Toyota, como uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo, está muy concienciado con la sostenibilidad de su entorno. La huella que un fabricante tan grande tiene sobre el medio ambiente es grande y por ello, debe practicar una política que ayude a que el impacto sea mínimo y a la vez, incluso se puedan crear entornos más saludables con iniciativas propias.
El enfoque de Toyota se realiza principalmente de dos maneras diferentes: por un lado, desarrollando y fabricando vehículos cada vez más eficientes y ecológicos y, por otro lado, mejorando los procesos de construcción y reciclado con el fin de conseguir la mayor ecología posible mediante planes medioambientales continuos.
Toyota en la búsqueda del vehículo ecológico
Toyota es conocedora de que existen otras opciones a la utilización de la gasolina o el gasóil para los vehículos. Pero también sabe que no existe una única solución sino que esta depende del uso al que se vaya a destinar el vehículo o bien, las necesidades de su propietario. Por ello investiga en varios frentes diferentes, combinando tecnologías para desarrollar EVs (Electric Vehicles), PHVs (Plug Hybrid Vehicles) y FCVs (Fuell Cell Vehicles) además de otros vehículos propulsados por biodiésel, CNG, GTL y CTL.
Toyota investiga también en el uso de tecnolgías híbridas, mucho más eficaces y ecológicas que el uso de únicamente una de ellas. Así combina desde motores gasolina con otros eléctricos, eléctricos enchufables con autonomía extendida gracias a la implementación de un motor de combustión, etc.
Toyota en la búsqueda de la producción ecológica
Pero Toyota no investiga en la fabricación de vehículos más respetuosos con el medio ambiente sino que su política incluye también una mejora en los procesos de producción que contempla tres apartados diferentes y que rige toda su estructura.
El descenso de las emisiones de CO2 es una prioridad para Toyota, no sólo en sus vehículos sino también durante todas las fases que intervienen en la creación de un turismo y que parten desde el momento en el que este se diseña, pasando por la propia producción, logística de transportes e incluso en el momento de la venta. Todos estos pasos han sido concienzudamente analizados para que en ellos las emisiones sean las mínimas posibles.
Así mismo, el reciclado de los automóviles una vez que ha llegado al final su ciclo de vida es algo en lo que Toyota trabaja continuamente, fabricando los vehículos en materiales que posteriormente puedan ser utilizados para otros usos, tales como la construcción de nuevos coches así como su utilización para creación de asfalto, otros materiales, etc. Por poner un ejemplo, las baterías de los vehículos híbridos que ya no se utilizan, pasan a ser usadas como SAI (Sistemas de Alimentación Ininterrumpida) en los concesionarios de Toyota, permitiendo que en caso de pérdidas de corriente, los equipos informáticos puedan seguir trabajando.
Por último, el control de sustancias químicas tanto que se derivan del proceso de fabricación como de su posterior reciclado, es algo en lo que Toyota trabaja estrechamente con los gobiernos para en todo caso, dar el mejor tratamiento posible a estos derivados y así evitar contaminaciones de cualquier tipo. Dependiendo de qué producto estemos hablando, se reciclan en otros no nocivos o bien se almacenan en lugares apropiados para su posterior destrucción sin riesgo.
Más información | Iniciativas ambientales de Toyota