Vacaciones con niños en el coche, ese clásico veraniego con más de medio siglo de historia en España. Por fortuna, el entretenimiento y la seguridad infantil han evolucionado de forma increíble. Aun así, es imprescindible continuar alertar para proteger a los ocupantes más vulnerables. ¿Qué podemos hacer?
La siniestralidad infantil en España
Poco tienen que ver la situación de la seguridad infantil actual con la de hace más de 50 años. Puede que ahora nos sorprenda, pero hubo que esperar hasta el año 2003 para que los sistemas de retención infantil (SRI), fueran obligatorios.
Con todo, la DGT llevaba varios años sugiriendo su uso, a tenor de los resultados vistos en otros países y el consenso de los expertos. La nueva norma coincidía con la regulación europea que establecía cinco grupos de edad para las sillitas en función del peso.
De este modo, hasta los mismos millennials han sido una generación que viajaba en la fila trasera sin la obligatoriedad del SRI (la del cinturón se impuso en 1993) . Esto tenía, por entonces, graves repercusiones sobre la siniestralidad infantil.
Las cifras de siniestralidad infantil no tardaron en mejorar. Si en 1990 la DGT contabilizaba 307 fallecidos con menos de 14 años en carretera, en 2003, pasaban a ser 156; y en 2009, 60. Las cifras actuales nos muestran 32 fallecidos en 2019. Los récords de baja siniestralidad infantil los vivimos los años 2015 y 2018, con 25 muertes. Aun así, el objetivo es lograr que, algún día, la estadística marque un cero.
Seguridad infantil estival
La seguridad infantil no entiende de épocas del año. Sin embargo, el verano y sus altas temperaturas nos exigen que extrememos las precauciones, tanto al volante, como en el cuidado de los pasajeros más vulnerables.
El cambio en las rutinas también afecta a los hábitos de conducción, SRI incluido. No es lo mismo un viaje en sillita de unos pocos minutos en coche, que las varias horas que dura un viaje largo. Vamos a repasar algunos de los puntos más relevantes de la protección infantil a bordo:
1. No dejar nunca solos a los niños en el coche
A estas alturas de siglo parece una obviedad, pero conviene repetirlo. No se debe dejar a un niño solo en el coche. Aunque las leyes de tráfico no lo expongan de forma literal, el Código Civil alude a que los padres o los tutores legales del menor que viajen en el vehículo serán los posibles responsables ante cualquier incidencia. Esto es así, incluso si estos no conducen y viajan como acompañantes.
Excusas como la de un recado rápido o ir a dejar a otro niño en un centro escolar no son válidas. Si el adulto responsable del menor abandona el vehículo, este último ha de hacerlo con él.
Las estadísticas de los niños fallecidos por este motivo son desoladoras. Hace un lustro la apuntábamos que hasta un 54% de los padres reconocían haber dejado alguna vez a sus hijos solos en el vehículo.
El motivo para no hacerlo se ha explicado en muchas ocasiones. La temperatura del habitáculo se incrementa en muy poco tiempo. Puede pasar de 27 ºC a 50 ºC en menos de treinta minutos, aun con las ventanillas bajadas.
El problema añadido es que la gestión térmica de un niño difiere a la de un adulto. Sus reservas de agua son mucho menores, con lo que la temperatura de su cuerpo puede llegar a elevarse entre tres y cinco veces más rápido.
Por eso, no se trata solo de una cuestión veraniega. Temperaturas que consideramos moderadas o, incluso, bajas, pueden ocasionar un episodio de hipertermia en determinadas circunstancias, sobre todo si dejamos al menor en un vehículo expuesto al sol.
Si bien el golpe de calor es el principal motivo de preocupación en estos casos, no es el único que puede provocar el hecho de abandonar a un menor, aunque sea por un breve lapso de tiempo.
2. Proteger la sillita de la luz directa
El sol persiste como protagonista. En verano, cualquier conductor prefiere estacionar su vehículo al amparo de una buena sombra, y no siempre es posible.
Si aplicamos la misma evolución térmica mencionada, el habitáculo pasa en poco tiempo a convertirse en toda una sauna. Las altas temperaturas afectan a todos sus elementos, sillitas infantiles incluidas.
Por eso, resulta recomendable proteger de algún modo a los SRI. Si bien será complicado aislarlos del calor del interior del coche, podemos cuidar de evitar que reciben los rayos del sol de forma directa tapándolos con alguna capa o textil.
De esta manera, prevendremos posibles quemaduras en los pequeños, como las que se pueden producir si las partes metálicas del SRI (como las hebillas) entran en contacto con la piel del menor. Igualmente, libraremos a los pequeños de un factor más que favorece una subida brusca de la temperatura.
