Durante el periodo estival, con la subida de las temperaturas, miles de millones de insectos inundan el ambiente. En muchos casos se crean auténticas nubes que al traspasarlas ya sea andando o en cualquier otro medio, dejan su huella.
Normalmente al terminar cualquier viaje en estas épocas, nos podemos dar cuenta de la auténtica maraña de mosquitos que quedan impresos en el frontal de nuestros coches y motos, o en los parabrisas y en los cascos de los motoristas. Aparte de la matanza que hemos provocado, es importante que nos planteemos cuanto antes la limpieza del vehículo.
Cuando hablamos de limpieza podríamos hablar de tres fases, una limpieza preventiva, la limpieza durante el trayecto y la limpieza posterior. Pero quizá empecemos por el principio, ¿la limpieza va más allá de lo puramente estético?
Limpieza es igual a seguridad
Contestando a la pregunta anterior, la respuesta es un “sí” rotundo, y es que en este caso, limpieza proporciona visibilidad y confort para el conductor, dos aspectos que están muy implicados con la seguridad.
Cuando hablamos de seguridad vial, siempre pensamos en elementos como los cinturones de seguridad, frenos o suspensión, pero hay que tener en cuenta que nuestras decisiones al volante tienen que ver con lo que vemos, y lo que vemos lo hacemos a través del parabrisas.
Si nos vamos a casos un poco más extremos, nos damos cuenta claramente de la importancia de lo dicho hasta ahora. Imagina conducir frente a una puesta de sol con un parabrisas completamente sucio, y cuando accionas el limpiaparabrisas, tienes tan poca agua y las escobillas tan desgastadas que tu visión se vuelve totalmente opaca.
En esas condiciones ¿serías capaz de tomar decisiones adecuadas?, seguramente no, la única opción de detenerte y solucionar el problema.
El mantenimiento preventivo, fundamental para un coche limpio de insectos
Empezando por lo básico, hay tres elementos que debemos cuidar y mantener al máximo, en primer lugar la propia luna, siempre limpia, por otra parte los limpiaparabrisas, que no son eternos y deben ser sustituidos cuando empiezan a endurecerse y por último el líquido limpiaparabrisas.
Sobre los limpiaparabrisas, cuando estos están en mal estado, aparte de no cumplir su función e incluso empeorar la situación si los utilizamos, llegados a un extremo pueden producir rayas que acaben produciendo una fisura y hacer que el parabrisas pierda propiedades estructurales.
El líquido que utilizamos debe ser adecuado para la limpieza de vidrio, hay que evitar usar ciertos jabones que pueden obstruir los conductos al solidificarse y que no van a limpiar adecuadamente. Por supuesto, acostúmbrate a mantenerlo a nivel, hoy en día es de las pocas cosas que podemos hacer al levantar el capó de nuestro coche.
No olvidos que solo un buen líquido limpiaparabrisas está preparado para eliminar de forma correcta la suciedad sin dañar la pintura, las gomas de los limpiacristales y además protege de la congelación.
Por último, comentar una opción muy interesante, son los tratamientos preventivos que repelen la lluvia y protegen de la suciedad. Lo aconsejable es que estos tratamientos se lleven a cabo por un profesional, pero si decides hacerlo por ti mismo comprando el producto, ten cuidado y sigue las instrucciones del fabricante para no afectar negativamente a otras partes del vehículo como gomas o pintura.
¡En marcha!
Volviendo a nuestros amigos los mosquitos, cuando se pegan a nuestro parabrisas lo hacen de una forma muy progresiva, por lo que nos vamos acostumbrando y solo es cuando ya notamos que hay unas cuantas decenas pegadas en el vidrio, es cuando activamos los limpiaparabrisas.
El consejo aquí es utilizar el limpiaparabrisas de forma preventiva, Cuando empecemos a ver que se van pegando, lo activamos usando el líquido y así los que hay se van reblandeciendo poco a poco y los que se peguen no lo harán con tanta fuerza como si el parabrisas estuviese completamente seco.
No está de más recordar que no disponer de una visibilidad adecuada motivada por la suciedad del parabrisas puede ser motivo de sanción. Según indica el artículo 19 del Reglamento General de Circulación, “la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule [...] El conductor de un vehículo está obligado a mantener el campo necesario de visión”.
Ten en cuenta que si el parabrisas está sucio o presenta obstrucciones, como hojas o suciedad acumulada, el sistema de limpieza no podrá hacer su trabajo correctamente, lo que afectará negativamente la visibilidad y la seguridad del conductor.
Los cuidados tras los desplazamientos
Si ya estamos en el destino y nos damos cuanta que que nuestro coche está acribillado de bichos, antes de empezar a rascar es aconsejable poner una toalla o papel húmedo en el parabrisas para ablandar toda la suciedad, así será luego más fácil limpiarlo.
Si tenemos mosquitos pegados en la carrocería, procederemos de forma similar.
Otra cosa a tener en cuenta es el lugar en el que estacionamos, porque si a la capa de mosquitos, se le une otra capa de excrementos de pájaros o de resina de los arboles, el trabajo de limpieza posterior será peor, algo que se puede agravar si dejamos que toda la suciedad se seque bien al sol.
Una solución muy buena, si sabes que tu vehículo estará estacionado durante un tiempo prolongado es el uso de cubiertas protectoras que cubren todo el parabrisas. Esto ayudará a mantener el parabrisas y el resto del vehículo libres de suciedad, polvo y otros elementos no deseados.
Lavar de forma óptima
Y llegados a este punto, hay que ponerse serio, porque el lavado supone un consumo importante de agua, por lo que siempre es aconsejable utilizar algún sistema que optimice el gasto de agua, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones de sequía y de restricciones de agua en la que nos encontramos.
Muchos talleres, utilizan protocolos especiales de ahorro de agua en estas operaciones. En España , la red de talleres oficiales de Toyota, ha reducido el consumo de agua por vehículo lavado en un 68% desde 2017, el equivalente a ocho piscinas olímpicas, gracias a la implantación de estas medidas de ahorro y consumo eficiente del agua.
Hay que tener en cuenta que un lavado a mano en una casa con una manguera tradicional, puede conllevar un derroche de hasta 500 litros de agua, y lo peor de todo es que al final el coche no queda del todo limpio, y por supuesto no se tratan las aguas residuales que se generan.
En resumen, mantener el coche limpio de insectos (e higenizado, en general) y especialmente el parabrisas debe ser una prioridad para el conductor, se trata de operaciones sencillas, de bajo coste y que tienen una efectividad de implicación en la seguridad muy importantes.
Imágenes: Pexels | Andrea Piacquadio, Peter Fazekas, Kampus Production, Tima Miroshnichenko Pixabay | 652234. Hans.