En la historia del automóvil hay grandes facciones de conductores que defienden una tecnología frente a otra, a saber: coches gasolina o diésel; de propulsión, de tracción o con tracción integral; y por supuesto, cambio manual, o cambio automático. Precisamente hoy vamos a hablar de esa aparente "guerra" de preferencias entre los que defienden una u otra tecnología, pero en particular voy a posicionarme a favor del cambio automático.
¿Por qué? Tras unos cuantos años usando este tipo de cambio de marchas solo le veo ventajas. Sí, cierto es que el cambio manual tiene su encanto, porque se juega con el embrague, se pueden estirar a voluntad las marchas, se puede hacer un "punta-tacón",... bueno, no nos emocionemos, ¿quién hace un punta-tacón en su vida diaria? Las cosas como son, un cambio de marchas manual es sinónimo de ineficiencia, de incomodidad y es un foco de posibles averías.
Por qué el cambio manual es cosa del pasado
El pasado, pasado está. Esta frase es a la vez muy pedante, y totalmente cierta. La mayor utilidad de la tecnología es la de liberarnos de tareas repetitivas y tediosas, y el cambio manual no es una tecnología que vaya en esa dirección. Hay dos razones para desechar el cambio manual: una es la de la conducción en autovía, y la otra la conducción en una ciudad. ¿Qué nos queda para amar el cambio manual? Las carreteras viradas, o los circuitos.
Ni tú, ni yo, recorremos tantas carreteras viradas en situación de poder exprimir un cambio manual, y tampoco vamos cada fin de semana al circuito a sentir la adrenalina correr por nuestras venas. Sin embargo, tú y yo nos movemos a diario por la ciudad y tenemos que soportar las retenciones, algún atasco, los semáforos, los resaltos y los pasos de peatones. Mucho pedal de embrague y mucho cambio de velocidad.
También nos movemos por la autovía o por la circunvalación, mucho rato en quinta o sexta, incluso en cuarta sin pasar de 80 km/h (hablo de M-30, M-40 o similar) cuando hay una retención. ¿Necesitamos cambiar de marcha habitualmente en la autovía? ¿No vamos ya con un coche que parece automático, porque engranamos quinta/sexta y a recorrer kilómetros? Por eso defiendo sin dudarlo el cambio automático.
No tener que pisar un embrague y engranar la marcha me ayuda a diario en muchos aspectos porque conduzco más relajado: acelerar, frenar, acelerar. No tengo que estar pendiente del embrague, y posiblemente te parecerá un argumento débil, porque a mí me lo parecía antes de pasarme a este lado. Pero solo el hecho de no tener que preocuparse por arrancar en una cuesta arriba, o pisar el embrague al afrontar un resalto, un giro a una bocacalle, un semáforo... es un relax importante.
Vídeo: transmisión automática de 6 velocidades
Siempre habrá quien te diga que sí, que "los automáticos" son más cómodos, pero que se pierde el tacto y el espíritu de la conducción. Permíteme decir que no estoy de acuerdo. Si te quedas en una caja "manual robotizada" es posible que tus sensaciones no sean las mejores, pero sigues teniendo el pie izquierdo liberado de sus tareas. Las cajas automáticas actuales son todo confort y comodidad, y, adelantándome al amigo de tu cuñado, al que "le dijeron" que las automáticas se rompen... no es del todo cierto. La fiabilidad también ha mejorado considerablemente.
La eficiencia, por otro lado, de conducir con una caja automática es alta. No vamos a consumir menos que un consumado especialista en conducción eficiente, pero sí que vamos a conseguir mejores consumos que, a veces, conduciendo de forma despreocupada con nuestras amadas cajas manuales. Las automáticas están pensadas para mantenerse en las zonas de mayor eficiencia del motor y de consumo, sin perder potencia ni capacidad de respuesta. Es lógico que no sean rivales, de momento, para el mejor "hypermiler", pero todo es cuestión de tiempo.