Para evitar esto, también es posible activar el climatizador de forma previa y/o en remoto. De paso, ahorrar calor a la sillita contribuirá a preservar las condiciones de sus materiales.
3. Revisar la instalación del SRI antes de un viaje largo
Uno de los momentos más cruciales se produce en la colocación de la sillita. Su facilidad o complejidad pueden comprometer la seguridad futura de la instalación.
Por eso, es importante llevar a cabo el proceso teniendo en cuenta todos los puntos del manual. De hecho, este es a su vez un factor que tener en cuenta antes de adquirir un SRI, dentro los muchos que existen. En la compra resulta interesante investigar sobre cómo es la instalación, si permite el más sencillo anclaje ISOFIX o si podemos tener acceso previo al manual.
Con el tiempo y el uso, puede que los diferentes elementos que componen el SRI (cinturones, hebillas, cierres, etc.) hayan terminado por perder su posición o estado original.
Antes de un viaje largo, podemos revisar estos elementos para asegurarnos que transitaremos con las máximas garantías. También puede ser oportuno para optimizar su higiene y lavar fundas, etc.
Igualmente, muchas sillitas son evolutivas (copan dos o más grupos de edad) y se debe tener en cuenta en qué momentos hay que adaptarlas a una edad u otra. No solo es cuestión de seguridad, cada configuración está diseñada para aportar una mayor comodidad según las medidas del pequeño.
De hecho, al realizar la comprobación, puede darse el caso de que veamos que se encuentra pronto el momento de cambiar de grupo y SRI. Sería una buena ocasión para apostar por una nueva sillita, más moderna y con más garantías de seguridad.
Eso sí, hay que reconocer que esta operación conlleva cierto esfuerzo, tanto económico, como en tiempo de instalación. Por eso, lo recomendable sería anticiparse el tiempo suficiente y no sumar prisas justo antes de acometer un viaje largo.
4. Cuidado con los dispositivos electrónicos y los objetos contundentes
La DGT ha puesto el foco sobre este punto en varias ocasiones. Viajar con objetos sueltos en el vehículo entraña un riesgo que se puede evitar.
El ente de tráfico apunta que el peso de un objeto puede llegar a multiplicar su masa inicial por 30 a una velocidad de 50 km/h. Es decir, un golpe con un dispositivo electrónico de 200 gramos equivaldría al impacto contra un objeto de más de 6 kilogramos.
Ante esta situación, lo más recomendable es viajar con el habitáculo lo más despejado posible de objetos grandes o pesados. En caso de colisión, su comportamiento llegar a resultar impredecible. La purga de objetos está reñida de forma directa con el siguiente punto.
5. Entretener en nombre de la seguridad
Acometer un viaje largo en familia supone superar ciertos retos. El primero pasa por ponernos en la piel de los más pequeños para hacerles lo más llevadero posible los trayectos.
En esa línea, existen tantas estrategias de éxito como familias. Ahora bien, aparte de con paciencia, no está de más armarnos con algunos trucos que resultan de utilidad.
Mantener la tranquilidad en el interior del vehículo contribuirá, a fin de cuentas, a optimizar la propia seguridad. El bienestar infantil a bordo presenta una relación recíproca con la seguridad en la conducción. Y es que, los pequeños en determinadas situaciones pueden ser un factor de distracciones hasta 12 veces más disruptor que un teléfono móvil.
Cabin Awareness: ni un niño más olvidado
Al igual que la introducción de los SRI provocó una mejora histórica en la seguridad infantil, los fabricantes siguen trabajando en tecnologías que hagan lo propio y reduzcan los riesgos.
El sistema de Toyota Cabin Awareness se encuentra muy relacionado con lo que hemos visto. Se trata de una tecnología, todavía en fase de desarrollo y aplicación, que prevendrá el olvido de niños dentro de un coche. La solución incorpora un radar de imagen 4D que, integrado en el techo, no solo detecta a las personas, sino que es capaz de percibir hasta los latidos del corazón o los movimientos de la respiración.
Toyota trabaja para sumarlo a sus tecnologías de conectividad Toyota Safety Connect. De este modo, no solo recibiremos una alerta desde el interior del vehículo, a través del cuadro de instrumentos, sino que permite ir más allá. Puede programarse para que, en caso de olvidar un niño en el interior, que suene el claxon y se activen las luces de emergencia.
Ante la ausencia de respuestas, se envía una notificación al teléfono del conductor. De persistir, Cabin Awareness también ofrece la posibilidad de notificar a una lista de contactos o, incluso, a los propios servicios emergencia.
Este tipo de soluciones parecen más que interesantes para seguir reduciendo el número de víctimas y, sobre todo, aumentar las garantías de protección de los más pequeños.
Imágenes | Toyota y producción propia