de su longitud, o un 15 % en caso de que dicha carga fuera indivisible, ha de ser señalizada con una placa V-20 en la parte trasera.
Cuando esta rebase longitudinalmente la anchura de la parte posterior del vehículo, se colocarán transversalmente dos paneles de señalización, cada uno en un extremo del material saliente. Ambos paneles deberán situarse de tal manera que formen una geometría de V invertida con franjas alternas rojas y blancas.
En un turismo convencional, toda carga que sobresalga más allá de los retrovisores no podrá ser transportada. Por ello, te recomendamos que consultes la ficha técnica del coche para conocer bien sus dimensiones y no excederte de las medidas, algo importante, por ejemplo, en el transporte de bicicletas en la parte posterior.
Dentro del coche ¡nada suelto!
En caso de frenazo, todo lo que no está sujeto saldrá proyectado hacia adelante, colisionando con aquello que se encuentre por el camino. Por eso es esencial no llevar objetos muy pesados dentro del habitáculo. Una simple tablet o teléfono móvil en la bandeja trasera se convierte en un peligroso proyectil que puede impactar en la cabeza de algún ocupante si se da un frenazo brusco a alta velocidad.
En consecuencia, hemos de insistir en la separación de la carga. De hecho, en aquellos vehículos en que la bandeja trasera separa la carga es importante y obligatorio que esta esté desplegada para evitar las intrusiones hacia el lugar donde se encuentran los pasajeros. Si las plazas traseras van vacías, no está de más el poner los cinturones de seguridad.
Cuando tu mascota viaje contigo, ten presente que es necesario transportarla de forma segura, con su correspondiente dispositivo en función de su tamaño.
¿Me pueden sancionar?
Sí, el Reglamento General de Circulación deja claro en sus artículos 14 y 15 lo relacionado con la disposición y dimensiones de la carga. La carga transportada en un vehículo, así como los accesorios que se utilicen para su acondicionamiento o protección, deben estar dispuestos y, si fuera necesario, sujetos de tal forma que no puedan arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa, y no deben comprometer la estabilidad del vehículo.
La carga tampoco puede ocultar los dispositivos de alumbrado o de señalización luminosa, las placas o distintivos obligatorios y las advertencias manuales de sus conductores. Además, en su artículo 18, el Reglamento indica que el conductor debe cuidar la “adecuada colocación de los objetos […] para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”, manteniendo en todo momento una adecuada libertad de movimientos y el campo de visión.
Las infracciones son importantes por no respetar estos preceptos y oscilan entre 200 y 4.000 euros.
Accesorios para la carga, siempre una opción interesante
Podríamos decir que la colocación de maletas o cualquier otro elemento es un arte. Mantenerla ordenada, sujeta y estable es algo a lo que muchos de los accesorios disponibles nos pueden ayudar.
Los accesorios más conocidos son las redes de carga, que permiten mantener sujeto el equipaje en caso de movimientos bruscos. No hay que olvidar que una gran carga en movimiento dentro del vehículo compromete notablemente la estabilidad del mismo.
Si el problema es sencillamente que no nos caben más cosas, habrá que recurrir a otras soluciones para aumentar el espacio de almacenamiento. Por ejemplo, las barras de techo para portar todo tipo de materiales, desde bicicletas o esquís hasta cofres, o las bolas de remolque, tanto fijas como desmontables.
No olvides...
En resumen, y por concretar los aspectos más importantes, te dejamos una serie de consejos que puedes seguir antes de cargar el maletero.
1. Lleva lo necesario, evita los “por si acasos”.
2. Organiza el equipaje por tamaño y peso antes de empezar a introducirlo en el maletero.
3. Separa aquello que vayas a utilizar durante el viaje y tenlo a mano (no metas la botella de agua o los bocadillos al fondo).
4. El equipaje más pesado, cuanto más bajo esté mejor.
5. Mantén sujeto todos los bultos y lleva dentro del habitáculo solo lo imprescindible, y siempre sujeto. Por ejemplo, los móviles dentro de la guantera o tablets en los bolsillos posteriores de los asientos.
6. Por si sobreviene una emergencia, ten los triángulos, botiquín o herramientas a mano; los chalecos, siempre en el habitáculo.
7. Asegúrate de que no sobrepasas las dimensiones y peso autorizados.
Y ahora sí, ¡buen viaje!
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